«Tenemos que esforzarnos para que estos talentos en potencia no se vayan del país»

Es a ellos a quien Lechuga quiere «entusiasmar» y mostrar que una carrera científica en España es posible y, de hecho, es necesaria para que el país haga ciencia y tecnología de calidad, y fortalezca el tejido empresarial ligado a la innovación. Pero no hay que fiarlo todo a la vocación y el sacrificio de los futuros investigadores y docentes, sino que son precisos una reflexión profunda, «buenos sueldos» y, como apuntó Luis Luis Vega, investigador en el Centro Vasco de Matemática Aplicada y Premio Nacional de Investigación Julio Rey Pastor 2021, generar «nuevos retos» científicos e innovadores que desmantelen la «zona de confort».

Y no se trata solo de retener talento, sino de «atraerlo», precisó Margarita Díaz-Andreu, profesora de Investigación de Icrea en la Universidad de Barcelona y directoral del Aula, que, de paso, defendió la necesidad de resolver el «problema» que supone la «endogamia» en la universidad y que puede lastrar las carreras científicas. Díaz-Andreu ha compuesto un plantel de expertos para el Aula Blas Cabrera basada en la excelencia y en la «equidad de género», y que aúna un buen puñado de disciplinas -filosofía, matemáticas, medicina, arquitectura, química o patrimonio, por citar algunas- y que está equilibrada en cuanto a la tipología de los centros. Junto con la vicerrectora de la UIMP Matilde Carlón, Díaz-Andreu defendió la solidez de la lista de profesores de esta Aula, así como su capacidad para contar la ciencia a los alumnos. La meta es que lo que estos aprendan en la UIMP sobre conocimiento y método científicos, sobre retos éticos o administrativos, puedan aplicarlo en sus trabajos.