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josé montes
Sábado, 8 de agosto 2015, 18:13
Hoy hemos recorrido 73 km. muy cómodos junto al Danubio y junto a un montón de ciclistas que vienen y van. Todo llano, ni subidas ni bajadas, con el río a nuestra izquierda.
Esta mañana, al salir del hostel vimos cuatro bicicletas con extraños anuncios en las ruedas delanteras, resulta que eran bicis alquiladas en Viena y los ciclistas pensaban hacerse con ellas un viaje importante. No tenían calas ni sujeciones en los pedales pero ellos ponían la ilusión y seguro que llegarían donde se lo propusieran. Eran gente joven.
La bici por aquí es muy común, se alquilan en cualquier sitio aunque el pueblo sea pequeño y se nota por el respeto que tienen los conductores con los ciclistas. Se ve que el conductor ahora puede ser un ciclista luego y eso hace que sea más fácil ponerse en el lugar del otro.
Os dejamos la foto del domicilio del padre de la iglesia de Hungría tiempos ha.
A unos 13 km. llegamos a Domos, donde la señal que durante todo el tiempo en Hungría nos ha estado señalando que íbamos por la eurovelo nº 6 nos recomendaba que saliéramos de la carretera. Para los que queráis daros un garbeo por Europa en bicicleta, cargados como animales, así como nosotros, debéis saber que Europa está cruzada y recruzada por estas carreteras para bicicleta o que comparte con los vehículos su trazado y que son carreteras que tienen una serie de características: No hay mucho tráfico, no hay muchos desniveles, etc., etc. Hay un mapa que podéis comprar en el sitio de eurovelo en internet. La nº 6 va del Atlántico al Mar Negro y atraviesa 10 países.
Pues, como os decíamos en Domos hay una barca que nos pasa al otro lado del Danubio y nos traslada en volandas por los carriles bici hasta Budapest o casi.
la ruta
la ruta
Por lo pronto cuando dejamos la carretera general para enfocarnos a la barcaza una pareja de franceses con una cámara de rueda en la mano nos sonreían. Al Can We help you, obligatorio en estos y en todos los casos, nos mostraron como apretaban un parche y se quejaban que habían agotado el pegamento. Les ayudamos dándoles otro tubo usado que llevábamos y les dimos unas instrucciones para su pegado, porque vimos que eran unos neófitos. A pesar de ello, arrogantemente, nos indicaron que iban a Turquía y May be pudieran ir por Asia o volver por Grecia. ¡Qué gente! No os describo las bicicletas porque sería para no creerlos. Pero por el mundo hay gente así. Allí les dejamos después de que necesitarían 2 días para llegar a Budapest y que aún no sabían dónde se iban a quedar.
Como por un embudo todos nos dirigimos a la barcaza que salió del embarcadero y tuvo que ralentizar la marcha para que un gran barco asara aguas abajo cargado de gente que asomados a las ventanas de sus camarotes o en el exterior saludaban dejando claro su poderío. No era cuestión de mezclarse con esos tipos que no tenían ni para un coche.
Al tomar la orilla derecha del río todo cambió: chalets entre la vegetación, un mundo de explotación turística similar al Camino de Santiago pero con unas infraestructuras para las bicicletas que nos dejaron asombrados. Y sobre todo, el resplandor del río, tan ancho, que eclipsaba la marea cicloturista.
El calor tan agobiante y las frescas imágenes de las pequeñas playitas nos obligó a darnos un baño que nos supo a gloria. No importa que el culote se mojara, en 10 minutos todo volvió a estar seco.
Aunque ellas no se enteren, hemos de dar un merecido homenaje a nuestras bicis que se están portando muy bien o casi. En cualquier caso, hasta ahora no nos han dejado tirados también es cierto que gracias a la pericia de los animaletes que las montamos.
Attila, el famoso rey de los Hunos que tuvo que ver con el nacimiento de Hungría está presente en las calles. Tambien Puskas, nombre o apellido muy habitual que leemos en algunos rótulos.
Por fin, tras el siempre duro trago de entrar en una gran ciudad en bicicleta, hemos conseguido, gracias al gps encontrar el lugar donde dormir hoy y mañana ya que mañana nos toca hacer un recorrido turístico por la city.
El Hotel Fortuna de 3 estrellas nos ha costado dos noches para dos personas 80 euros y tiene aire acondicionado porque sería imposible pegar ojo si no o tuviera. Por favor que se nuble unos días.
Por de pronto vayamos a la cama que hoy nos lo hemos merecido.
Saludos y gracias por vuestros correos. Nos hemos dado cuenta que nos seguís un montón.
Sobre todo gracias al Diario Montañés por su generosidad para con nosotros. No sería lo mismo este viaje sin el apoyo de este periódico.
Y ya que vamos de agradecimientos, reiteramos el buen hacer de las chicas de Viajes Ecuador de Torrelavega, porque ellas tienen mucho que ver en el buen desarrollo de éste y los anteriores viajes. Gracias Elena, gracias Beatriz.
Saludos
Jose y Tomás
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