"El PSOE está aprovechando ahora mejor la experiencia de la anterior coalición"

Concejala, diputada en el Congreso y en el hemiciclo cántabro, senadora, secretaria general de los socialistas cántabros y también consejera y vicepresidenta del Gobierno regional. Es la tarjeta de visita política de Dolores Gorostiaga (Vioño de Piélagos, febrero de 1957). Ahora, desde la presidencia del Parlamento, repasa el 'estado de forma' de la Constitución y de su partido.

Nunca se ha oído tanto lo de «reforma de la Constitución»...

Nunca más que ahora y bienvenidas esas voces. Desde el PSOE llevamos años diciendo que es necesario adecuarla al siglo XXI. Es verdad que algunos se han adherido cuando se han planteado algunos de los conflictos territoriales y nosotros íbamos bastante más allá de que recogiera que todos los territorios se sientan cómodos dentro de ella. También la ampliación de derechos a la ciudadanía.

¿En qué y hasta dónde?

Primero en adecuar la propia nomenclatura. Es hora ya de que se recoja que España pertenece a la Unión Europea o el nombre de las 17 Comunidades Autónomas y de las dos Ciudades Autónomas. Además, que el desarrollo territorial se hace a propósito de un artículo que se queda inconcluso y a partir de ahí es cuando surgen las autonomías. Pero también es hora ya de que recoja derechos de ciudadanía que se han ido consiguiendo. Lo mismo que los mecanismos de colaboración entre el Estado y las Comunidades Autónomas y los espacios comunes. Y es hora ya de que se establezca como obligatorio que el Senado se convierta en una cámara de representación territorial de verdad.

¿Qué efectos concretos tendrían esos en los ciudadanos? Todo suena muy etéreo...

Lo primero, nosotros queremos que vean reflejados todos sus derechos. Por ejemplo, creíamos que el derecho a la sanidad era universal y que no se podía tocar. Pues no ha sido así. Hemos visto que cuatro años antes, una decisión gubernamental hizo que dejara de serlo y sólo fuera para algunos. Y ha habido otra serie de derechos que se han ido adquiriendo. Que cada persona pueda convivir, casarse o vivir su amor de la manera que quiera con otra persona de su mismo sexo o de distinto. Que las personas puedan estar seguras de que cuando llegue una edad o una circunstancia de su vida en la que sean dependientes, la Constitución ampare que los poderes públicos han de protegerles. Esa serie de conquistas no están recogidas. Y es hora de que se recojan.

¿No le parece que cada vez suena más lejano eso del 'espíritu de consenso' que inspiró la Constitución?

La Constitución se aprueba en un momento determinado y ayuda, a lo largo de estos años, precisamente a que aquella sociedad no tenga nada que ver con la de hoy en día. A que los ciudadanos viéramos en aquel momento nuestras aspiraciones de libertad y de derechos recogidas. Pero los ciudadanos de la sociedad actual tienen otras prioridades y quieren verlas reflejadas. Para que sea tan suya como ha sido nuestra creo que es bueno que la sociedad actual participe en un debate de reforma constitucional. Para que vuelva a ser durante mucho tiempo la Constitución de todos.

¿Estarán a la altura? Parece utópico un consenso entre nacionalistas, constitucionalistas...

Ahí se va a ver la verdadera altura de los políticos que nos representan. Si todos dicen que hay que reformarla, todos tienen la obligación de sentarse y exponer en qué creen que hay que reformarla. Desde luego, el espíritu no va a ser el mismo. Tendrá que ser otro. Pero tendrán que demostrar la altura. ¿Es difícil? Se está viendo.

La idea de acuerdo es ahora imprescindible en el Parlamento cántabro. ¿En qué ha cambiado con la entrada de nuevos partidos?

Hay más pluralidad de opiniones en los foros al uso. Más que nunca, los portavoces de los Grupos tienen que hablar entre sí y discutir las iniciativas. De hecho lo hacen. Están llegando a bastantes acuerdos. Es un panorama nuevo, con más actores y más propuestas y con más espacios para el diálogo. No sé si por obligación, porque sino nadie podría sacar adelante sus propuestas, pero es enriquecedor.

¿Es nueva política o es más de lo mismo?

No es nueva política. Es otra política derivada de un nuevo panorama. Yo soy de las que creo que no hay ni nueva ni vieja política. Hay buena y mala. Y aspiro y deseo que los partidos hagan buena política, a lo que nos comprometimos con los ciudadanos. Representar sus intereses y hacerlo mediante iniciativas parlamentarias.

Los Presupuestos son un examen para esa filosofía de pactos...

Sí. Y, además, con novedades. El Gobierno le ha trasladado a los Grupos el Presupuesto antes de aprobarlo el propio Gobierno. Eso no ha ocurrido nunca. Es una señal inequívoca de que está absolutamente abierto a las sugerencias. A partir de ahí, tendremos una tramitación en la que iremos viendo las propuestas, la discusión y los consensos a los que puedan llegar. Si no es así será difícil aprobarlos. Se prevé un mes complicado.

¿Muy complicado?

No, pero van a tener mucho trabajo extra los Grupos. Aunque no nos lo creamos, es la Ley más importante que se debate y aprueba en el Parlamento. Ahí le decimos a los ciudadanos: les vamos a hacer esta política sanitaria, educativa... A veces nos centramos demasiado en los números y no explicamos qué significan esos números, las políticas reales.

