Manuel Carrasco
Hoy llega a Santander para la tercera noche del Magdalena en Vivo
Hace sólo unos días congregó a 23.000 personas en el Carranza de Cádiz. Manuel Carrasco (Isla Cristina, 1981) lleva ya unos años haciendo estas ... cosas. Contando por miles y cantando por decenas, llenando y emocionando a una legión fiel. No escatima en los conciertos y eso se siente. Hoy llega a Santander –en Cantabria ya casi juega en casa– para la tercera noche del Magdalena en Vivo. Primero, Paula Koops (21.00 horas) y Edurne (22.00). Y luego, a eso de las once y media, él.
–Han pasado más de veinte años desde sus inicios en la música. Si mira atrás, ¿qué cree que ha cambiado más en usted como artista y como persona?
–Ha cambiado todo y a la vez hay cosas que siguen intactas. Como artista he aprendido a confiar más en mí, en mi instinto y en lo que quiero contar. La experiencia te da herramientas, pero intento que no me robe la emoción del principio. Como persona, la vida me ha ido colocando en mi sitio. La familia, los amigos y, sobre todo, la experiencia de los años… Todo eso me ha hecho ver la música de otra manera. Hoy me subo a cada escenario con más agradecimiento que nunca.
Las claves
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Inmediatez «Prefiero desaparecer un tiempo si lo necesito para volver con algo que me represente»
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Mensajes a largo plazo «Creo en canciones que se cocinan a fuego lento, en discos que cuentan una historia»
–No es la primera vez que actúa en Santander. En uno de sus conciertos sorprendió con alguna composición específica que hizo las delicias del público. ¿Tendremos nueva entrega esta noche?
–Santander tiene algo especial. Siempre me he sentido muy querido allí y es verdad que me gusta devolver ese cariño con algo único. No te puedo hacer spoiler, pero sí te digo que estoy preparando algo especial para ese día. Me gusta que cada concierto tenga su magia, y el de Santander no será una excepción.
–En un momento donde la industria musical está dominada por lo inmediato, los algoritmos y las listas de reproducción, ¿cómo se posiciona como artista que sigue apostando por el disco completo y el mensaje a largo plazo?
–Es verdad que vivimos en una época de inmediatez, donde todo parece tener que ser rápido y fugaz. Pero yo creo en las canciones que se cocinan a fuego lento, en los discos que cuentan una historia de principio a fin y 'Pueblo Salvaje' va en ese sentido. A mí me gusta hacer música con sentido, dándole su lugar a todos los ingredientes. No me interesa correr, sino llegar. Y eso, a veces, lleva tiempo.
–Las redes sociales han cambiado la forma en que los artistas se relacionan con su público. ¿Siente que aportan una cercanía real o también pueden distorsionar la autenticidad del vínculo?
–Las redes tienen cosas maravillosas, como poder hablar directamente con la gente que te sigue y te quiere. Pero también hay un punto donde todo se vuelve muy superficial. Yo intento usarlas desde la honestidad, mostrarme tal como soy, sin postureos. Si hay conexión de verdad, se nota. Y si no, también.
–¿Cree que hoy en día es más difícil mantener una carrera coherente y duradera en la música por la presión de estar constantemente presente y generar contenido?
–Sí, mantener la coherencia es un reto. Esta industria te empuja a estar siempre visible, a no parar, a producir sin descanso. Pero yo he aprendido a poner límites. Prefiero desaparecer un tiempo si lo necesito para volver con algo que me represente de verdad. No quiero perderme en el camino por seguir el ritmo de los demás.
–¿Tiene alguna rutina, lugar especial o recuerdo ligado a Cantabria que le guste compartir?
–Tengo muchos recuerdos bonitos de Cantabria. Me gusta pasear por la playa cuando tengo un rato libre antes de un concierto. El mar del norte tiene una energía distinta, como muy salvaje. Son cosas sencillas, pero que se quedan contigo.
–Después de esta intensa gira, ¿tiene ya en mente nuevos proyectos musicales o personales? ¿Qué le ilusiona más del futuro a corto o medio plazo como artista?
–Siempre tengo canciones en la cabeza. Después de una gira como esta, uno necesita parar, respirar, volver a mirar hacia adentro. Pero ya hay ideas rondando, cosas que quiero decir. Lo que más me ilusiona es seguir creciendo sin perder la esencia, seguir emocionando. Si consigo eso, lo demás viene solo.
–¿Cómo encuentra el equilibrio entre su vida personal y una carrera tan exigente?
–No siempre es fácil, pero con los años he aprendido a cuidar los espacios donde soy simplemente yo, sin focos ni cámaras. Mi familia, mis amigos, mis hijos… Ellos son mi ancla. Intento que el trabajo no se lo coma todo, aunque a veces cueste hacerlo. Pero si no hay equilibrio, la música también lo nota.
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