La expulsión de Marta García no le saldrá gratis a Ciudadanos, que perderá su asignación como grupo parlamentario propio
El portavoz, Félix Álvarez, confía en que entregue el acta de diputada, si no quiere ser «una tránsfuga de libro», para que corra la lista
La expulsión de Marta García del Grupo Parlamentario no le saldrá gratis a Ciudadanos si la parlamentaria decide, como todo apunta, mantener su escaño. Su ... salida del Grupo (quedaría como diputada no adscrita) supondrá la disolución de este, ya que se precisan al menos tres diputados para poder constituirlo y, con ello, una merma en la subvención que venía recibiendo Ciudadanos, 21.148,17 euros mensuales, con los que, entre otros gastos, costea la contratación de asistentes. Será la Mesa del Parlamento la que fije la nueva asignación del Grupo Mixto, en la actualidad formado por los dos diputados de Vox, y que percibe 14.915,80 euros mensuales. El Mixto pasará entonces de tener dos a cuatro diputados, que deberán repartirse la asignación que finalmente acuerde la Mesa. Compartir Grupo Mixto no solo significa compartir recursos, sino también el tiempo de las intervenciones, tanto en el pleno como en las comisiones, algo que tendrán que acordar Vox y Ciudadanos. La única opción que tiene Ciudadanos para mantener su asignación económica es que Marta García presente su dimisión como diputada. Entonces, correría la lista y entraría un nuevo diputado naranja en el Parlamento con lo que el Grupo Parlamentario de Ciudadanos podría seguir constituido.
Y es que la crisis de Ciudadanos en Cantabria, que parecía casi resuelta este fin de semana, ha vuelto a agravarse después de que la formación decidiera ayer expulsar a Marta García «al haberse dado de baja del partido y no reconsiderar su posición».
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Como ha venido informando este periódico, García decidió romper su carné tras la abstención de Cs en el Congreso a una iniciativa del PP para sacar al lobo del Lespre, el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial. Ella se había convertido en la voz del campo en su formación, y tomó como una traición su falta de apoyo a la ganadería, una actividad que ella misma compagina con la política. De hecho, fueron muchos los afiliados en la región que amenazaron con dar un portazo, incluidos sus dos compañeros de bancada, y algunos lo hicieron.
Su adiós, en cualquier caso, no era completo: pretendía conservar su acta de diputada y seguir trabajando desde el Grupo Parlamentario. Aparentemente, su portavoz, Félix Álvarez, estaba conforme con el arreglo.
Los dos viajaron el viernes a Madrid para tratar de reconducir la situación –en realidad, hacer entrar en razón a la dirección nacional tras el inesperado bandazo–, y buscar una solución que permitiese a todos salvar la cara. Dio la impresión de que lo lograron tras acordar que Cs presentaría una proposición de ley, a debatir en el Congreso, en la que, entre otros aspectos, se habla de controles de la población de lobos en las comunidades autónomas.
Pero ayer se pudo comprobar que la herida sigue abierta: al mediodía, un escueto comunicado de Ciudadanos Cantabria anunciaba que su Grupo Parlamentario había decidido expulsarla al no reconsiderar su marcha del partido. «Todo lo contrario sería amparar la figura del tránsfuga tal y como se recoge en el Pacto Antitransfuguismo firmado por Cs, que en su punto 1 indica que aquellos diputados que abandonan su partido se convierten en tránsfugas».
Por la tarde, antes del pleno del Parlamento –al que Marta García no asistió «por no encontrarse bien», según comunicó el presidente de la Cámara, Joaquín Gómez–, Félix Álvarez habló de sus infructuosos esfuerzos por convencer a García de que se volviera a afiliar. «Yo he intentado por todos los medios reconducir la situación», aseguró el coordinador y portavoz parlamentario naranja, antes de alabar el «esfuerzo inmenso» realizado por Madrid, y su «sensibilidad exquisita» al atender sus demandas respecto al tema del lobo. «No recuerdo que un partido a nivel nacional haya tenido tanta sensibilidad con un problema autonómico», dijo, y puntualizó que el proceder de Cs no ha supuesto una «rectificación» pero sí «matizaciones».
Álvarez reconoció que «no ha habido manera humana de convencer» a Marta García de que volviera al partido y se diera «una oportunidad», y en vista de que «no era capaz de rectificar», no han tenido otra salida que expulsarla del Grupo, pues lo contrario sería «amparar» un caso de transfuguismo, que solo se evitará, subrayó, si García entrega su acta de diputada, una posibilidad que no termina de ver clara. «No tiene, de momento hoy, pinta de que lo haga. Pero el tiempo siempre funciona como una cataplasma y espero que en unos días reflexione y haga lo que tiene que hacer. Si no está de acuerdo, me parece perfecto: las puertas de Ciudadanos están abiertas para todo el que quiera entrar y abiertas para el que quiera salir. Pero no puede quedarse con un acta que sabe que no le corresponde. Ella no esta aquí por ser Marta García. Ella está aquí porque iba en unas listas cerradas de Ciudadanos. Si fuera en unas listas abiertas sería otro cantar».
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