El Gobierno cataloga como estratégico el gran centro de datos y reduce a la mitad la tramitación
La iniciativa Altamira es la primera de la región que alcanza esta consideración, que da «acceso preferente» a obtener subvenciones y avales
El Gobierno de Cantabria pide tiempo para poder comprobar la reducción de cargas burocráticas que traerá la recién aprobada Ley de Simplificación y reclama ... un esfuerzo a los funcionarios y ciudadanos para utilizar las herramientas ya desplegadas, que también buscan hacer más fácil la relación entre administración y administrados. Ya funciona la declaración responsable para la apertura de negocios o la realización de obras menores, pero aún hay que poner en marcha el silencio positivo, la reducción de plazos en los procedimientos... Quienes sí notarán ya los efectos de esta norma son los impulsores del megacentro de datos que se ubicará en terrenos de Piélagos y Villaescusa que promueve el grupo Stoneshield. Esta iniciativa empresarial, que supondrá una inversión de más de 3.600 millones de euros, «la mayor en la historia de la comunidad», la creación de más de 1.500 puestos de trabajo en la fase de desarrollo del proyecto y más de 1.450 durante la etapa operativa, ha sido la primera en conseguir la calificación de Proyecto Empresarial Estratégico de Cantabria, otra de las nuevas figuras que nacen al amparo de la Ley de Simplificación.
Esta declaración no es simplemente un título honorífico. Tiene consecuencias prácticas muy relevantes en dos sentidos: la reducción de los tiempos de tramitación, con un «impulso preferente» por parte del Gobierno regional, y un acceso más rápido a la financiación.
LOS DATOS
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3.600 millones de euros prevé invertir el grupo Stoneshield para poner en marcha el proyecto.
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637.000 metros cuadrados de superficie ocupará el PSIR del centro de datos, que ya está redactado.
De esta manera, en todos los procedimientos enfocados a la obtención de autorizaciones administrativas obligatorias, los plazos «quedarán reducidos a la mitad». Incluida la tramitación del Plan Singular de Interés Regional (PSIR), la figura urbanística a través de la que se desarrollarán los 637.000 de metros cuadrados que ocupará el centro. Con este acelerón, el Ejecutivo de María José Sáenz de Buruaga considera realista la previsión de que las obras de la primera fase empiecen en enero de 2026, una vez que concluya la tramitación del PSIR, que ya está redactado y que la comunidad autónoma espera aprobar en diciembre. La última de las tres fases estaría lista en 2032.
En relación a los plazos, que una iniciativa privada tenga la consideración de Proyecto Estratégico también garantiza que pueda ocupar los bienes y derechos afectados a través de expropiaciones por un procedimiento de urgencia. En este caso, no será necesario, ya que los terrenos -al menos la mayoría- han sido comprados. Esa compraventa se formalizó hace solo una semana con la firma por parte de la empresa pública estatal Sepides y la autonómica Sican -ambas eran propietarias de la sociedad Vipar, constituida en 2006 para levantar un parque empresarial que nunca llegó- del contrato por el que estas parcelas pasaron a ser propiedad del grupo Stoneshield por 9,5 millones de euros.
Y luego están todas las ventajas económicas. Por una parte, el centro de datos tendrá una línea directa a las ayudas dirigidas a incentivar la inversión industrial que desarrolle la Consejería de Industria. Es decir, que se hará una discriminación positiva a la hora de resolver las convocatorias. Pero es que, además, también puede recibir ayudas independientes -donde no haya una concurrencia competitiva- y complementarias a las de otras administraciones estatales o europeas siempre que no sobrepasen los límites que marca la UE.
La última pata de apoyo en este ámbito no son ayudas directas, sino en forma de avales y adelantos de dinero, ya que tendrá «preferencia para acceder a las líneas de financiación». En cualquier caso, durante la presentación del Proyecto Altamira el pasado mes de febrero, Buruaga y los promotores, Javier Ibáñez y Javier Gonzalo, aseguraron que la inversión sería «100% privada».
«Este proyecto cumple con los requisitos que establece la ley, tanto en lo que se refiere al volumen de inversión como a la creación de puestos de trabajo, en un sector estratégico para la economía de Cantabria y por ser de gran interés por su incidencia territorial, económica y social», remarca el consejero de Industria, Eduardo Arasti. ¿Cuáles son esos requisitos? Un volumen de inversión mínima de 50 millones de euros, la creación de empleo mínimo de 100 puestos de trabajo directo bajo la modalidad de contrato indefinido y computado a tiempo completo y que complementen cadenas de valor o pertenezcan a sectores estratégicos de ámbito regional o de la Unión Europea.
Como establece la Ley de Simplificación, antes de que un Proyecto Empresarial Estratégico adquiera esta condición tiene que ser presentado en el Parlamento autonómico. Solo a título informativo, porque no se someterá a la votación de los grupos. El primero de Cantabria llega antes de que el Ejecutivo regional desarrolle la Unidad Aceleradora de Proyectos, una oficina que dependerá -si se crea- de la Presidencia del Gobierno «para el impulso y seguimiento de este tipo de proyectos empresariales», como se recoge en esta misma norma.
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