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Ellos serán los primeros en entrar en Altamira tras 12 años cerrada / Andrés Fernández / Celedonio
Reapertura experimental de Altamira

37 minutos para la historia

Álvaro San Miguel, redactor de El Diario al que ha elegido la suerte, Andrea Vicente, Javier Miguel Ors, Carolina Pardo y Antonio Díaz han sido los primeros en entrar en Altamira tras doce años cerrada

Álvaro Machín

Domingo, 9 de marzo 2014, 09:13

Y se abrió. Apenas veinte minutos antes de la una de la tarde, la pequeña puerta de acceso a la cueva de Altamira se abrió para el público en general tras doce años reservada únicamente para los científicos. Después de ese instante, 37 minutos para la historia. Los primeros en los que personas anónimas, profanos, y no investigadores, retornaban al interior de la cavidad. A la salida, sonrisas. Las impresiones personales quedaban para una rueda de prensa posterior.

Los periodistas Álvaro San Miguel y Javier Miguel Ors, una estudiante de Derecho en Granada natural de Málaga, Carolina Pardo; y dos cántabros, Andrea Vicente y Antonio Díaz, han sido los cinco afortunados seleccionados mediante un sorteo público en presencia de turistas y periodistas, más de 40 medio había acreditados. La elección se ha efectuado entre las personas que hoy han acudido al Museo y han comprado una entrada.

Sonrisas, miradas de incredulidad y sobre todo, emoción. Tras saber que eran los elegidos, algunos segundos para atender a la prensa, y los responsables del museo se los han llevado a una sala donde les han explicado cómo debían comportarse dentro de la cueva y todas las medidas de seguridad. Unos 40 minutos les han tenido retenidos, un tiempo en el que también les han mostrado la neocueva, la réplica de la Capilla Sixtina del arte cuaternario.

Cuando apenas pasaban 20 minutos de las doce han aparecido pertrechados de monos desechables y mascarillas, la guía María Luisa Cuevas les ha explicado algunas cosas de cómo era la cueva hace 18.000 años. Saludos a la prensa, posado para una foto histórica y se abrió la puerta.

Sus impresiones las han resumido en una breve rueda de prensa posterior. "Sientes el peso de la historia", "se te pone la piel de gallina", "las pinturas siguen estando muy vivas". Son algunas de las frases con las que han descrito su visita. Parcos en palabras y más emocionados que elocuentes han tratado de trasladar cómo se han sentido y lo que han visto. Todos habían pasado antes por la neocueva y han coincidido en algo, las pinturas son iguales, pero no es lo mismo. El original mantiene ese margen para el misterio y la magia de la oscuridad de la cueva verdadera. Sentir que los pasos reproducen los de aquellos que habitaron Altamira hace 18.000 años y dejaron una forma de expresión para asombrar al mundo.

Hasta el Museo de Altamira se han acercado hoy algunas personas más de lo habitual, aunque hubo más prensa que público lo que prueba la expectación levantada. Uno de los elegidos por el sorteo fue uno de los redactores de El Diario Montañés lo que nos permitirá contarles en primera persona cómo se vive y qué hay dentro de la cueva de Altamira, declarada patrimonio de la humanidad.

Durante los doce años que la cueva lleva cerrada solo unos pocos investigadores han entrado en este santuario del arte rupestre que vuelve a abrirse de forma experimental para estudiar cómo le afecta la presencia de las personas. Decenas de sensores seguirán sus movimientos y respiración, y los posibles cambios en la cavidad. Desde el museo se ha confirmado que los sorteos no siempre serán los jueves, sino que irán rotando entre los diferentes días de la semana.

La emoción ha sido el sentimiento generalizado hoy en el museo, empezando por María Luisa Cuevas, la guía que ha enseñado la cueva a esos cinco afortunados. Ella ha entrado numerosas veces antes de que se cerrara, no en vano lleva 41 años trabajando para el museo. Y emoción es lo que ha explicado San Miguel, redactor de El Diario, que ha sentido tras escuchar su nombre. Emoción y orgullo.

Andrea Vicente, que ha acudido al Museo de Altamira acompañada por su madre, ha manifestado que estaba "muy contenta" tras resultar elegida, mientras que Díaz ha confesado a la prensa que "sabía que me iba a tocar".

El novio de Carolina ha explicado que se acercaron a Altamira tras conocer el sorteo. Ambos están de vacaciones en Cantabria, uno de Canarías y Carolina, de Málaga, y durante toda la mañana habían bromeado sobre quíen sería el que entrase. Carolina ha sido la afortunada.

La guía María Luisa Cuevas ha explicado a las cámaras de El Diario que la cueva tiene 270 metros de longitud de los que se mostrarán 200 antes de llegar a la sala de polícromos. Y aunque hay muy poco tiempo, 37 minutos, la guía ha indicado que va a intentar mostrarle otros grabados y figuras en negro que hay en la cavidad y que también son muy importantes.

Siente emoción por entrar hoy, en un día clave, y pena por todos aquellos que se han acercado a Altamira pero no han tenido la suerte de ser elegidos en el sorteo. Ha indicado que al poco de empezar a trabajar, en 1973, una de las visitas que más la impresionó fue la de los actuales emperadores de Japón, que entonces eran príncipes, porque que fueron "entrañables" y "cercanos".

Cuando los funcionarios de las taquillas preguntaban hoy a los que llegan si querían visita guiada o no, la respuesta ha sido unánime: yo vengo a lo que vengo. Su intención era entrar en el sorteo para ver la cueva original. El museo estaba hoy casi reservado para los numerosos grupos de escolares que lo recorren a diario.

Por eso se trasladaban al vestíbulo y rellenaban allí un documento con sus datos personales y firmaban una autorización en la que se comprometían a una serie de requisitos. Han de tener más de 16 años y estar disponibles para acabar el experimento hasta las 13.30 horas. Ese papel también les informa de las condiciones de seguridad de entrada a la cueva y los pasos que deberán dar si son elegidos.

Las visitas serán aleatorias y se desarrollarán hasta el mes de agosto, fecha en la que está previsto finalice el Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso de la Cueva de Altamira puesto en marcha en 2012, bajo la dirección científica del experto Gaël de Guichen.

Se prevé que, hasta entonces, un total de 192 personas participen en el estudio ya que el objeto de las visitas es analizar el impacto que la presencia humana puede ocasionar sobre la conservación de este bien Patrimonio Mundial de la Humanidad desde al año 1985.

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