"Cobro lo que me da la gana y me la sopla"

«Con el despiste que tengo os comeríais las uvas el día 2». Eso dice cuando le recuerdan que se lo han ofrecido. «¿Tú sabes la que cae ahí a las doce?». Bertín Osborne presume de decir lo que piensa y suele dejar la coletilla de que «al que no le guste, que no mire». Mirarle, lo que es mirarle, ahora mucho. Estará este viernes y el sábado en Los Salesianos.

¿Se puede decir que casi a los sesenta vive su mejor momento?

Estoy en un momento bueno, distinto. En esta profesión pasa de todo, no eres director de un banco. Dependes de mil cosas y yo dependo de mil porque hago mil: teatro, televisión, música, vendo jamón y gazpacho... Yo que sé. Hago muchas y, gracias a dios, van bien.

Vende jamón y sabrá lo que ha dicho la OMS de los embutidos...

Lo que dice la OMS hay que cogérselo con papel de fumar porque cada día dice una cosa distinta. Antes era bueno el aceite, luego malo, luego bueno otra vez... No me fío nada de lo que dice la OMS. Siempre ha sido una noticia y luego la contraria. A mí me da exactamente igual lo que diga. Sé lo que dicen los médicos, lo que es el colesterol lo que lo sube y lo que lo baja, lo que son las grasas saturadas... Yo voy a seguir comiendo jamón y que cada uno haga lo que le de la gana.

Jamón y chorizos. ¿Cómo le sentó que vincularan su nombre con la trama Púnica?

Es una gilipollez de tal categoría que me pareció una vergüenza que un impresentable me dijera que me salpicaba algo cuando lo que habían hecho era contratarme como cantante. Un total ridículo que sí que me cabreó porque yo no sé ni quienes son ni qué han hecho ni me importa. Me pareció ridículo. Hablé con el medio digital que lo hizo en un par de cartas y ellos no lo han vuelto a publicar y yo no les he demandado, que es lo que estuve a punto de hacer.

¿Habla con Arévalo sobre el escenario de este tipo de cosas?

Hubo un momento que hablábamos bastante de tramas políticas pero lo hemos quitado casi todo. Ahora solo de pasada y básicamente de Puyol. Antes casi media hora, pero la gente está hasta las narices. Ya es el colmo. Estamos tan hartos y tan aburridos de que salga cada día una cosa nueva que lo hemos quitado porque no iba a dejar sitio para el resto de cosas.

¿No me dirá que las elecciones no vienen interesantes?

Sí, pero creo que va a ser menos de lo que parece. Me da en la nariz que no va a ser para tanto. Van a seguir los dos de siempre ayudados por otros dos y se acabó. No creo que vaya a haber mucho cambio.

Después de la discusión que tuvo a costa de Podemos y Venezuela, ¿se ha encontrado alguna vez con Pablo Iglesias o con su gente?

No, curiosamente, no. Después de eso, no. Pero yo no tengo ningún problema con nadie, ni con Pablo. Cuando empecé el programa fue una de las primeras personas que quise entrevistar. Pero, con buen criterio, me dijeron que es una televisión pública y que si entrevistaba a uno tenía que entrevistar a todos. Y si tengo que entrevistar a seis o siete hay dos que igual dan juego, pero el resto sería un ladrillo horroroso que me fundiría el programa. Por eso decidí no hacerlo con ninguno.

¿Tiene claro a quién va a votar?

Lo tengo clarísimo.

Usted es de los que tiene etiqueta de pepero...

Sí, sí. Pero de verdad que me sorprende. Parece que si uno ha llevado corbata y traje de vez en cuando ya tiene que ser del PP. Es absurdo. Yo tengo amigos en el PP. Como soy amigo de Felipe González, Trinidad Jiménez, Rosa Díez o Albert Rivera... O de Esperanza Aguirre porque hemos crecido juntos. Pero eso no quiere decir que sea de ningún partido. Me horrorizan los partidos. Me molestan. Yo soy de personas, no de partidos. Y hay personas que me dan garantía y confianza porque les conozco o me lo han demostrado y personas que me pueden caer bien y todo lo que tú quieras, pero que no les votaría. Es ridículo el sambenito que tengo colgado. He votado al PP en algunas elecciones, pero en otras no le he votado.

