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ROSA M. RUIZ
Domingo, 31 de octubre 2010, 10:27
La última fase de la construcción del nuevo Hospital Valdecilla parece que no va a acabar nunca. Se inició en 2007 y tres años después, el edificio apenas levanta del suelo. En las últimas semanas políticos y sindicatos denuncian un nuevo parón en la obra, algo que desmienten sus encargados. Reconocen, eso sí, que se han demorado mucho más de lo previsto, que se han encontrado con un buen número de problemas con el suelo y, sobre todo, que los edificios de los alrededores, todos ellos del complejo hospitalario, les han obligado a crear nuevos accesos hasta la parcela. Aún así, uno de los tres arquitectos responsables del proyecto, Luis Fernández Inglada, se atreve a poner fecha al fin de obra. «Yo espero que esté concluida antes de 2012», afirma. Eso sería dos años después de la fecha prevista inicialmente.
El solar donde se ubicaba la Residencia General del Hospital Valdecilla es actualmente un gran boquete rodeado de grúas. Son 80.000 metros cuadrados arcillosos, llenos de humedades y en los que poco a poco se está levantando el nuevo edificio que aspira a convertirse en puntero. En esta gran superficie se trabaja un nivel por debajo del edificio de Urgencias.
Durante el día, varios camiones entran y salen con el encargo de trasladar los materiales. Según señala este arquitecto, unas sesenta personas de distintos oficios están desarrollando sus labores estos días. Son los encargados de la cimentación, hormigonado y ferrallado -colocación de forjado y pilares- del nuevo hospital. Una construcción que va demasiado lenta para una buena parte de la sociedad cántabra que lleva años esperando verlo crecer. Los directores de la obra, y responsables del proyecto, son los arquitectos Eduardo Herráez, Juan José Arévalo y Luis Fernández Ingalda. Ni ellos mismos imaginaron que la construcción se iba a demorar tanto, pero explican que en el camino se han encontrado con un gran número de dificultades.
«Terreno diabólico»
Calculan que a mediados de enero habrán concluido la fase de la construcción. «Nos encontramos con un terreno diabólico», asegura Inglada. Actualmente, quedan por poner los cimientos en un 25% del terreno. Cuando lo consigan habrán logrado llegar a la cota cero. A partir de ahí, señala, comenzará a colocarse la estructura, si bien ya se ha instalado una parte de ella, la más cercana a la Escuela de Enfermería.
El coste final de todo el edificio rondará los cien millones de euros, una cantidad que está adelantando el Gobierno de Cantabria y que también es objeto de controversia. Aunque el Ejecutivo tiene el compromiso del Ministerio de Sanidad de que afrontará una parte del pago, el acuerdo aun no se ha materializado. Eso sí, la administración regional lleva semanas diciendo que se firmará este mismo año.
Canalización
Inglada expone que lo más dificultoso de esta tercera fase será llegar a la 'cota cero' y recuerda que antes de iniciarla tuvieron que esperar a la demolición del antiguo edificio, también con más retraso del previsto. Además, explica, que una vez retirados todos los escombros, se encontraron con un suelo «inesperado». Una tierra muy arcillosa a la que llegaban varias filtraciones de agua. Esto les obligó a realizar una canalización, antes de iniciar los trabajos, y también a vaciar el terreno que había alrededor del resto de construcciones del complejo hospitalario: el Edificio 2 de Noviembre, el aparcamiento subterráneo, el centro comercial, el Pabellón de Urgencias y la Escuela de Enfermería.
De momento, para proceder a la cimentación se han empleado 60 kilómetros de micropilotos y unas grandes losas de hormigón de casi un metro y cincuenta centímetros.
Uno de los mayores problemas en la obra ha sido la falta de accesos a la parcela. Para que los camiones pudieran entrar con los materiales, se ha construido una especie de carretera interior, ya que no se podía utilizar el acceso por la Escuela de Enfermería, ni tampoco por el centro comercial, aunque en un principio se proyectó la desaparición de esta zona antes del inicio de los trabajos.
Estos días, y desde el interior de la parcela, se ve como va tomando forma la parte del edificio en la que se ubicarán los tres bloques de hospitalización previstos. Hasta se ha colocado, a modo de prueba, un trozo de fachada metalizada y grisácea.
En total, el edificio tendrá cuatro plantas subterráneas, cuya estructura ya está en construcción, tres comunes, que también están esbozadas y encima de estas, los tres bloques con otros cinco pisos. De altura, el edificio será algo inferior al vecino 2 de Noviembre.
Los responsables del proyecto, que ejecuta la Unión Temporal de Empresas (UTE) formada por Ascan, FCC y OHL, aseguran que una vez se llegue a la 'Cota Cero', la obra comenzará una nueva etapa mucho más dinámica y vistosa para los ciudadanos, pues ahora mismo resulta imposible contemplar los trabajos que se están realizando desde la calle. Entonces, cuenta este arquitecto, hasta mil personas de distintos oficios trabajarán en el nuevo hospital, entre albañiles, fontaneros, decoradores, técnicos y otros.
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