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Botellones, denuncias y peleas, el balance nocturno del fin de semana
Varios de los cientos de jóvenes reunidos en la playa de Ris en la noche del sábado lanzaron botellas contra un coche de la Policía Local de Noja
El fin de semana no ha sido para nada tranquilo en lo que a incidencias nocturnas se refiere, pero la situación dista mucho de los ... episodios vividos recientemente en varios puntos de la región. Quizás, el más bochornoso de los últimos días tuvo lugar la madrugada del sábado al domingo en Noja. Allí, según ha podido saber El Diario Montañés, varios de los cientos de jóvenes que se juntaron en la playa de Ris al cierre de los distintos locales nocturnos, lanzaron botellas al coche de la Policía Local de Noja que se encontraba de patrulla por la zona del muro, que recibió varios impactos. Los agentes, que además fueron insultados por los presentes, se pusieron a resguardo, antes de seguir realizando su trabajo, incesante desde las 03.00 horas y que se vio reforzado por miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Guardia Civil.
También en la villa tuvieron lugar la madrugada del domingo, al cierre de los locales nocturnos, varias peleas y agresiones que se saldaron con tres heridos leves, trasladados y atendidos en el Hospital de Laredo. Hechos reconocidos por el alcalde de Noja, Miguel Ángel Ruiz, quién a pesar de estar en contacto con el concejal del área, aseguró, por otro lado, «no tener constancia del incidente con la patrulla de la Policía Local». «Es lamentable el aspecto que presenta la playa de Ris tras la noches de botellón y lo que supone para la imagen y la economía del municipio», criticó Ruiz.
Y es que precisamente tanto en las localidades de Noja como en Castro Urdiales, al igual que en otros puntos costeros, se vienen desarrollando desde hace unas semanas numerosos controles y poniendo sanciones ante los botellones y las aglomeraciones de jóvenes en las playas.
La Policía Local de Santander informará hoy de los incumplimientos que se detectaron durante el depliegue del sábado
La presencia de los cuerpos y fuerzas de seguridad también se dejó sentir este fin de semana en la capital cántabra. En Santander se realizó la madrugada del domingo un control especial de aforos, que a falta de que se recopile toda la información -el balance oficial se divulgará esta mañana-, se habría saldado, al menos, con seis denuncias. Los agentes desplegados, que completaron a los del turno de guardia, vigilaron las principales zonas del ocio nocturno de la ciudad multando a quienes no respetaron los aforos en el interior de los locales, por bailar en los mismos o por consumir en barra, cuestiones restringidas por las medidas anticovid. También se habría sancionado a quienes consumían de pie en los exteriores de los locales.
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Unidad canina
Los efectivos desplegados por la Policía Local para realizar este control especial se acompañaron de unidades caninas, utilizadas para marcar droga o estupefacientes en caso de requerirse un cacheo. Este control especial de aforos ya lo había anunciado la pasada semana el concejal de Personal y Protección Ciudadana, Pedro Nalda, quien, al igual que la alcaldesa Gema Igual, hizo un llamamiento a la «responsabilidad» individual y colectiva ante el importante aumento de casos e incidencia de coronavirus en la ciudad que «preocupan y mucho» en el seno del Consistorio santanderino.
«Queremos que los hosteleros colaboren de forma decidida y que no duden en contactar con la Policía Local en el caso de que vivan situaciones que puedan escapar a su control», explicó entonces. Pero lo ocurrido en Noja o Santander no es ajeno al resto de la región, donde los botellones son recurrentes cada fin de semana y especialmente estos meses en las localidades costeras, que son las que han experimentado la llegada de turistas y de vecinos con segundas residencias. Tal es el caso de Castro Urdiales, en el que este fin de semana, salvo una pelea a las 05.00 horas sin más transcendencia, no se han registrado incidentes como el de hace unos días, que se saldó con tres heridos por arma blanca.
En la costa occidental, Comillas y San Vicente de la Barquera, durante el sábado, hubo llamadas quejándose de ruidos, aunque nada fuera de lo habitual. «En el caso de San Vicente fueron las madrugadas anteriores las que concentraron más botellones y denuncias vecinales que obligaron a intervenir a la Guardia Civil», explica el corresponsal de la zona, Vicente Cortabitarte.
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