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Un grupo de aficionados a la escalada practica sobre la pared de Los Peligros, en la que destaca el enorme grafiti.

La escalada de Los Peligros pinta mal

El muro, lugar de entrenamiento para los aficionados, aparece cubierto por un enorme grafiti que dificulta la práctica de este deporte

Álvaro G. Polavieja

Jueves, 13 de abril 2017, 08:36

Pena y cabreo. Esas son las sensaciones que describen los aficionados a la escalada que acuden habitualmente al muro de la playa de Los Peligros para disfrutar de este deporte tras descubrir un obstáculo inesperado. Y es que el lugar apareció el pasado lunes cubierto por N de aproximadamente dos metros de alto por más de 20 de largo.

La rabia se explica porque, además de ensuciar una zona idílica, la práctica de la escalada en esta pared se ha complicado notablemente en las nuevas circunstancias. «Es un sitio muy habitual para los que nos gusta este deporte. Cuando hace bueno prefieres ir allí en vez de encerrarte en un rocódromo», señaló Raúl Marcote, que suele practicar en esta pared. Pero la escalada de Los Peligros, que recibe cada año a cientos de aficionados, ahora pinta mal. Precisamente cuando llega el buen tiempo y arranca la 'temporada alta' del muro.

También Jesús Laso Calvo forma parte del grupo de deportistas que suelen acudir a practicar a la gran pared situada bajo la avenida de Reina Victoria. Aunque él todavía no ha podido probar, señala que compañeros suyos ya han estado moviéndose por la pared y sus comentarios no son positivos: «Dicen que ahora resbala mucho; ya resbalaba bastante antes por lo usada que está, así que ahora será aún más complicado».

Al igual que en el caso de Marcote, Laso acostumbra a practicar en esta zona: «Al empezar el buen tiempo aprovechamos para ir allí porque el resto del año cuando llueve nos tenemos que meter en el rocódromo. Yo prefiero al aire libre y el muro de Los Peligros es como un gimnasio al que acudes para echar un rato cuando no tienes tiempo para desplazarte a otras zonas a escalar».

Ninguno de los escaladores cuestionados por este periódico entiende que alguien haya utilizado un espacio público tan visitado y enclavado en un marco natural para realizar un grafiti sin valor estético. Paula de la Torre, otra aficionada con años de experiencia, afirmó que «es una falta de consideración por los demás, algo propio de gente que necesita alimentar su ego poniendo ahí su nombre en grande».

De la Torre, que comparte su afición con muchos amigos, señaló que «algunos reconocieron la firma porque por lo visto la han visto más veces por la ciudad, así que quienes lo hayan hecho son gente de aquí que debería saber que en esta zona se escala, y no gente de fuera». Para esta deportista el daño es grande: «Ya he probado el muro y está asqueroso. Se nota el polvo y acabas comiéndote toda la pintura. Ahora la roca resbala mucho más que antes porque es como esmalte».

Adiós grafiti, adiós pared

Las especulaciones sobre la autoría de la enorme pintada eran uno de los temas recurrentes entre los escaladores en la base del muro. Entre otras cosas porque creen que el dibujo fue realizado en la noche del domingo al lunes y que ese día el lugar apareció lleno de restos de basura, algo poco habitual en la zona. En general, todos coincidieron en que el perjuicio causado es enorme, tanto por la pintura como por el proceso necesario para limpiar la pared, que contribuirá a pulirla todavía más.

Raúl Marcote, que estuvo el martes por la tarde probando la pared, destacó que «ya han limpiado una parte de la pared y en esa zona el grafiti, aunque todavía se intuye, prácticamente ha desaparecido. Ahora está toda la pared llena de polvo y habrá que esperar a que haya una surada o algo para que se limpie». De la Torre fue más allá, y señaló que «el problema es que las técnicas de limpieza son agresivas y la roca va a acabar más pulida todavía».

¿Eso significa que escalar en el muro de Los Peligros puede acabar siendo inviable? Así lo ve esta aficionada, que recordó que «cuando en las vías fáciles la roca acaba muy sobada, se abandonan esas vías y se equipan otras, pero, en este caso, para hacer travesía (escalada lateral sin altura a modo de entrenamiento) no hay otras opciones».

Al problema que supone la pintura para los escaladores de la zona, hay que sumarle el gran impacto visual que tiene en un entorno privilegiado. Para Laso, «hay que arreglarlo no sólo por la escalada, sino por la zona que es». En la misma línea, Marcote apunta que «mucha gente pasea o va ahí a la playa, y el grafiti se ve desde cualquier parte».

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