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Un camión traslada decenas de camas para instalar en el Hospital Sierrallana, de Torrelavega. DM
Sanidad dispondrá hasta mil camas para afrontar la fase más dura de la epidemia

Sanidad dispondrá hasta mil camas para afrontar la fase más dura de la epidemia

La cifra de positivos experimenta el mayor salto en un día, de 510 a 671, los fallecidos aumentan a 17 y los ingresos en Cuidados Intensivos ya son 28

Viernes, 27 de marzo 2020, 07:10

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La radiografía de situación de la pandemia de coronavirus en Cantabria, como en cada rincón del país, se llena de dolorosas cifras, de dificultades, de contratiempos, de necesidades... de nombres y apellidos sacudidos de golpe por la enfermedad. Ayer, otras tres personas sucumbieron a la letalidad del Covid-19, elevando a 17 los fallecidos en apenas diez días. Y mientras no gire la dichosa recta que dibuja la incidencia, no habrá claros en el horizonte. Hasta la fecha, los hospitales cántabros están aguantando la embestida, a base de cambiar el paso día a día, de anticiparse y adaptar sus instalaciones a una demanda creciente y de recolocar a los pacientes de otras patologías en circuitos y estancias del hospital totalmente separados (la labor del triaje es más clave que nunca) o incluso en centros privados, como Santa Clotilde, Padre Menni y Mompía, para garantizar su seguridad frente al virus y ganar espacio para los contagios de Covid-19 que precisen ingreso.

Según el último balance oficial, correspondiente al miércoles, los positivos hospitalizados aumentaron hasta 276, que suponen 64 más que la jornada anterior. Si se puede buscar una lectura positiva a este drama, nos podemos agarrar a que el gran repunte en diagnósticos, que pasó de 510 a 671 en esas 24 horas fue mayoritario de casos leves, que están pasando la enfermedad en casa con las medidas de aislamiento recomendadas para cortar la transmisión. Entre ese volumen de infectados, la cifra de los que se encuentran en una situación más crítica en Unidades de Cuidados Intensivos sumaban 22 (17 en Valdecilla y 5 en Sierrallana), aunque al cierre de esta edición ya había al menos seis más.

En previsión de que la situación sanitaria se agrave aún más, el Gobierno ya se prepara para escenarios más graves, como explicó ayer el vicepresidente Pablo Zuloaga. Recordó que Cantabria ha dispuesto 400 camas para atender a los infectados de coronavirus, de las que el 69% están ocupadas. Por eso, insistió en que hay que anticiparse para afrontar la fase más dura de la epidemia, toda vez que se mantiene la previsión del pico máximo para la semana que viene (final de marzo-principios de abril), pero la duda es cuánto se va a prolongar ese elevado nivel de contagios y, por ende, de ingresos. Ante esa incógnita, lo que se teme es el efecto de acumulación, puesto que en todos los casos se trata de estancias hospitalarias largas (los 14 días es el mínimo). Y la prueba es que el número de altas sólo ha crecido en dos casos, siendo 14 los curados. Zuloaga avanzó que las previsiones de Sanidad es duplicar ese número de camas, dijo que se va a llegar a las 850 o, incluso, a las 1.000, contando la disponibilidad de Valdecilla (que ya está habilitando de la quinta a la novena planta del edificio 2 de Noviembre, añadidas a la séptima de las Tres Torres), de Sierrallana, que ayer mismo recibía una remesa de camas para abrir nuevos espacios de hospitalización, de Tres Mares (sin mucho margen de maniobra, ya que su capacidad es de unos 40 pacientes), de Laredo y de Liencres. «Esa previsión dependerá de la actitud de los ciudadanos», insistió Zuloaga, que pidió nuevamente que «no relajemos en ningún caso las medidas» de contención establecidas. Pero el vicepresidente fue más allá en los planes de futuro para encarar las consecuencias de la pandemia y avanzó la posibilidad ya no tan remota de acondicionar hoteles para uso hospitalario y, «como último recurso», habilitar también el Palacio de Exposiciones de Santander, que ayer fue desinfectado por la Unidad Militar de Emergencias.

