«Me quedé sin frenos»
Susto monumental en el carrusel de Cabezón: un coche se estrelló contra el tiovivo cuando una niña disfrutaba de la atracción
LUCÍA ALCOLEA
Miércoles, 5 de enero 2011, 19:30
José Antonio es el dueño del carrusel instalado durante las fiestas de navidad en la Plaza del Ayuntamiento de Cabezón de la Sal y ayer por la tarde se quedó, temporalmente, sin negocio. Un coche colisionó contra la atracción y ardió en llamas tras sufrir un fallo en los frenos. En el momento del accidente solamente había una niña en el tiovivo, que fue recogida por su padre, quien sí sufrió una leve lesión en la pierna.
El conductor del vehículo, un hombre de mediana edad natural de Puente San Miguel, que salió ileso, se dirigía a Galicia por la autovía cuando notó que «el coche empezaba a fallar», motivo por el que decidió desviarse en la salida hacia Cabezón para «averiguar qué le pasaba y no tener que estacionar en el arcén con los triángulos de emergencia». «Empezó a salir humo del coche donde la Cruz Roja (en la entrada del pueblo) y ya en la rotonda vi que no frenaba», relató el conductor. El vehículo atravesó la valla que separa la plaza de la carretera e impactó contra el carrusel.
En ese momento Marta Coterillo, una vecina del pueblo, se encontraba con su hija de siete años en las colchonetas, al lado de la atracción. «Mi cuñada estaba en la taquilla del tiovivo con mi sobrina cuando se produjo el accidente». La mujer tuvo que ser trasladada al hospital por un fuerte dolor de espalda tras tirarse al suelo para salvar a la niña. Aunque las dos se encuentran bien.
Según José Antonio, que debía permanecer al menos hasta el 10 de enero en el pueblo con su atracción, «sólo había una niña montada y su padre corrió a cogerla en cuanto vio acercarse el coche a toda velocidad, pero podía haber pasado cualquier cosa». Lo primero que hizo el joven fue apagar los generadores para «no causar un daño mayor, ya que si llega a entrar veinte centímetros más adelante, hubiéramos tenido que lamentar algo peor», relató. Aunque lo que de verdad lamentó el dueño del carrusel, de 22 años, es que «esta atracción era mi modo de vida y ahora tengo que esperar a que me paguen todo».
Afortunadamente, «todo ha quedado en un susto», dijo suspirando el conductor del turismo, quien tuvo que prestar declaración ante la Guardia Civil y aseguró que «el coche se encontraba en perfecto estado y con todo en regla». Prueba de ello, dijo el hombre, «es que me dirigía a Galicia». En el tiempo que tardaron en llegar los bomberos, «intenté quitar el fuego con un extintor, pero ardía en llamas», aseguró el conductor del coche.
A las ocho de la tarde la zona permanecía acordonada mientras la grúa recogía el vehículo. Entrada la noche, los bomberos habían quitado los desperfectos. El susto se quitará con el tiempo.
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