Valdecilla reduce la espera de Reproducción Asistida a la mitad en sólo seis meses
La Unidad, que funciona «a pleno rendimiento» tras superar el atasco que generó el traslado, prevé este año llegar a las 600 fecundaciones in vitro, casi el triple que en 2017
ANA ROSA GARCÍA
SANTANDER.
Lunes, 9 de abril 2018, 07:14
La Unidad de Reproducción Asistida (URA) de Valdecilla ha conseguido reducir su abultada lista de espera a la mitad en solo seis meses y aspira a llegar este año a las 600 fecundaciones in vitro (FIV), casi el triple de las que se realizaron en 2017 (215). «Ahora la unidad ya funciona a pleno rendimiento. Sólo entre enero y febrero llevamos 77 transferencias de embriones», destaca la jefa de servicio de Ginecología y Obstetricia, Yolanda Jubete, que reconoce que «la demanda social es cada vez mayor (este año se esperan 800 pacientes nuevas) y que llegó a haber una lista de espera acumulada que era insostenible».
Fruto del proyecto puesto en marcha tras el verano, ya se puede acceder a una fecundación in vitro «en cinco meses desde la primera consulta para casos ordinarios y en menos de dos para los preferentes», como son pacientes con endometriosis, mujeres al límite de la edad fértil con buena reserva ovárica o jóvenes en el caso contrario (con reserva escasa). La lista de espera para inseminación artificial ha desaparecido.
180
pacientes están pendientes en la actualidad de acceder a un tratamiento de Reproducción Asistida.
La actividad de esta Unidad fue una de las que más se resintió con motivo del traslado a Valdecilla desde la Residencia. Hubo que improvisar un espacio adecuado para sus instalaciones dado que «no estaban contempladas en el plan funcional» diseñado la pasada legislatura (PP), como lamentó la Gerencia del hospital cuando tomó el testigo. Un «olvido» que obligó a buscar emplazamiento para el laboratorio y el quirófano específico de Reproducción Asistida y encargar por la vía de urgencia las obras para acondicionarlos, que costaron 400.000 euros.
«El traslado, nos paralizó»
Con la mudanza a las Tres Torres, la lista de espera se acabó de disparar. «El traslado nos paralizó. En 2016 apenas se hicieron 150 fecundaciones». Reorganizar la forma de trabajo para desatascar esta situación era una de las prioridades de Ginecología. Por eso, Jubete aplaude «la vuelta» que se le ha dado a esta pata del servicio «en poco tiempo». «Sin duda, ha sido una de las unidades que más ha cambiado. Se ha invertido en equipamiento -un nuevo incubador con capacidad para 16 embriones a la semana- y en capital humano, con la incorporación de un ginecólogo y un biólogo, una ampliación que ha permitido aumentar los tratamientos».
Nueva consulta para detectar problemas antes de que lo sean
Cuanto más se retrasa la maternidad, más crece la demanda de reproducción asistida y más se reducen las posibilidades de lograr un embarazo incluso por esa vía. La tasa de gestaciones tras una fecundación in vitro en mujeres de entre 35 y 40 años se sitúa en el 36% en Valdecilla, «en la media de los hospitales públicos». En inseminación artificial, la efectividad es de un 15% a un 20%. Con el objetivo de detectar problemas antes de que desemboquen en la Unidad de Reproducción Asistida, el servicio ha creado una consulta de ginecología funcional y endocrina que se encarga de «captar a aquellas mujeres que potencialmente van a precisar tratamiento (por endometriosis, ovarios poliquísticos...). Se trata de que entren en nuestro circuito para ganar tiempo y poder atajarlo antes de que lleguen a una edad más complicada».
El equipo de Reproducción Asistida lo conforman ahora cuatro ginecólogos, dedicados exclusivamente a esta sección; tres biólogos moleculares, que «trabajan hasta fuera del horario (incluso domingo y festivo) para que no se pare el procedimiento de cultivo de ovocitos», resalta Jubete; además de tres enfermeras, dos auxiliares, dos técnicos de laboratorio y un administrativo. «Tenemos una implicación completa del equipo y todo el apoyo institucional, los resultados seguirán mejorando».
El otro tapón, que eran las consultas, también se ha aliviado de forma notable: «Han crecido en número -el año pasado doblamos las del anterior, hasta las 1.214-, las primeras citas son más resolutivas porque las atiende directamente un ginecólogo (antes lo hacía una enfermera), y se reciben antes -estamos en 60 días de espera para primera consulta, frente a los 177 de 2016-». La relación de pacientes pendientes de tratamiento ronda la cifra de 180. Cada semana se inician quince ciclos de fecundación in vitro. Cabe recordar que la sanidad pública financia el tratamiento hasta los 40 años y que «están excluidas las pacientes sometidas a ligadura de trompas, una petición que no es infrecuente en parejas que vienen de matrimonios anteriores. Pero la prioridad del sistema público son las personas que no tienen hijos», aclara Jubete.
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