¿Tiene que tirar a alguien de las orejas la presidenta porque le traigan los Presupuestos tarde?

Es una decisión que tiene que tomar el Gobierno. Es verdad que se prevé que tienen que estar en el Parlamento antes del 31 de octubre, pero también es cierto que vivimos un año con circunstancias excepcionales. Después de tener un Gobierno de la nación -que fija los parámetros importantes- en funciones hasta hace poco, todas las comunidades autónomas están retrasadas y algunas que ya los han llevado al Parlamento han confesado que los han llevado 'a bulto'. Hay circunstancias excepcionales que han hecho que venga tarde.No es la primera vez.

No habrá tirón de orejas...

No es mi función. Lo que no descarto es que algunos grupos de la oposición lo hagan.

Su partido, a nivel nacional, dice que no va a apoyar los Presupuestos después de facilitar la investidura. Un 'no' antes de verlos...

Los Presupuestos, como decía, son la Ley más importante que aprueba un Gobierno cada año. Para los ciudadanos, no para el Gobierno. Si algo contiene la ideología de quien lo presenta son los Presupuestos. Es verdad que nos hemos abstenido, y no sin desgarro. Pero de ahí a aprobarle los Presupuestos van muchos pasos. Y sí, creo que el partido conoce las líneas gordas y conociendo la política que ha hecho el PP en los últimos años, que ha sido muy dolorosa para los ciudadanos, no me extraña que el Grupo no quiera apoyarlos.

Pero en ese anhelo de consensos, por lo menos habrá que verlos...

Yo creo que, por lo menos, el Gobierno de España tendría que estar ya demostrando sus intenciones de no seguir con las políticas que llevaba haciendo. Y no parece que sus intenciones vayan por ahí más allá de cuando le fuerzan. Ahí no le queda más remedio. Más allá de cuando le fuerzan es difícil que el PP tuerza el brazo.

¿Hasta dónde está herido el PSOE?

Es tan evidente hasta dónde está herido... Somos tan transparentes que todos los ciudadanos han seguido en directo el desgarro y lo están viviendo día a día. Está en un momento duro, complicado y doloroso. La obligación de todos es intentar recuperar la fraternidad, trabajar en la reorientación de nuestro proyecto político para ofrecer algo atractivo a los ciudadanos y recuperar la confianza que hemos ido perdiendo.

En Cantabria se pusieron de parte de los que han salido perdiendo.

En Cantabria lo que hicimos fue lo que hace habitualmente la dirección del partido, con la secretaria general a la cabeza: mantener la coherencia y hacerlo hasta el final. Tanta coherencia tuvimos con la postura como la que tenemos que tener ahora de respeto a las decisiones que toma el partido. Si por algo se caracteriza la secretaria general es porque ha mantenido una actitud que ya me hubiera gustado a mí que hubieran mantenido todos los secretarios generales en las distintas federaciones. El problema hubiera sido menor.

¿Cree que el PSOE está aprovechando en Cantabria su paso por el Gobierno para rearmarse?

Creo que el PSOE está haciendo un trabajo impecable. Mucho y en circunstancias muy duras. Trabajando codo a codo con un socio de gobierno, no en mayoría absoluta. Lo está haciendo en el Gobierno y en los ayuntamientos. A veces les digo que me da cierta rabia que, con el buen trabajo que están haciendo, no se hable de ello sino de los problemas internos del PSOE. Me gustaría que se visualizara más eso y se hablara menos del PSOE, pero eso no lo elijo yo.

La opinión general es que su última alianza con Revilla no les sentó muy bien en las urnas.

En aquel momento confluyeron varias circunstancias, lo mismo que ahora hay otras. Pero creo que lo están haciendo mejor, que están aprovechando mejor la experiencia de la anterior coalición de gobierno. Que está mejor coordinado el partido internamente y con los cargos públicos de los ayuntamientos. Y, a partir de ahí, aprendiendo de los errores que cometimos otros, con la experiencia, la mejor coordinación y la tranquilidad interna que hay ahora, espero mejores resultados que la otra vez.

Del Gobierno y del partido a la presidencia del Parlamento. ¿No es como ser árbitro de un partido después de haber jugado en un equipo?

Puede percibirse así. Y el que diga que no le cuesta cambiar el chip, miente. Es verdad que al principio de estar allí arriba teniendo que equilibrar, teniendo que hacer ese papel de árbitro, a veces tienes que contar hasta diez. A mí, al principio, lo que más me costaba era estar callada. Pero la experiencia también te da perspectiva y ayuda a estar en tu sitio.

Más allá de colores políticos, ¿es una ventaja tener un ministro cántabro, aunque sea de otro partido?

Sí. Por supuesto. Tuvimos uno que ayudó muchísimo, fundamental para la Educación en Cantabria y para el desarrollo de infraestructuras educativas. Luego fue ministro del Interior. Hablo de Alfredo Pérez Rubalcaba, que fue nuestro portavoz en el Gobierno. Me parece fundamental, felicité a De la Serna y tener una interlocución tan directa con alguien que conoce perfectamente las necesidades de la región tiene que traer necesariamente ventajas para Cantabria.