Al hablar de política y de Rajoy, muchos artistas hablan del IVA. ¿Y usted?

No. A ver, ojalá lo bajen porque nos ha hecho la puñeta. Pero a todos, no solo a los artistas. Ha hecho daño a los electricistas, a los fontaneros... Creo en el agravio comparativo. El otro día se lo decía a Arévalo: ¿por qué nos tienen que bajar a nosotros y no a los electricistas? O es para todos o para nadie. Creo que no tenemos más derecho nosotros. Ojalá nos lo bajen a todos, pero, como creo que no va a ocurrir, estoy más resignado que la pera.

En alguna ocasión ha dicho que no se ha metido en política porque no le deja su mujer...

Más o menos. Me lo han ofrecido en tres ocasiones y en una estuve tentado. Fue un lapsus y Fabiola me puso en seguida los pies en la tierra. Me dijo que ni de coña, que bastante tenía con ser la mujer de un cantante como para ser la mujer de un político... Y tenía razón. No encajo en ningún partido. Tendría que hacer el mío propio. Fueron tres partidos nacionales distintos y ninguno fue el PP, que quede claro. Pero me echarían a los quince días porque digo lo que pienso y eso no se puede decir.

¿Es verdad que su señora se enfadó tanto por la entrevista con Mariló Montero o son cosas de la tele que dan bola al programa?

Que va... De verdad que no. Es más, ayer grabams un programa y salen las dos. Que no hombre, que no. Hay gente que se ha molestado por mí, yo que sé. Como si se hubiera pasado o algo. Y cuando le preguntaron a Fabiola dijo que fue muy Mariló. Eso lo puedes entender como quieras. Tal vez le han dado alguna vuelta de más, que yo no me voy a poner ahora a criticar, porque la gente puede pensar lo que quiera. Pero no es lo que se ha dicho, de verdad.

No se quejará de audiencias...

No, pero es que no recuerdo ningún programa mío que haya ido mal. En Lluvia de Estrellas tenía más audiencia que ahora y nadie se asombraba. Como éste he hecho muchos, pero a lo mejor es distinto el momento o el tipo de programa. Sí que es verdad que Locos bajitos, Trato hecho o Contacto con tacto tenían unas audiencias bestiales, pero no se comentaban tanto. Con este programa han conectado de forma masiva y te lo dice todo el mundo. Está bonito, parece hasta cine... Pero en realidad es una conversación cachonda entre amigos como las que tengo aquí los miércoles viendo la Champions. Eso es lo que pretendo. Hay gente que entrevista muy bien y yo no pretendo hacer eso. Yo quería hacer un programa simpático en el que se encuentran amigos y charlan. Y ha funcionado.

A los que criticaron su fichaje por TVE y le pusieron pingando cuando llevó a Carmen Martínez Bordiú, ¿qué les dice?

Si hablamos de los consejeros de TVE votaron en contra uno del PSOE y otro de IU, curiosamente (cursiosamente porque siempre votan en contra). Será porque vuelven a pensar que soy del PP... Y eso es política pura y dura. Porque la excusa peregrina que pusieron es que seguro que sería un programa rancio. Yo me tengo que reír. Jamás haría un programa rancio porque no soy idiota ni tampoco rancio. Y luego, el otro argumento es que el programa era caro. El programa es, en cifras, cinco veces más barato que una serie que hacen y que tiene cinco puntos de audiencia menos que yo. Todo en la vida es relativo. ¿Caro comparado con qué? Con un programa gratis, claro. Pero comparado con otros que producen y emiten en la misma cadena es regalao. Si el programa fuera una castaña y oliera a naftalina... Lo entendería. Y lo peor es que lo dijeron a priori. Eso sí que olía a rancio. Olía a lo que olía. A política rancia. Y lo de Carmen fue una sugerencia de la productora. A mí, francamente, no se me ocurrió. Pero, por otro lado, ella es un personaje en sí, independientemente de dónde venga. Y tiene una historia más que curiosa, que ha dado mucho que hablar. A mí me parece que está zumbada, pero es una zumbada simpática que se ha puesto el mundo por montera. Pues no me pareció mal, además de que la conozco de toda la vida. No es mi mejor amiga, pero es una señora que conozco y creo que es interesante. Y a quién no le guste, me da igual. Es difícil que todos estén de acuerdo con los personajes. ¿Qué hago? ¿Llevo todos los días a Serrat o a Leguina? Es absurdo, me parece ridículo.