Una opción esta última que la Gerencia de Valdecilla confía aún en no tener que utilizar. Entiende que, en estos momentos, el hospital de referencia de Cantabria aún tiene margen suficiente para asumir ingresos en condiciones de máxima calidad. Precisamente, la última medida adoptada ha sido duplicar la dotación de UCI, hasta 36 puestos, a los que se añadirán los 18 que ya se preparan en el área de observación de Urgencias. La propia Consejería destacó ayer que se mantiene activo el programa de trasplantes durante el estado de alarma, limitado a situaciones de urgencia vital. Así, en los últimos días se ha realizado un trasplante renal y una donación de órganos, enviándose los injertos a otros centros del país.

Ese lógico descenso de la actividad trasplantadora ha permitido a los médicos intensivistas centrarse en los pacientes ingresados en la UCI, que sólo a causa del Covid-19 suponen 17 en Valdecilla y 5 en Sierrallana. De los 640 casos de coronavirus que permanecen activos, 276 están hospitalizados y el resto, 364, en aislamiento domiciliario. Y se reparten así: Valdecilla acoge a 156 pacientes, Sierrallana 67, Laredo a 45 y Tres Mares a 8.

Otro de los datos que preocupa es el aumento de bajas entre los sanitarios. Hasta la fecha, se sabe que son 69 los que permanecen en aislamiento. Una de las causas principales de contagio reside en la falta de medios de protección, a lo que se atribuyen también los ocho positivos entre trabajadores del Centro de Atención a la Dependencia de Sierrallana (con nueve residentes contagiados). Es por eso que el Gobierno de Cantabria anunció la compra, por valor de un millón de euros, de material para trabajar con seguridad frente al Covid-19. Un equipamiento que incluye 600.000 mascarillas quirúrgicas, 70.000 mascarillas FFP2 y 2.000 FFP3, 5.000 buzos, 30.000 batas impermeables y 15 respiradores más, con el que se abastecerá tanto al SCS como a Servicios Sociales. Adquirido a suministradores chinos, se estima que se reciba «sobre el 5 de abril», mientras se espera también la llegada del material (trajes de protección, fundamentalmente) comprados las últimas semanas.

Respecto a los test rápidos, que es una de las herramientas que se consideran cruciales porque permitirán identificar los casos en circulación que ahora escapan al control estadístico, aún tendrán que esperar. Y lo peor es que no se sabe cuánto. Ayer se conoció que la compra que había hecho el Ministerio, con la que iba a dotar a todas las comunidades, ha sido en vano. Los test no funcionan. Y la Consejería de Sanidad, que había hecho su propio pedido, aún no sabe cuándo podrá disponer de él.

Mientras llega, las pruebas que se pueden realizar con medios propios, como el nuevo laboratorio de refuerzo del Idival, se concentra en los profesionales de colectivos esenciales (fuerzas de seguridad, bomberos, personal sanitario y sociosanitario, farmacéuticos...), que tienen como punto de recogida de muestras el puesto de triaje del 061 de El Sardinero, al que desde ayer se sumó el del Hospital de Laredo. De hecho, las colas que se han podido ver los últimos días al final de la S-20 son una de las razones del aumento de casos detectados esta semana. La razón, es que la iniciativa del Idival, en colaboración con investigadores del Ibbtec y de la UC, ha permitido duplicar las pruebas que se venían haciendo en Microbiología de Valdecilla. Entre ambos, aspiran a poder diagnosticar a un millar de personas al día, y puesto que la búsqueda se concentra entre los más expuestos al virus es casi seguro que la proporción de positivos siga creciendo de forma exponencial.

Otras medidas

El Consejo de Gobierno de ayer estuvo monopolizado por la crisis del coronavirus. La reunión, que por primera vez se celebró por videoconferencia, sirvió para que el responsable de Sanidad informara de la evolución del Covid-19 y para aprobar nuevas medidas «de apoyo a los más vulnerables». En este sentido, Obras Públicas y Servicios Sociales han acordado suspender el pago del alquiler de marzo a los inquilinos del parque público que hayan perdido su empleo o experimentado un importante descenso en sus ingresos. Serán 234 las familias beneficiadas.

Por otra parte, se decidió que el albergue juvenil de Solórzano será utilizado para acoger a personas sin hogar, dada la falta de actividad de los lugares habituales de acogida a quienes viven en la calle. En este espacio hay habilitadas 37 plazas. Es la mitad de su capacidad total para aumentar el espacio entre usuarios y evitar posibilidades de contagio. Además, Industria ya ha publicado en el BOC las bases de las ayudas del 'cheque resistencia' para autónomos y pymes. Se trata de una línea de subvenciones de 10 millones de euros para el pago de sus gastos corrientes.

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