El Gobierno convertirá Parayas en un macrocomplejo para la atención de la discapacidad y la dependencia
Dos de los doce edificios del antiguo psiquiátrico seguirán con su uso actual como centro de internamiento de menores | Los otros inmuebles se derribarán o reformarán para acoger cinco centros de asistencia y una residencia de mayores
María José Sáenz de Buruaga no tardó mucho en enfrentarse con el Gobierno de Pedro Sánchez tras ser investida presidenta de Cantabria. Tan solo tres ... meses después de ganar las elecciones autonómicas de 2023, la líder del PP se negó a seguir adelante con el proyecto del Ministerio, amparado por el bipartito PRC-PSOE, para alojar a 300 refugiados en las instalaciones del antiguo psiquiátrico de Parayas, cerrado desde el año 2011. «España es muy grande y los refugiados se pueden acoger en muchos lugares del país, pero a los mayores y a las personas con discapacidad o con trastorno mental no les podemos mandar a otra comunidad autónoma para que las atiendan», dijo en aquel momento, sin concretar todavía cuáles eran exactamente las intenciones del nuevo Gobierno del PP con los 144.800 metros cuadrados de aquella parcela de Maliaño. Tan solo adelantó que allí se construiría una residencia de mayores.
Ahora, dos años después de aquel portazo al proyecto del Ministerio, la Consejería de Inclusión Social dirigida por Begoña Gómez tiene muy avanzada la hoja de ruta para convertir la finca en un macrocomplejo para la atención de la discapacidad y la dependencia, según ha podido saber El Diario Montañés. Se tratará de uno de los dos proyectos estrellas del mandato de Buruaga en el ámbito de la sanidad y los servicios sociales, junto con el derribo de la Residencia para instalar allí un parque científico de la salud.
Futuras instalaciones
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1. Un centro integral de neurorehabilitación para personas con daño cerebral o lesiones neurológicas, incluyendo atención a pacientes ELA.
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2. Un centro de atención psicosocial para personas con trastorno mental grave y a sus familias cuidadoras.
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3. Una residencia para personas mayores en situación de dependencia.
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4. Un centro para recuperación de la salud para personas sin apoyos familiares.
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5. Un centro de atención para niños y adolescentes con problemas psiquiátricos y daño cerebral que ya no reciben atención mediante educación especial (cuidadores mayores que necesitan apoyos para la atención de los mismos). Incluiría atención a TEA.
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6. Residencias terapéuticas.
La idea de la Consejería es abrir allí seis instalaciones punteras en servicios sociales: un centro integral de neurorehabilitación para personas con daño cerebral o lesiones neurológicas, incluyendo atención a pacientes ELA; un centro de atención psicosocial para personas con trastorno mental grave y a sus familias cuidadoras; una residencia para personas mayores en situación de dependencia; un centro para recuperación de la salud para personas sin apoyos familiares; un centro de atención para niños y adolescentes con problemas psiquiátricos y daño cerebral –incluida TEA– que ya no reciben atención mediante educación especial (cuidadores mayores que necesitan apoyos para la atención de los mismos), y residencias terapéuticas.
Estos nuevos servicios ocuparían diez de los doce edificios del antiguo psiquiátrico de Parayas, que se encuentran abandonados y sin uso desde hace catorce años. Los otros dos se separarán físicamente del resto para seguir utilizándolos como correccional para menores que deben cumplir penas de prisión.
Estado actual
La mayor preocupación de la Consejería ahora es el estado en el que se encuentran los edificios del futuro macrocomplejo. Es clave saber si los inmuebles se pueden reformar, si es necesario derribarlos y volverlos a levantar y, además, si cumplen las condiciones técnicas necesarias para usarse para esos fines.
Para aclarar estas dudas, el Consejo de Gobierno aprobó en noviembre del año pasado encargar a Tragsa el Plan Director de Usos del complejo. Es decir, un estudio en profundidad de las instalaciones para saber qué se puede aprovechar.
Ese informe estará listo en unas semanas, según informan desde la Consejería, pero ya existe un primer avance que revela «graves deficiencias en la cimentación y estructura de tres de los edificios». Casi con toda seguridad habrá que demoler esos inmuebles ya que son irrecuperables para su uso. Además, es patente la presencia de humedades, causantes directa del deterioro estructural, degradación de materiales y presencia de hongos, estos últimos presentes en todas las construcciones.
Aunque la recuperación de Parayas supondrá un coste importante, desde la Consejería se amparan en los datos para demostrar la necesidad del proyecto. Según un informe de la Universidad de Cantabria, encargado por el Gobierno para el horizonte 2025-2030, existen ahora mismo en Cantabria 22.692 personas –el 3,89% de la población– con algún grado de dependencia y, por tanto, con derecho a servicios sociales. De ellas, 16.537 tienen más de 65 años.
El calendario
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Exámen La Consejería de Inclusión Social encarga a Tragsa hacer un informe sobre el estado de los edificios de Parayas .
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Diagnóstico final Tragsa concluirá en las próximas semanas su documento, en el que ya avanza que hay tres edificios con «graves deficiencias» en su cinmentación y estructura.
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Propuestas La Consejería decidirá durante el verano-otoño los usos en función del estado de los inmuebles y de los requerimientos técnicos.
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Memoria Para diciembre de este año la Consejería tendrá listo el anteproyecto y presupuesto necesario.
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Despachos La intención es sacar el proyecto a concurso público en 2026.
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Ejecución El objetivo es que las obras arranquen la próxima legislatura para que el macrocomplejo pueda recibir pacientes en el próximo ciclo político.
Este volumen tensiona la capacidad de la comunidad para ofrecerles la atención que requieren. Por eso, el estudio considera que Cantabria, que ya cuenta con 4.470 plazas concertadas de residencias de mayores, necesita para este mismo año 628 más, y otras 134 de discapacidad para añadir a las 667 que ya existen.
Los centros de atención a la dependencia están llenos –las bajas por fallecimiento se cubren en menos de 48 horas–; los más solicitados cuentan con personas a la espera de que se libere una habitación para poder entrar, y hay muchos casos que ocupan plazas privadas (sufragadas en parte por el Gobierno de Cantabria, con la prestación vinculada al servicio) hasta que accedan a la concertada. Mientras tanto, la oferta está prácticamente estancada, ya que la mitad de las residencias que se proyectaban construir, para llegar a 2025 con una mayor capacidad de respuesta, no han prosperado.
Por eso, el cronograma que maneja la Consejería de Inclusión Social está muy ajustado. En cuanto se reciba el informe de Tragsa, se tomarán las decisiones sobre los edificios y las instalaciones, con vista a elaborar un anteproyecto con presupuesto fijado para las próximas navidades.
Si se cumple este calendario, el Gobierno tendría todo el año 2026 para superar todos los trámites del macrocomplejo en los despachos. Es decir, convocar el concurso, licitarlo, adjudicarlo, conseguir los permisos técnicos... con el objetivo de que las obras pudieran empezar en la próxima legislatura.
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