«Ya no nos queda ni esperanza»
Los hosteleros cántabros mostraron este jueves el 'viacrucis' por el que están pasando en plena Semana Santa. Sacaron sus camas a la calle para ... denunciar que están «arruinados» un año después de iniciarse la pandemia. Cantabria cuenta con unos dos mil alojamientos que suman 30.000 plazas, negocios que «no tienen ingresos desde octubre».
Así lo aseguró el presidente de la Asociación Empresarial de Hostelería de Cantabria (AEHC), Ángel Cuevas, durante el acto central de la nueva protesta del sector, celebrado en la Avenida Antonio Sandi, de Santillana del Mar. A la cita se sumaron más de medio centenar de hosteleros, que, además de sacar colchones y somieres a las aceras, exhibieron diversos carteles y pancartas: 'La hostelería no es el virus'; 'Más cuentas, menos cuentos'; 'Limosnas no, rescate sí'; 'Sin trabajar no vamos a pagar'; 'Salvemos la hostelería'.
El presidente de la AEHC dejó claro, durante la lectura de un manifiesto, que quieren dar visibilidad a la «situación dramática» por la que están pasando, después de dar por perdida la campaña de Semana Santa «por segundo año consecutivo». Según Cuevas, tienen «peores perspectivas» y «muchos más nervios» que cuando se inició la pandemia. «El cierre perimetral ha hundido las reservas. Si no hay movilidad geográfica, no hay clientes», afirmó.
Cuevas criticó que no exista todavía «un plan de vacunación» y aseguró que perderán también la campaña de verano si la mayor parte de la población sigue sin ser vacunada «a últimos de mayo o principios de junio». Insistió en que el sector atraviesa por un momento «agónico» al no poder recibir visitantes, mientras «unos suizos pueden venir a coger olas a la playa de Los Locos».
El presidente de la AEHC rogó a las autoridades que ayuden a estos empresarios, que se encuentran «desilusionados, sin esperanza». Por último, hizo hincapié en que los pocos establecimientos que están abiertos «tienen más pérdidas que los que están cerrados». «Llevamos un año de lucha y ya no sabemos por dónde tirar. Lo fácil es siempre culparnos a nosotros. ¡Basta ya!», concluyó.
Francisco Fuentes, propietario de varios establecimientos en Santillana del Mar, también se mostró contundente: «Esto es apocalíptico para nosotros. Es una guerra en la que las autoridades no saben por dónde las da el aire y están obsesionados en que la hostelería es la responsable del virus. Bastaría con que nos confinasen 10 días para demostrar que no es así. Estoy muy preocupado y creo que la crisis económica va a ser peor que la sanitaria».
Emilio Gallego, secretario general de la Confederación Empresarial de Hostelería de España, se sumó a la movilización para dejar claro que la situación del sector en España es «dificilísima». «Los gobiernos no pueden dejar de lado a una industria tan importante en este país», señaló.
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