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Foto aérea del Seminario Mayor de Comillas.
Viaje al interior de un templo en ruinas

Viaje al interior de un templo en ruinas

Nueve empresas concursan en el proyecto de restauración de la iglesia del Seminario Mayor de Comillas

María de las Cuevas

Sábado, 24 de mayo 2014, 07:55

Al entrar al interior de la iglesia del Seminario Mayor de Comillas se hace difícil imaginar que estamos ante una joya de la arquitectura modernista catalana del siglo XIX, un espacio singular que destaca por una fachada recubierta de azulejos cerámicos de tradición medieval y renacentista. El Seminario, con la iglesia en su parte central, fue un laboratorio de innovación en el que sus arquitectos Joan Martorell y Lluís Domènech i Montaner, dejaron volar su creatividad.

Desde 2012 la planta está completamente apuntalada para evitar el desplome de la cubierta. El sistema de apeo mantiene en sus sitio una bóveda que de otra forma ya no conoceríamos. El tiempo ha roto las vidrieras y el agua se cuela en abundancia por las fisuras de los muros y borra a su paso los lienzos y pinturas que decoran las paredes.

Las obras de rehabilitación del templo llegan antes de que haya habido que lamentar ningún colapso parcial o absoluto de la edificación, como ocurrió en 2012 en parte del claustro oeste. Los trabajos comenzarán a mediados de julio, antes de que lleguen las lluvias. Según los técnicos de la Sociedad de Activos Inmobiliarios Campus Comillas, SAICC, titular de las fincas del Campus Comillas, la restauración entraña un elevado riesgo de desplome debido a su alarmante estado de ruina. Una vez finalizados los trabajos para afianzar la estructura del templo y restaurar la cubierta, que finalizarán en el primer trimestre de 2015, se le dará a este edificio -Bien de Interés Regional- una segunda vida. Cuentan con un presupuesto de 5,2 millones de euros destinados principalmente a estabilizar la estructura y recomponer la cubierta, que es lo que más prisa corre. Después, se procederá a retirar el apuntalado que sujeta el edificio desde 2012 y que ha hecho una importante labor impidiendo que se desplazaran los muros. La retirada del sistema de arqueo y apeo será un momento crucial en las obras, según explican los técnicos. La financiación para la I fase de la rehabilitación responde a los 1,3 millones de euros aportados por la Fundación Botín, un millón del Gobierno de Cantabria y 250.000 euros del Ejecutivo central.

Debido a la complejidad y grado de responsabilidad de los trabajos de restauración, no se han presentado muchas empresas al concurso. En concreto, han sido nueve empresas de Cantabria, País Vasco, Barcelona, Madrid e internacionales. El jurado tendrá en cuenta la calidad de la solución técnica que presente el proyecto para reconstruir el edificio respetando su esencia. El proyecto repetirá las mismas soluciones arquitectónicas del siglo XIX, sin utilizar hormigón ni cualquier otra unión moderna, ya que solo se utilizarán los elementos originales, como el ladrillo y madera.

El edificio es complicado de raíz, pues fue una obra muy arriesgada en su época al utilizar materiales de poca conservación y calidad pobre. Por ello, el mal estado de conservación actual, además del nulo mantenimiento que ha recibido el edificio y de unas polémicas obras de restauración en 2007, cuando se abrieron unas puertas de 3 metros de ancho en los muros de la iglesia para comunicarla con el claustro. Algunos técnicos consideran que estos trabajos pudieron causar una aceleración la inestabilidad de la estructura.

Rescate de las obras de arte

Más de un 10 por ciento de los 5,2 millones de euros presupuestados para esta I fase irá destinado al traslado de las obras de arte que hay en el interior de la iglesia. Lienzos de los grandes artistas del momento: los pintores Eduard Llorens, Joseph María Tamburini, Joan Llimona o as vidrieras de Rigalt y Amigó. En un futuro estas obras de arte serán restauradas, de momento la dotación solo alcanza para asegurar la estabilización del templo y evitar un desplome. Las pinturas de las bóvedas, altares, cuadros y los tres retablos y los lienzos rescatados del agua y la humedad aplicando un delicado proceso para su retirada y se guardarán en el edificio Hispanoamericano. También se arreglarán tres de las vidrieras que están rotas. Los técnicos de SAICC concluyen que es incalculable el presupuesto que se necesitaría para restaurar por completo el Seminario Mayor. Debido a su magnitud, la partida de 5,2 millones destinada actualmente para su restauración solo supondrá un comienzo para lograr la conservación del Seminario Mayor de Comillas. El futuro del lugar dependerá de que cada gobierno, poco a poco, invierta en este patrimonio de la arquitectura de Cantabria.

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