Los móviles se quedan fuera de las aulas
Más de una treintena de los 48 institutos de Cantabria tiene planes para limitar el uso del teléfono, y casi todos los centros públicos y privados cuentan con medidas al respecto
MADA MARTÍNEZ
santander.
Sábado, 18 de noviembre 2023, 01:00
Es la primera vez que en las instrucciones de inicio de curso, la Consejería de Educación instaba a los centros a prohibir el uso de los móviles ... . En el documento remitido a los colegios e institutos cántabros a finales de agosto, el departamento que gestiona Sergio Silva les sugería que no se utilizase ni en clase ni en el recreo -a no ser que fuera para una actividad con fines educativos-. ¿Por qué? Porque un «uso inadecuado [...] puede acarrear dificultades de concentración en el estudio y dificultar el establecimiento de unas relaciones interpersonales basadas en el respeto y la empatía», argumentaba Educación en el escrito.
Casi todos los centros educativos cántabros, tanto públicos como concertados, funcionaban ya previamente con normas -de mayor o menor calado- para limitar el uso del teléfono móvil en aulas y patios. Sin embargo, la mención en las instrucciones ha elevado este asunto al debate público y, al parecer, ha alentado la toma de medidas sistematizadas. Con sus recomendaciones, la Consejería ha intentado «llamar al atención» sobre un tema que les «preocupa mucho» por su impacto entre los adolescentes, recordó Silva hace un par de días, tras inaugurar las primeras Jornadas de Sensibilización para el Uso de Dispositivos Móviles, un ciclo que concluyó ayer en el Palacio de Festivales de Santander. Las sugerencias «han tenido una muy buena acogida», aseguró el consejero, que reveló que el número de centros con planes al respecto ha crecido. En definitiva, la mayoría de los institutos de Cantabria «lo están implementando».
«Son todo ventajas y, además, las familias lo agradecen enormemente porque algunas han perdido la batalla en casa», constata Norberto García, director del IES Montesclaros de Reinosa, instituto pionero en España en eso de convertirse en espacio libre de móviles. Lo es desde el curso 2018-19 y lo es de manera integral, porque, además del alumnado, la normativa concierne también a los docentes, al personal de administración, a todos en el centro.
García, en línea con lo indicado por el consejero el pasado jueves, calcula que cerca del 70% de los 48 institutos públicos de Cantabria -es decir, más de una treintena- ha confeccionado un 'plan de centro' para regular el uso del móvil en clase, en los lugares de tránsito, en los recreos... No todos han diseñado planes con el mismo alcance, pero los Institutos de Educación Secundaria (IES) de Cantabria -«porque no creo que exista un solo centro que no lo haga», dice García- ya limitan la utilización del teléfono en su recinto y sobre todo en el aula. Tras esa decisión hay «una cuestión de salud, de distracción y falta de concentración, y también de aislamiento y carencias en la comunicación», sostiene el director del Montesclaros y portavoz de los responsables de Secundaria.
En los centros concertados -en algo más de medio centenar se aglutinan las etapas iniciales y la ESO, y un puñado tienen Bachillerato y FP- también hay regulación. «La norma básica es no usar el móvil dentro del horario escolar», apunta Wenceslao Martín, portavoz del sector en la Comisión Permanente. «Somos conscientes del problema desde hace años. La mayor parte de las situaciones de conflictividad a partir de 4º o 5º de la ESO tiene que ver con los dispositivos», añade, y anima, además, a no perder de vista el papel disruptivo que tienen también los relojes inteligentes.
La voluntad restringir el uso del móvil existe, si bien los centros cántabros exhiben normas de distinto alcance y «diferentes grados de aplicación», recuerda García. Por ejemplo, hay institutos que permiten el uso del móvil en el patio y otros que no; los hay que lo toleran en los pasillos, y los que, como el IES Montesclaros, apuestan por 'liberarse' del dispositivo. «El objetivo de los espacios libres de móviles es crear un paréntesis en la vida de la comunidad educativa», resume.
No es el único instituto público que se decide por esta práctica. Los IES Valle de Camargo o Ría del Carmen (Muriedas) se decantaron hace tiempo por un modelo que exige el acuerdo de la comunidad educativa y altas dosis de sensibilización. El IES Marqués de Santillana (Torrelavega) ha emprendido camino en esa dirección. Ahora se encuentra inmerso en un «proceso de reflexión para saber hasta qué nivel queremos llegar», revela su director, Roberto Vázquez Álvarez. Hasta ahora, el IES Marqués de Santillana ha basado su modelo en la prohibición de usar el móvil en el aula (a excepción de las actividades con fines didácticos), creando para ello 'taquillas' en las que depositar los teléfonos durante las horas lectivas. Además, en el edificio que ocupan los alumnos de 1º y 2º de la ESO su uso está totalmente prohibido; también en los patios.
Ahora van a dar un paso más porque, «en los últimos años, hemos notado un incremento de la dependencia de los alumnos respecto al móvil; un incremento hasta alcanzar niveles preocupantes. Por eso, en el centro hemos iniciado un proceso de reflexión que no tiene que ver solo con medidas de prohibición, sino con la formación constante, con la concienciación y la sensibilización», explica Vázquez. El papel de las familias será crucial en este empeño, por lo que les van a pedir que rellenen una encuesta para conocer su nivel de preocupación. «El mal uso del móvil fuera del instituto repercute en el instituto. Lo que queremos es apoyarnos entre unos y otros», añade.
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