Un ternero aparece devorado por las alimañas en Liencres
El propietario asegura que el becerro estaba sano antes de ser atacado, pero Ganadería considera que su muerte no fue provocada por la fauna silvestre
El pasado sábado, Ismael Toca, ganadero de Liencres (Piélagos) de los de «toda la vida», acudió por la mañana, como de costumbre, a atender ... al ganado que tiene en varias fincas del barrio Somarriba de la localidad. Unas 35 reses; dos de ellas terneras de apenas unos días. Al día siguiente, el estado de nerviosismo y agitación poco habitual de sus vacas sirvió de presagio: uno de los becerros yacía tendido y había sido devorado.
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«Tenía cinco días; era una cría de tamaño grande y estaba tan normal el día anterior», comentaba ayer el ganadero sin dar crédito todavía a lo sucedido. En esta zona de Liencres, próxima al monte Picota, se descarta la presencia del depredador más temido de estos animales, el lobo, pero el ganadero no lo tenía del todo claro, porque no cualquier depredador puede devorar a un ternero así -aunque tampoco un lobo deja tantos restos-. Los buitres, que sí han sido avistados ocasionalmente por la zona, hubieran perdido alguna pluma tras el ataque y, en cambio, no se encontró ni rastro de su presencia en el lugar donde estaba el becerro.
Fuentes de la Consejería de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria aseguraron ayer que, a tenor de las conclusiones de un agente del Medio Natural, la muerte del animal no fue consecuencia de la fauna silvestre de la zona, sino que podía estar enfermo o falleció antes de que «alimañas», tipo zorros, lo devoraran.
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