Khaby Lame, un 'tiktoker' en apuros
Perfil ·
El individuo con mayor número de seguidores virtuales del mundo se autodeporta de Estados UnidosNuestras vidas son los 'scrolls' que van a dar en la mar. El poeta Jorge Manrique no pudo sospechar que, seis siglos después de escribir ... su famoso poema, la existencia humana lleve camino de ser un continuo deslizamiento del dedo pulgar o el índice por la pantalla del teléfono móvil. Nuestro precioso tiempo fluye torrencialmente por brevísimos relatos que nos revelan cuestiones esenciales del individuo contemporáneo como la confección de la mejor tarta de chocolate sin necesidad de hornear, el vuelo más barato o la etiqueta adecuada para una boda de día. Ahora bien, también hay quien se beneficia de esta demanda insaciable. Detrás de la enorme capacidad fagocitadora de las plataformas YouTube o Tiktok hay mentes preclaras como la del joven Khaby Lame. Pero, incluso, este 'boss' de las redes sociales, se ha rendido ante otro signo de nuestra época: el ascenso del extremismo político.
La pandemia fue un periodo dramático, pero también supuso una oportunidad económica que supieron aprovechar los emprendedores virtuales. Cuando internet se convirtió en el remedio para largas horas de ocio, con pocos medios e imaginación, muchos comenzaron a colgar vídeos de toda condición. Seringe Khabane Lame fue uno de esos sujetos que encontró su nicho de mercado. Hasta entonces era un veinteañero más con escasa fortuna, hijo de unos inmigrantes senegaleses radicados en la ciudad italiana de Turín.
El muchacho había vuelto al hogar tras perder su trabajo como operario en una fábrica durante la crisis del covid. Encerrado en el hogar familiar, inicialmente, como otros compañeros de redes, se grabó bailando y jugando a videojuegos. Luego sofisticó más su oferta con la elaboración de pequeños 'sketches' que pronto atraparon la atención de una numerosa audiencia.
La fórmula era sencilla y ni siquiera especialmente novedosa. Su humor blanco se suele basar en las paradojas incluidas en situaciones cotidianas y recuerda, por ejemplo, a los gags exclusivamente visuales de Denis Levasseur, el alma mater de la famosa serie canadiense 'Just for Laughs'. El carácter mudo de su ironía la hacía fácilmente comprensible por espectadores de todo el mundo. El gancho radicaba en el abordaje de situaciones comunes, la ironía extraída de obviedades y la intensa expresividad facial.
El público se hallaba ávido de evasión y el éxito resultó fulgurante. En su primer año llegó a los dos millones de visitas diarias y a finales de 2021 sus seguidores alcanzaban los 120 millones y reunía dos mil millones de 'likes'. Al año siguiente ya se encumbraba como el tiktokero más demandado de todo el planeta. Entonces, sus 142,5 millones de seguidores le otorgaban un cetro ansiado por miles de pretendientes con todo tipo de propuestas.
El marketing cibernavega desde hace décadas y no ha permanecido ajeno a fenómenos como el de Khaby, diminutivo de Khabane. La publicidad requirió su imagen y el joven creativo apareció en el 'spot' en el que la Juventus anunciaba el fichaje de Manuel Locatelli. Como ha sucedido repetidamente, la enorme proyección le permitió acceder a las colaboraciones de rostros famosos. Entre otros, contó con la aparición del tenista Novak Djokovic, el atleta Usain Bolt o el cantante Ed Sheeran. Hace unos meses, Unicef lo nombró embajador de Buena Voluntad por su compromiso con los niños africanos.
El joven de origen modesto se convirtió, en sólo dos años, en una 'celebrity' demandada por alfombras rojas de toda condición, incluida la del prestigioso Festival de Venecia. Entonces, llegó el desastre. Lame tocó el cielo de las 'socialités' cuando fue invitado a la última gala del MET en Nueva York, celebrada el pasado 5 de mayo. La ocasión era muy propicia porque la edición estaba dedicada al dandismo negro y no dudó en acudir con un 'outfit' sofisticado, acorde con la temática.
El tiktokero llegó a finales de abril a Estados Unidos con un visado, pero ya había sobrepasado la fecha de retorno cuando fue detenido, hace unos días, por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas en el aeropuerto de Las Vegas. En este ambiente de represión militar de la inmigración clandestina, el caso de Khabane se convirtió en un asunto peliagudo por su fama y las repercusiones que podría conllevar la deportación, medida que implica un periodo largo, tal vez una década, sin poder regresar al país.
Llegó a finales de abril a EE UU con un visado, pero tras sobrepasar la fecha de retorno fue detenido
El simpático Khaby ha gozado de una clemencia que no se ha mostrado con otros 50.000 afectados. Lame se acogió a la salida voluntaria, circunstancia que le exime de cualquier represalia. El creador de contenido ha vuelto a Italia, donde reanudará sus campañas publicitarias con Benetton. Curiosamente, durante sus primeros veinte años también careció de pasaporte del país transalpino, en el que ha crecido y de donde se alojó para estudiar en una madrasa de su tierra natal.
Pero lo sorprendente no es que una figura del 'show business' que se halla respaldada por una cualificada agencia de representación cometa ese error, tan contraproducente para su carrera. Lo más desasosegante es que su detención es fruto de la delación. Bo Loudon, otro influencer, advirtió de la permanencia irregular de Lame. Este joven de 18 años es una figura local, amigo del hijo menor del presidente Trump, y comparte su pensamiento ultraconservador. No ha dudado en revelar que lo hizo. La realidad se ha vuelto perturbadora al otro lado del Atlántico, un lugar donde las peores distopías ya se antojan posibles.
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