La Fiscalía del Supremo archivó el año pasado la causa contra Esther Merino
La exsenadora, que se ha dado de baja en el PP para integrarse en Cs,no incurrió en ninguna responsabilidad penal durante su paso por la alcaldía de Cabezón, según el órgano fiscal
La exsenadora y exconcejala del PP por Cabezón de la Sal Esther Merino está limpia de polvo y paja en lo que a responsabilidades penales ... se refiere. Aunque se vio implicada en una investigación fiscal, relacionada con la contratación irregular del recaudador municipal, la Fiscalía del Tribunal Supremo acordó en julio del año pasado archivar las diligencias al no encontrar, «ni siquiera de manera indiciaria», responsabilidad penal alguna en la entonces senadora popular.
La Fiscalía del Supremo dio carpetazo al caso después de constatar que «la irregularidad administrativa que suponía la externalización de la recaudación de tributos en Cabezón de la Sal era algo que las personas que sucesivamente iban desempeñando la Alcaldía habían heredado», y, si bien Esther Merino mantuvo la situación, «sólo consintió el abono de la anualidad de 2011, impidiendo nuevos pagos y rebajando a un 3% el porcentaje del recaudador que hasta ese momento había sido de un 12% desde el inicio del contrato». Es decir, que la alcaldesa no sólo no incurrió en un delito de malversación de fondos públicos, sino que gracias a su gestión redujo el premio del recaudador y evitó que pasara nuevos cargos.
El salto de Merino a Ciudadanos y su baja como militante del PP puso a la exsenadora en el foco mediático, así como la investigación abierta por la Fiscalía del Supremo, una situación que la propia afectada se encargó de desmentir en una entrevista realizada con este periódico.
La gestión de Merino consiguió que el recaudador redujera su porcentajeEsther Merino
El decreto de la Fiscalía, al que ha tenido acceso El Diario, recuerda que la investigación a Merino se abrió en febrero de 2018 después de que el juez Acayro Sánchez, titular del Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 2 de Santander, encontrara indicios de un supuesto delito de malversación de fondos públicos en la contratación del recaudador. El contrato se firmó en 1987 por un año, prorrogable, en virtud del cual el premio al recaudador se establecía en un 12% de lo cobrado. Año a año, el acuerdo se renovó tácitamente hasta que en julio de 2016 se resolvió y el recaudador fue cesado en sus funciones.
La Fiscalía de Cantabria abrió una investigación respecto a la también alcaldesa Isabel Fernández (PSOE), que fue archivada en mayo del año pasado, y remitió el caso a la Fiscalía del Supremo en lo que atañe a Merino (dado su condición de aforada), que hizo lo mismo en julio al entender que no había responsabilidad penal. Según detalla, en abril de 2011, dos meses antes de que Merino asumiera la alcaldía, el interventor municipal emitió un informe en el que ponía de manifiesto la «irregularidad de la situación administrativa creada en torno a la contratación del recaudador». A pesar de esa advertencia y del reparo del interventor, en diciembre de 2012 Merino autorizó que se pagara al recaudador un total de 41.041 euros correspondiente al ejercicio 2011.
Sin embargo, cuando el mismo interventor declaró en la Fiscalía de Cantabria puntualizó sus actuaciones en la época en la que prestó sus servicios en Cabezón de la Sal. Aseguró que al inicio de su mandato se entrevistó con Merino y, aunque le puso de manifiesto la irregularidad administrativa derivada del contrato con el recaudador, también le aconsejó que no le cesara de inmediato porque podría provocar un quebranto en la actividad recaudatoria del Ayuntamiento por no había personal preparado. Además explicó que fue Merino quien consiguió reducir del 12 al 3% el porcentaje del recaudador.
«A ver, fecha de nacimiento...». Salvo firmar, Revilla les fue rellenando las distintas casillas después de acompañarles a la mesa. Nombre, DNI, municipio... «Es que sin gafas...». Una pareja de ancianos que se hicieron una foto con él. «Venga, ahora aquí el garabato», les invitó. Aún sin pistoletazo oficial, el PRC protagonizó el primer acto con toda la pinta y los ingredientes de una campaña. Carpa, fotos, apretones de manos... En pleno centro de Santander. El partido se echó a la calle -estaba medio plantel- para conseguir las 450 firmas necesarias que avalaran la candidatura regionalista a las generales. «Un acto protocolario de obligado cumplimiento para un partido novato en estas lides», explicó Revilla con ese tono suyo tan reconocible en campaña electoral. «Le hemos habilitado aquí, en la sede del partido -dijo señalando a José María Mazón-, un despacho para que empiece a preparar todo».
«Venga, Miguel Ángel firma», le gritaron nada más llegar. Firmó él y su mujer, Aurora, que también se puso manos a la obra para convencer a los que pasaban por la plaza. «Venga, a apoyar a Mazón al Congreso...». Ellos y Marina Lombó, Pedro Hernando, Fernando Fernández, Pedro García Carmona, Ana Obregón, José Luis Gochicoa... El PRC quiso sacar a su gente a la Plaza del Ayuntamiento. Alcaldes, diputados, directores generales, consejeros... «Hacen falta 450 firmas y hemos venido a pedírselas a la gente. Es un acto público para que no sean sólo nuestros militantes los que firmen. Queremos que sea la gente de Cantabria, de Santander», explicó Mazón.
Y en estas cosas de campaña lo más simpático, siempre, son los comentarios de los que se acercan. «Voy a firmar a pesar de que no lo merece ninguno porque no veo que hagan nada por mejorar la situación de las personas», les dijo una mujer con el boli en la mano. Otros andaban preguntando a diestro y siniestro si se podían hacer fotos con Revilla -a más de un alto cargo le tocó hacer de fotógrafo-. Y él, en su salsa. «Hombre, Pedrito», «qué tal, Conchita», «dame dos besos», «yo a su pueblo voy cuando puedo a coger setas», «tú dónde vas con esa bufanda, que hoy hace mucho calor»...
El presidente regional insistió en una idea que tiene pinta de que va a repetir mucho estos días. «La voz de Cantabria no ha existido nunca en el Congreso. Nadie habla y nadie conoce quiénes son nuestros diputados y senadores. Si hacemos una encuesta aquí en la calle serían incapaces de decir un solo senador o un diputado, salvo Bárcenas, tristemente conocido por ser un chorizo de libro». Porque, a su juicio, «tener diputados del PP, PSOE, Ciudadanos o Podemos es tener una gente que va a votar en Madrid lo que le digan los jefes de allí».
Y Mazón le siguió el hilo. «Estamos recibiendo felicitaciones no sólo de los regionalistas, también de muchos socialistas. Muchos socialistas nos van a votar. También la gente de derechas, porque nosotros no vamos a defender una ideología allí. Vamos a defender a Cantabria».
Y mientras lo decían y entre el gentío, más de uno se apuntó a ver si sacaba algo. «Vendo el cupón anticrisis, venga, que vendo el cupón anticrisis». Las cosas de campaña.
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