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Elena de la Colina y Héctor del Río se casaron en Mijares (Santillana del Mar).

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Elena de la Colina y Héctor del Río se casaron en Mijares (Santillana del Mar). Yulia Ignatova

Lo que sí y lo que no debe ocurrir en una boda

BODAS CANTABRIA ·

La 'wedding-planner' Vanessa Abascal comparte su experiencia y consejos a las parejas que vayan a darse el 'sí, quiero'

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Domingo, 25 de noviembre 2018

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-Lo primero y más importante de todo, la novia nunca debe de llegar tarde. Para mí es una falta de educación enorme hacia su futuro marido, el sacerdote y todos sus invitados. Si se envía una invitación con un horario, se debe de cumplir ese horario, especialemente los novios.

-Las invitaciones más elegantes son las más sobrias. Además, ahora se pueden elegir papeles y sobres preciosos. Cuanto más sencillas, mejor.

-Me parece muy aconsejable añadir el número de cuenta en las invitaciones, pero sólo para hacérselo llegar a la gente más joven y cercana a ellos, que entenderán el gesto como una facilidad.

-Me gusta mucho la idea de que las damas de honor acompañen a la novia. Sé que es una tradición traída de fuera, pero me gusta mucho. Es imporante que sean los novios los que elijan los trajes de los niños de arras, aunque no los paguen ellos.

-Otro de los detalles que no me gusta nada son los clínex. ¿Dónde quedó aquel maravilloso pañuelo de algodón o de hilo bordado?

-Disfruto muchísimo escuchando los votos matrimoniales escritos por todas las parejas. Sin querer o queriendo, dicen mucho de su relación. Siempre resultan muy emotivos.

-Sí a hacerse fotos con los novios en el altar, pero única y exclusivamente los familiares cercanos: abuelos, padres, hermanos, niños de arras, damas y testigos. El resto, en el cóctel o durante el baile.

-Sí, sí, y sí a lanzar arroz o pétalos a los novios tras la ceremonia. Un no rotundo a los pomperos, sobre todo a los pequeños que manchan mucho.

-Sí, y mil veces sí, a poner autobuses para los invitados.

-En las bodas de día, sí a las pamelas y no a los vestidos largos de las invitadas. Esto es protocolo puro y duro.

-No y mil veces no a las gafas de sol en las bodas. Ni para hombres ni para mujeres. No es apropiado.

-Sí a las decoraciones florales.

-No a decorar con globos, salvo en el caso de hacer una suelta de globos enorme.

-Sí a mantener nuestras tradiciones, porque forman parte de nuestra cultura y nunca una tradición podrá ser algo anticuado. Por ejemplo, el corte de la tarta. Sí, sí y mil veces sí. ¡Que no desaparezca nunca!

-No a que los novios, tras el corte de tarta, hagan entrega de regalos personalizados a unos cuantos invitados. ¡A todos o a ninguno! Los que no reciben un detalle en ese momento se pueden sentir molestos. Se puede hacer mención especial a ciertos invitados sin tener que declararlo a bombo y platillo. Además, esto suele durar un buen rato. Me gustaba más antes, cuando los padrinos repartían detalles a cada invitado.

-Sí y sí a la música en directo tanto en la ceremonia como en el cóctel, y también en el baile compaginándolo con un buen Dj. Me parece entrañable y emocionante que el baile lo habrá la novia con su padre. Esta tradición debiéramos de hacerla obligatoria.

-Me encantan los bufetes de postres y las mesas enormes llenas de dulces. Sí a que vuelvan las fuentes de chocolate, porque dan mucho juego y sabor durante el baile.

-Sí a los fuegos artificiales. Me parecen tan románticos...

-Sí, sí y sí a contar con una 'wedding planner' para organizar todo con tranquilidad.

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