También le han criticado que cobra mucho, que si 10.000 por programa...

Cobro lo que me da la gana y lo que me pagan. Y me la sopla. A unos les parecerá mucho y a mí muy poco. Es tres o cuatro veces menos de lo que cobraba en Antena 3. Vuelvo a lo de antes, todo es relativo. Comparado con lo que cobra un electricista claro que es mucho dinero. Pero los artistas, que estamos perseguidos en este aspecto, a lo mejor trabajamos cinco meses seguidos y luego nos pasamos cinco años sin hacer televisión, como me ha pasado. Todos esos que ladran es porque cabalgamos, pero cuando no esté no dirán que llamen a Bertín que está en casa sin trabajar. O sea, que a mí me la sopla.

Dado el éxito, ¿ya se habla de prolongar el programa?

Eso es algo de la productora y creo que lo están hablando. Digo yo, que llevo muchísimos años en esto, que si no renuevan el programa se han vuelto locos todos... En una empresa privada estaría renovado hace muchos días, pero en una empresa pública con unas elecciones a la vuelta de la esquina probablemente se lo pensarán. Nosotros yo trabajo con una productora tenemos voluntad de seguir y estamos encantados en TVE, pero te digo que si se hace aquí se hará en otro sitio.

Todo esto viene de perlas para el lanzamiento de Crooner, el nuevo disco en el que se atreve hasta con Moon River...

Moon River no es de las más difíciles... La verdad es que me he pegado un gustazo. Este es el disco que siempre he querido hacer y que no había compañía que quisiera hacerlo. Sony lo ha visto claro y es un gustazo. Me lo pego en directo con una Big Band que suena eso que es una cosa preciosa. Me he divertido horrores y el día de la lotería (22 de diciembre) lo presento aquí en Madrid en el teatro Calderón a beneficio de la fundación mía con un montón de amigos que vienen a cantar. Lo va a retransmitir RTVE con un especial el día 30 y cuento los días... Poder cantar con 22 tíos detrás soplando es inenarrable.

Habla de la Fundación. ¿Hasta qué punto su hijo y la Fundación le han cambiado la vida?

Mi hijo, absolutamente. Y también mi otro hijo Carlitos. Después de tantos años, te vuelven a entrar esas ganas de ser padre, de divertirte, hacerte un niño... Y la fundación me da la oportunidad de ayudar a gente, que es un tema mío, ético y personal. Tengo la obligación moral de hacer lo que hago y mi mujer me ayuda muchísimo. Eso es muy bonito. Si tienes una fundación que la tienes que levantar y mantener tú y no robas y pones el cazo como Urdangarín, pues es muy bonito. El objetivo final de mi empresa es que mis beneficios financien la Fundación. Todavía no lo hemos conseguido porque hemos palmado, pero ya estamos amortizando la deuda y creo que el año que viene podremos hacer más cosas.

Una curiosidad: ¿no le da un poco de envidia no tener un y lo sabes como Julio Iglesias?

Eso es que no los has visto... Entra, mira y verás. Hay una lapidaria con Julio, que no te van a dejar repetir. Sale mi cara y dice: yo me follé a Julio Iglesias y lo sabes.