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Rubén García lleva a 'Noozhoh' por el Mar Cantábrico. Un ejercicio destinado a incrementar la fuerza del caballo en estas 'vacaciones activas' en Laredo.

Las vacaciones de un caballo 'millonario'

Los propietarios del equino, nacido y criado en España, han rechazado una oferta de casi dos millones de euros por esta joven estrella de los hipódromos

MARCO G. VIDART

Sábado, 17 de enero 2015, 07:50

El laredano Rubén García suelta músculos con unos paseos en círculo. Junto a él, va su compañero de entrenamiento. Pero tras más de mes y medio, ya se han convertido en amigos. Rubén palmea fuerte el lomo de su colega. «Es que es muy mimoso ¿Verdad que sí, socio?». Su 'socio' de estos días atiende al complicado nombre de 'Noozhoh Canarias'. 'Nuso', como le llaman todos en la Cuadra Remolina de Laredo. Un pura sangre inglés de color castaño y mirada de infinita nobleza. El animal devuelve las caricias y los juegos a Rubén, que le besa la cara. Se nota que ambos se tienen un aprecio sincero y que no pueden estar más contentos. El uno, porque a sus 26 años disfruta con cada minuto de un trabajo que es su pasión en la vida. El otro, porque a sus cuatro años disfruta en Laredo de sus 'vacaciones', descansando para afrontar una temporada que le puede convertir en mito.

Porque 'Noozhoh' no es un caballo cualquiera. Es, ahora mismo, el gran nombre de la hípica española. Nacido en 2011 en la Dehesa de Milagro, en Navarra, nada hacía presagiar este portento de cuatro patas. Sus padres, 'Caradak' (él) y 'Noozhah' no eran estrellas ni mucho menos. Pero la yegua había dado a los hermanos Bolaños, de Gran Canaria, su primera victoria. Como el potro era hijo de ella, decidieron comprarlo. Pagaron 11.000 euros. Al animal enseguida se le vieron cualidades. Aunque no es muy alto y no impresiona como otros purasangres, enseguida asomó un formidable cuerpo de atleta sin apenas entrenamiento. Y lo mejor está dentro, un 'motor' que le hace volar sobre la pista. En España, su primera carrera fue un paseo. Y en su primera salida al extranjero, en Burdeos, los españoles dejaron sin blanca al hipódromo. El desconocido caballo patrio se pagaba 14 a 1. Y su victoria hizo saltar la banca. El chico humilde estuvo a punto de poner patas arriba a todo el turf europeo el pasado octubre. En el Grand Criterium, en el hipódromo parisino de Longchamp, se daba cita la flor y nata de los jóvenes velocistas europeos. Solo 'Karakontie' pudo ganar -y por medio cuerpo- al joven talento español, que mandó durante toda la prueba. La última oferta que les han hecho a los Bolaños por 'Noozhoh' es de casi dos millones de euros. La han rechazado. Creen que su 'chaval' vale más.

Después de tanto trajín, a 'Noozhoh' le han tocado sus primeras vacaciones. De la localidad francesa de Chantilly, donde entrena todo el año, a Cantabria. Alberto Remolina (Laredo, 1968) lleva 20 años dedicado a este cometido. «Recuperar física y mentalmente a los caballos», señala. «'Noozhoh' ha competido con los mejores de Europa de su edad. Y además están los viajes. Incluso en avión. Eso mina. Como a una persona. Son atletas de élite. Solo que ellos no te hablan».

'Noozhoh' llegó a Laredo el 27 de noviembre. Tras unos primeros días de adaptación, al caballo se le notaba contento. Los paseos por los dos kilómetros largos de la playa del Regatón, mojarse las patas en el mar o en la desembocadura del Asón... Tras un mes para 'desintoxicar' la cabeza, el animal empezó a pedir un poco más de 'marcha'. «Galopes con más ritmo, baños hasta el pecho para coger fuerza...», incide Remolina.

Largas jornadas

El día comienza pronto para la estrella del turf español. A las 05.30 de la mañana, los cuidadores pasan por el box de 'Noozhoh'. «Miramos si ha pasado buena noche, si tiene algo de fiebre -la temperatura de un caballo es de unos 37,5 grados-...». Tras un desayuno frugal, llega la sesión de entrenamiento de la mañana. Hora y media. A mediodía, toca una comida algo más seria. «'Noozhoh' come, al día, unos dos kilos de avena y entre seis y ocho de pienso compuesto, más suplementos de vitaminas, manzanas y zanahorias». El animal descansará hasta media tarde, cuando hará un paseo «mucho más suave, ya solo o con alguien llevándole de la brida». La cena, la comida más importante del día, es a las siete de la tarde. Desde ahí, a dormir. «El sueño de un caballo no es como el nuestro. No es tan continuo. A lo largo del día, un caballo puede dormir entre seis y ocho horas». Como en cualquier vacación que se precie, 'Noozhoh' puede coger algún kilo de más. Aunque como deportista de élite que es, jamás podrá estar gordo. «Le vendrá bien algún kilo extra para que luego pueda tirar de reservas, añade Remolina. Los cuidados de un caballo como 'Noozhoh' ascienden a «unos 1.500 euros al mes. Todos los años, tres o cuatro caballos del máximo nivel pasan algunos meses aquí», relata Remolina.

Un carácter perfecto

Lo que ha enamorado a todo el personal de la Cuadra Remolina es el carácter de 'Noozhoh'. Porque es la tranquilidad sobre cuatro patas. «Facilita mucho las cosas», dice con una sonrisa Remolina. «No hay que hacer nada especial con él. Hay caballos que te complican mucho la vida, porque necesitan cuidados especiales. Él no».

Pero montar a 'Noozhoh' y a los demás caballos de alto copete que traen a la Cuadra Remolina también implica una responsabilidad máxima. «Son caballos de mucho valor y compiten en pruebas cuyo ganador se puede llevar 400.000 o 600.000 euros», apostilla Remolina. A su grupa, Rubén García se afana siempre en «evitar que se tropiece, en corregirle alguna falta... Todo para su seguridad». Manuel Revuelta (Anievas, 1988), es otro de los jockeys de la cuadra. Y también ha montado un par de veces a 'Noozhoh'. «No va a estar aquí el mejor caballo de España y no vas a montarle», añade entre risas. «Pero siempre con esa responsabilidad máxima. Llevas debajo del culo caballos que pueden valer tres millones de euros».

Cuando vuelva a Francia en febrero, en sus sueños de victoria por los mejores hipódromos de Europa 'Noozhoh' tendrá, a buen seguro, un hueco para sus amigos de Cantabria. «Cuando gane las carreras más importantes, claro que nuestra satisfacción será grande», apunta Remolina. «Y ganará. Porque 'Noozhoh' es muy, muy, muy bueno». Lo que ya se han ganado los grandes ojos marrones de este chico tranquilo es un lugar en el corazón de la Cuadra Remolina. «Nos hemos encariñado con él», concluye Rubén García.

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