Revilla está dispuesto a dimitir si así logra que Obama visite Altamira

El afán del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, por promocionar la región y por desestacionalizar el turismo es tal que ayer incluso se mostró dispuesto a dimitir si con ello consigue que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, pueda visitar la cueva original de Altamira. «Si me dijeran que como condición para que venga el señor Obama a Cantabria tiene usted que presentar la dimisión, la presento mañana. Lo mismo que si viene el Papa, a quien ha invitado el obispo», dijo.

«Ya me gustaría que visitara la cueva», respondió ayer Revilla a preguntas de los periodistas durante el recorrido que hizo por la Terminal de Graneles Agroalimentarios del Puerto de Santander. El jefe del Ejecutivo regional está convencido de que la presencia de Obama en Santillana del Mar serviría para «publicitar» la región y hasta para situarla a la cabeza de los destinos turísticos para los españoles.

Pero la petición que cursó el Gobierno cántabro en este sentido al Ministerio de Cultura en días pasados, solicitando un pase excepcional para el presidente norteamericano si éste quisiera incluir a Altamira en la ruta que hará por España los días 9, 10 y 11 de julio, ha obtenido una negativa del Gobierno español, que no se saltará la normativa vigente de visitas a la cueva. Actualmente, solo pueden entrar en ella cinco personas a la semana y, para ello, tienen que comprar una entrada para la neocueva y participar en un sorteo.

Cultura, ahora mismo, no puede cambiar la normativa. Para ello se tendría que convocar primero al patronato de las cuevas el encargado de tomar una decisión de ese tipo. Está previsto buscar una fórmula para dar cabida a algunas visitas excepcionales al cabo del año, ya que así se acordó en la última reunión, el pasado febrero. Sin embargo, dado que el país se encuentra en periodo electoral, la Junta Electoral Central no permitiría tomar una decisión de este calado, según le explicó el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, al consejero de Turismo Francisco Martín, hace escasas fechas.

Revilla lamentó públicamente ayer que las normas actuales «sean tan radicales» y, aunque puntualizó que hoy en España todos los ciudadanos son iguales (Cultura no cambia la normativa para no introducir un elemento de desigualdad entre ciudadanos), opinó que «hay algunos ciudadanos que son un poco distintos». «Sobre todo cuando no vienen a chuparnos la sangre, sino simplemente a que su presencia nos coloque en el mapa», afirmó. Ayer mismo Revilla trasladó este asunto al socialista Antonio Hernando, de gira por Cantabria por la campaña electoral. El portavoz de PSOE en el Congreso se despidió del presidente con esta frase: «Espero que, finalmente, pueda venir Obama».

«Desestacionalizar»

Desde que llegó de nuevo a la presidencia del Ejecutivo cántabro, Revilla no deja de darle vueltas a las posibles recetas para desestacionalizar la demanda turística. Son conocidas tanto sus campañas en televisión promocionando los paisajes y la gastronomía de la comunidad como las que pone en marcha periódicamente en Twitter contras las predicciones meteorológicas que considera negativas para la región en momentos puntuales.

También persigue desde hace meses un acuerdo con el Santander para «llenar» los establecimientos cántabros de británicos en cualquier época del año y, paralelamente, está buscando patrocinios para el Año Santo Lebaniego, un hito religioso-turístico con el que el Gobierno querría atraer a la región dos millones de visitantes a lo largo del año próximo.