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Savater, a la entrada del Paraninfo, rodeado de seguidores y curiosos que le aguardaban en el exterior. Roberto Ruiz

«La enseñanza y la educación son tareas sólo para optimistas»

Fernando Savater reivindica en los Martes Literarios la capacidad transformadora de la pedagogía y uno de sus grandes libros de cabecera: 'Moby Dick'

Mada Martínez

Santander

Miércoles, 31 de julio 2019, 07:38

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A Fernando Savater lo recibieron ayer con un gran aplauso. No es habitual que el protagonista de los Martes Literarios entre de este modo en el Paraninfo de La Magdalena. Cientos de personas se quedaron sin poder acceder al acto que organizan semanalmente la UIMP y El Diario Montañés y se abrieron dos aulas de Caballerizas para que el público siguiera en directo la charla que mantuvieron Savater y Guillermo Balbona, redactor jefe de Cultura de este periódico. Desde la UIMP se calcula que cerca de 450 personas pudieron acomodarse en los espacios habilitados para seguir la charla de Fernando Savater, y que otras tantas se quedaron fuera. El acto duró dos horas aproximadamente, una duración de récord.

El diálogo entre ambos sirvió para que repasar la íntima relación de Savater con la Ménendez Pelayo, cuajada de visitas como director de curso o como alumno, y también para repasar los títulos más importantes en la vida del filósofo y escritor, quien se declara lector antes que cualquier otra cosa. 'Moby Dick', la obra de Herman Melville, está en la cumbre de sus lecturas, una cumbre de todos modos muy concurrida. «De pequeño me gustaba la idea de la ballena y de la gran lucha contra ella», contó Savater quien, con el tiempo y las relecturas, ha descubierto nuevos significados e ideas en sus páginas: el poder, la religión. «Es una novela que releo cada dos años. Y vuelvo a encontrar cosas nuevas. Y me asombra», indicó Savater e invitó a sumergirse en la historia del capitán Ahab y la ballena blanca.

Savater ha encontrado en la lectura casi todas las pistas. Fue un niño lector que nunca ha abandonado sus lecturas inciales. Sigue acudiendo de vez en cuando a 'La isla del tesoro'. Amar la lectura en la infancia y la adolescencia, recordó ayer, es capital. «Si alguien no ama la lectura a partir de la juventud», indicó, será muy difícil que la ame en etapas más avanzadas de su vida. «Por eso es importante que la gente se enamore de los libros. Hay que seducir para la lectura».

«Las preguntas más importantes de la vida no están en la Selectividad»

Si bien es lector por encima de todas las cosas, la producción ensayística de Savater es amplia. 'Ética para Amador', publicado en 1991, es uno de los trabajos más populares del filósofo, y se ha convertido en un texto de acercamiento a la filosofía y a las cuestiones de la ética para muchos jóvenes, una aproximación que pueden hacer solos, asomándose únicamente a sus páginas, sin tutela. Además, el planteamiento de este libro tiene mucho que ver con el plantemiento que Savater le exige a los profesores, a la educación. Él, que ha sido profesor universitario durante tres décadas, expuso lo siguiente: «Es un libro optimista porque la educación y la enseñanza son tareas sólo para optimistas», expuso; «cuando entras en una clase tienes la obligación de serlo». Educar, expuso, tiene que ver con la certeza de lo que los seres humanos pueden mejorar, pueden romper algunas fatalidades.

Ahora bien, el optimismo de Savater se refiere a la tarea del educador, pero no al estado de la educación. «Ahí soy de lo más pesimista. La educación está orientada hoy a una formación laboral; se educa para crear empleados que no den problemas, que obedezcan, que den al botón correcto», lamentó. «Las preguntas más importantes de la vida no están en Selectividad; uno prepara a la gente para la vida no para la Selectividad», añadió.

Descubrir autores

Savater habló de muchos asuntos, pero volvió sobre su pasión por la lectura a lo largo de la charla. «El mayor elogio, cuando me siento realizado, es cuando alguien me dice que, leyendo uno de mis lbros, descubre a otros autores. Quiero que mis libros sean puertas para abrir un camino, no para cerrarlo. Que sean escalones para un algo que está después de ellos», les contó a los asistentes. «He tenido cierto ojo para descubrir autores, y eso es mi alegría. Yo soy un lector fundamentalmente», insisitó, y, parafraseando a Borges, añadió: «Me enorgullezco mucho más de lo que he leído que de lo que he escrito, me enorgullezco de ser un buen lector. Que mis libros se olviden no me importa en absoluto, pero saber que, a través de lo que he escrito, alguien ha descubierto a un autor, es algo que me alegra mucho».

«El único momento en que hubiera querido ser buen escritor es con el último libro que he dedicado a mi mujer»

Savater dice no sentir envidia alguna al notar que hay autores con más calidad literaria, o con más producción, o con más lectores. «Nunca he sido muy celoso en relación a quienes escribían mejor que yo; yo lo agradezco porque me hace disfrutar a mí. El único momento en que hubiera querido ser un buen escritor es con el último libro que le he dedicado a mi mujer». El filósofo donostiarra ya ha contado que no volverá a escribir y que 'La peor parte. Memorias de amor', el libro en el que emergen el amor y la devoción por su esposa, Sara Torres, fallecida en 2015, ha sido el último.

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