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Marta San Miguel
Sábado, 24 de octubre 2015, 07:50
La turbo rotonda de la S-20 empieza a funcionar sin ayuda. El primer día necesitó conos por todas partes y presencia policial constante para guiar a los conductores por su novedoso entramado. El segundo día se limitaron los conos a las zonas de línea continua más conflictivas. Y ayer, después de reforzar con pintura bacheada todas las líneas continuas, la policía local empezó a reducir su presencia en la glorieta.
Tres días después de que sorprendiera a los conductores de Santander con su innovador diseño -importado de Holanda-, el caos y la confusión inicial comienzan a reducirse. Todavía se pueden ver conductores saltándose la línea continua y realizando maniobras ilegales, pero cada vez son menos. El mayor problema lo tienen los que llegan a la glorieta por primera vez. Para los que han pasado ya por allí, la teoría es mucho más comprensible: hay que usar el carril exterior (el de la derecha) cuando uno quiera desviarse en la primera o la segunda salida. Y usar el interior (el de la izquierda) cuando quiera salir por la tercera, la cuarta o la quinta. Solo hay que saber de antemano dónde quiere salirse uno y entrar por el carril correspondiente.
Para intentar dejar lo más claro posible a los conductores lo que se puede hacer, y sobre todo lo que no, dentro de la rotonda, el Ayuntamiento reforzó ayer las líneas continuas de la glorieta con un pequeño bacheado que hace que el coche vibre cuando las ruedas pisan la línea continua. También se repintaron algunas señales horizontales.
«Positivo» para los vecinos
Javier Martínez, el presidente de la Asociación de Vecinos de Monte, se muestra satisfecho con esta rotonda, a pesar de que los primeros días están siendo complicados. «El primer día fue un poco caótico porque la gente se la encontraba encima y se sorprendía, pero con la publicidad que se ha dado a través de los medios la gente lo tiene más asumido, aunque todavía se ven algunos errores. Lo veo mucho más ágil que al principio. Aquí en dos o tres se circulará con total normalidad».
Martínez es consciente de que sus vecinos serán los que más utilicen la famosa turbo rotonda. «Es una medida positiva para nosotros porque esta es una de las glorietas con más accidentes». Desde que se cambió su funcionamiento no ha habido ningún accidente. Y eso que la glorieta absorbe cada día unos 25.000 vehículos de media.
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