Vendía en una calle del centro de Santander latas de bonito y sobres de jamón sustraídos de varios comercios

Agentes de la Policía Nacional incautaron 65 euros y 106 productos de alimentación, que una mujer trataba de vender en una calle del centro de Santander. La señora no pudo justificar la procedencia de los artículos (latas de conserva, sobres de embutidos...) que ofrecía a los viandantes ni cómo los había adquirido. Posteriormente se supo que habían sido sustraídos en varios establecimientos, por lo que se entregaron a las Hijas de la Caridad que dirigen la Cocina Económica de Santander .

Según ha informado la Policía Nacional, los hechos tuvieron lugar el 12 de enero, cuando agentes de la Jefatura Superior de Policía de Cantabria se encontraban realizando las labores de prevención propias de su cargo y en la calle Amós de Escalante localizaron a una mujer con numerosas bolsas llenas de género de distinto tipo que estaba vendiendo a los peatones que pasaban por esa zona.

Cuando los agentes se acercaron a la señora para proceder a su identificación descubrieron que carecía de ella y que tampoco podía justificar de ninguna forma ni la adquisición, ni la procedencia de los productos de alimentación que estaba comercializando, actividad que corroboraron tres testigos a los que había vendido sus artículos.

Los policías trasladaron entonces a la mujer a dependencias oficiales para su identificación e incautaron 65 euros y todo lo que intentaba vender: 16 latas de bonito, tres latas de berberechos, ocho latas anchoas, varios paquetes de jamón ibérico, una bolsa de gambas, dos tablas de quesos, un paquete de arroz, un bote de macedonia de frutas, un paquete de azúcar, cuatro botes perfumados para la ropa, crema de manos o un perfume. Cuando se hizo cargo de la investigación el Grupo I de Policía Judicial se pudo acreditar la procedencia ilícita de la mayoría de los productos ya que habían sido sustraídos en varios establecimientos de alimentación.

Desde la Policía Nacional se recomienda a la ciudadanía no adquirir productos en la vía pública en puestos no autorizados ya que, además de ayudar al comercio ilícito, los consumidores pueden estar poniendo en peligro su salud dado que, en muchas ocasiones, el género carece de las garantías sanitarias pertinentes.