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Pablo Santiago levanta los brazos en lo alto de la Aguja de las Gaviotas.
"Ibas por Costa Quebrada, subías y veías el atardecer desde allí"

"Ibas por Costa Quebrada, subías y veías el atardecer desde allí"

La Aguja de las Gaviotas era un lugar muy conocido y destacado para los amantes de la escalada. "No por la dificultad o por la altitud, era por subir ahí arriba"

Álvaro Machín

Jueves, 2 de marzo 2017, 07:06

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"Ibas, subías y veías el atardecer desde allí. Hay más escaladas por esa zona, por los acantilados, pero era especial por esa sensación de vacío alrededor. Porque era una cumbre bonita. Pocos lugares eran tan estéticos como ese". El que habla es Pablo Santiago. Él, como tantos deportistas cántabros, subió a lo alto de la Aguja de las Gaviotas "una pila de veces". Lo curioso es que es el protagonista de una imagen que ha circulado por muchos muros de las redes sociales desde que la roca se vino abajo por efecto del temporal. La imagen la que ilustra esta página es de Carmela Baamonde y el que aparece en lo alto con los brazos levantados es Pablo. "Era un sitio al que todo el mundo tenía mucho cariño". Un lugar señalado en la costa cántabra para todos los amantes de la escalada.

Está en muchos blogs. No es difícil encontrar referencias, información. Con sus características, consejos y hasta con un croquis repetido en algunas páginas que ilustra la ruta para llegar arriba. "No ibas por la dificultad de la subida. No ibas tampoco por la altitud. Era por estar ahí arriba, por subir a un sitio como ese", explica Héctor Ruifernández, presidente del Club Treparriscos (la foto es una de las que ilustra la página web de este grupo). Por ese gusto del yo he subido.

Habla de una "vía de corte clásico". Para los no entendidos en la materia quiere decir que no contaba con anclajes fijos en la pared, que se subía con la cuerda "y metiendo los anclajes en las fisuras y en los huecos". "Era fácil entendiendo que habla para los que están familiarizados con la escalada, pero sobre todo era un lugar que destacaba por lo estético". De subida y bajada, según explica, en una hora. "Es un error no intentarla al menos puesto que es, sin duda a equivocarme, la escalada más estética de toda la costa norte", pone en la página web enlavertical. "El lugar en el que se encuentra escriben también en el blog Supernatural, casi sobre el mar, le da un plus a la escalada, Cantabria infinita".

Muy visitada

La Aguja era muy conocida. Emblemática, antigua, al lado de Santander... Pillaba muy a mano. "Casi todos los que suelen escalar aquí la han subido alguna vez. Incluso la gente que no escala sentía la curiosidad de subir a un sitio como ese al verlo. Era un poco como un monumento". En un lugar de tránsito para los amantes de un paisaje espectacular como el de Costa Quebrada. "Sí que veías gente de forma relativamente frecuente escalando si hacía buen tiempo y las condiciones de la mar eran buenas. Sobre todo en verano. Es un lugar al que ibas de forma esporádica, pero si somos unos doscientos los que practicamos por aquí, con una vez al año que fueras...". Los de aquí y también gente de fuera, que se dejaba caer por el entorno de los Urros.

Por eso, ayer los teléfonos y las redes sociales se volcaron con el asunto en el gremio. "Todo el mundo estaba hablando de ello. Corrió la noticia rápidamente y se vio por todos lados. Alguno decía que menos mal que no le pilló a nadie ahí arriba", bromea Ruifernández. La foto, con Pablo en lo alto, fue algo simbólico. La más repetida. "Se nos fue la Aguja. Las mismas grietas por las que subíamos la han echado abajo. Habrá que buscar otro sitio al que subir para ver atardecer".

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