«Leire no se pone ningún límite, encaja muy bien en este PSOE actual»
El alcalde de Vega de Pas, el senador popular Juan Carlos García, dice que pactó con ella sin más ánimo que echar a Víctor Gómez
La inesperada irrupción de Leire Díez en el escenario político más sombrío del país, el de Ábalos, Koldo y Jéssica, el de Begoña Gómez y ... David Sánchez, el de Álvaro García Ortiz, el que amenaza a un presidente acorralado ya por la corrupción, no solo ha desnaturalizado la vida cotidiana en la Vega de Pas, que está en todos los telediarios porque la 'fontanera de Ferraz' comenzó su carrera política allí y de allí son originarias, pues, todas sus conductas dudosas. También ha desenterrado viejas rencillas que los vecinos creían si no olvidadas sí al menos aparcadas para que no entorpezcan la correcta relación entre aquellos a los que la exconcejala socialista cae más o menos simpática y los que no le tienen ninguna simpatía.
El jueves, el concejal y exalcalde regionalista Víctor Gómez, al que la publicación de un audio que delata a Leire Díez pidiendo a sus interlocutores que busquen pruebas que desacrediten a la Unidad Central Operativa (UCO) le ha abierto los micrófonos de todas las televisiones de España para que salde cuentas pendientes, cargó con dureza contra ella y también contra el actual regidor, el popular Juan Carlos García, a quien retó a que contara cómo PP y PSOE fraguaron el extraño pacto con el que le arrebataron un bastón de mando que sostenía desde 1995.
Y eso hizo ayer el actual alcalde; explicar aquella maniobra, urdida por Leire y por él mismo con el único propósito de sacarle a él de la Alcaldía.
Ese pacto, subraya García, cobró forma en la campaña de las elecciones municipales de 2011, «un día que, estando yo en la acera que hay frente a la farmacia, se me acercó Leire, con la que yo no había hablado antes nunca, y me planteó la posibilidad de unir a populares y socialistas para quitar la Alcaldía a Víctor Gómez». Así asegura García que sucedió. «Y luego me propuso lo siguiente; 'Si le quitamos la mayoría a Víctor y el PP gana las autonómicas, gobiernas tú los cuatro años, y si le quitamos la mayoría a Víctor y PSOE y PRC ganan en Cantabria, esos cuatro años gobernamos nosotros'».
A él la idea le pareció bien. «Con tal de echar a Víctor me daba igual quién fuera el alcalde», admite el regidor popular, que solo impuso a Leire una condición: «la gente tenía que saber lo que íbamos a hacer».
El triunfo de Ignacio Diego en aquellos comicios autonómicos, una victoria con la que los socialistas no contaban, le dio la Alcaldía a García, que, sin embargo, vio aplazada casi un mes su investidura al denunciar Gómez una supuesta irregularidad en el voto por correo que finalmente no se pudo acreditar. En ese intervalo, quiere recordar el regidor, los socialistas cambiaron de idea «y me propusieron que en lugar de gobernar yo los cuatro años gobernáramos dos años cada uno», un extremo al que García no se plegó.
«Me negué porque no era eso lo que nosotros les habíamos dicho a nuestros votantes en campaña. Por ninguna otra razón. Porque mi objetivo no era ser alcalde, ni ser teniente de alcalde, mi objetivo era echar a Víctor porque nos amargó la vida a muchos vecinos», asegura García, que afirma que el regionalista «había dividido a la gente hasta tal punto que en este municipio había familias que no se hablaban por culpa de la política». Para él, Víctor Gómez es una persona «con muy mala digestión que lleva catorce años intentando digerir aquella derrota y que se piensa que el Ayuntamiento es su cortijo».
Reconoce Juan Cargos García que todo aquello también le sirvió para saber quién era Leire Díez, una mujer a la que en el pueblo «no conocía ni Perry».
«Leire vino de Portugalete porque allí no le hacían caso», dice. «Allí en política no era nadie. Por eso vino aquí», afirma el regidor, que después de un tiempo gobernando el municipio con ella decidió deshacerse de los socialistas -«teníamos muchas diferencias a la hora de llevar el Ayuntamiento», argumenta García- provocando entonces que aquellos dos que tan mal se llevaban, Víctor Gómez y Leire Díez, «firmaran casi inmediatamente un pacto para hacerme una moción de censura» que a la postre no se produjo nunca.
Como a casi nadie en el pueblo, al alcalde no le ha sorprendido ver a su exsocia de Gobierno abriendo todos los telediarios. «No, nada. Leire es de ese tipo de gente que es capaz de estar todo el día buscando dónde enredar. Por eso yo no me sentía cómodo», se sincera el edil popular, a quien le resulta «increíble» que «una persona como ella haya llegado hasta donde ha llegado» viniendo de ningún lugar político. «Aunque, a decir verdad, ya no es solamente Leire», una mujer «que en este PSOE actual encaja muy bien», piensa él. «Es Ábalos, es el hermano de Pedro Sánchez, es la mujer... Es todo. Es todo. Para mí esto de Leire es la gota que colma el vaso».
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