Los comerciantes afrontan unas rebajas de invierno que «ya no son lo que eran»

Hay que partir de un hecho: las rebajas de ahora se parecen poco a las de, por ejemplo, hace un par de décadas, cuando la ley las relegaba a momentos concretos del calendario, cuando el comercio electrónico estaba en ciernes. Ahora son diferentes. Con promociones desestacionalizadas -se han instaurado los 'blackfridays', los 'cibermondays' y citas similares-, con un comercio electrónico al alza, con la irrupción de grandes plataformas, con todo eso sobre el tablero del consumo queda muy lejos aquella facturación anual, de hasta el 40%, que los pequeños y medianos comerciantes lograban entre los meses de enero y febrero. Las rebajas se han liberalizado, la forma de consumir se ha transformado y los márgenes de beneficios también. Y en Cantabria se reflejan todas esas tendencias.

Hoy, 7 de enero, ¿qué tipo de rebajas se vivirán en la comunidad?Miguel Rincón, presidente de Apemecac (Asociación de Pequeños y Medianos Empresarios, Comerciantes y Autónomos de Cantabria), habla de las expectativas de los empresarios sin excesiva pasión: «Ya no es el mismo concepto de rebajas del que hablábamos antiguamente, ya no son lo que eran. Ojalá nos sorprendan, pero ya llevamos tiempo con descuentos y promociones». Rincón apunta a esas grandes cadenas que llevan abaratando precios desde hace días, aplicando descuentos del 30%, el 40%, o del 50% -aunque algunas comienzan este martes, en plan tradicional-. Por tanto, interpreta Rincón, «la motivación de esperar a las rebajas, como ocurría antes, ya no existe» y, por tanto, «el comerciante minorista tiene complicada la supervivencia. Los grandes distribuidores y grandes centros se comen el pastel. El cambio de modelo es radical, no sé si habrá sitio para nosotros», lamenta.

Gonzalo Cayón, secretario general de Coercán, coincide en esa honda transformación del consumo, sobre todo entre jóvenes, pero entiende que el pequeño y mediano comercio se puede sumar al cambio. Por un lado, destaca la importancia de que haya movimiento en las calles. El buen tiempo, indica, es clave para ello. Tras unas ventas navideñas animadas por el sol -en este sentido, «las sensaciones no son malas»-, la perspectiva de que las rebajas sean buenas estará condicionada, entre otras cosas, por la meteorología. Por otro lado, Cayón apunta en su lectura a la capacidad de adaptación de los comerciantes. «Antes los competidores eran las grandes superficies, y ahora lo son las grandes plataformas de venta 'on-line', que alcanzan amplias cuotas de mercado. Aunque la venta física es grande, la de internet es una tendencia», apunta, y anima al comercio minorista a sumarse a esa venta electrónica, a «amoldarse a las necesidades y comportamientos de los clientes, sobre todo los jóvenes» -que se guían por los precios competitivos, que conocen el producto-, les anima «a especializarse» y a tratar de obtener información concreta sobre sus clientes.

En las calles del casco viejo de Santander, los comerciantes seguirán criterios propios a la hora de empezar, terminar o manejar las rebajas. «Creemos que van a ser buenas, que la gente espera para comprar a buen precio», estima Agustín Ordejón, presidente de la asociación que da cobertura a los 115 empresarios de la zona. ¿Sus armas para competir con estas reglas de consumo? «Prendas de calidad», buenos precios y buena atención, resume Ordejón, que recuerda que, cuando termine febrero, ya estarán dispuestos para encarar la siguiente temporada.