El fotógrafo cántabro Guillermo Ruenes muestra en Shanghái su visión de Asia

China, según explica, es un país lleno de contrastes y matices. «Esta exposición refleja este constante contrapunto entre el frenetismo de las grandes ciudades y la vida tranquila de sus minorías. El desarrollo tecnológico del país más modernizado del mundo junto a la autenticidad de la vida tradicional de sus barrios». Y, en general, continúa, «la vida de los habitantes de un país que cohabita permanentemente entre la tradición de lo que un día fue y el bestial desarrollo de lo que pronto será». La exposición que se inauguró el pasado día 20 podrá visitarse en la tienda de arte 'Nein Art store' hasta este domingo.

Ruenes que expuso por última vez en Cantabria en 2018 en la galería Inder&Espacio, con una muestra titulada 'Kapotes y kimonos' y en la que unía sus fotos a las acuarelas de toros de su padre, Alberto Ruenes, llegó a China en el año 2011 con una beca de siete meses. «Siempre había sentido curiosidad por China, pero fue un poco casualidad que me surgiese esa oportunidad. Llegué a vivir a Guangzhou, una ciudad del sur del país de 15 millones de habitantes. Y desde el principio me quedé fascinado con el país». Reconoce que aunque lo que se encontró no tenía nada que ver con lo que se había imaginado, «vivir en un sitio tan distinto te da una dosis de adrenalina de la que es difícil prescindir». China «es dinámico, abierto, caótico y rápido», según explica,

Durante su primer año en ese continente hizo varios viajes por Asia y a la vuelta organizó su primera exposición de retratos en La Otra Librería de Santander, antes de volver a vivir a Guangzhou. Después de esa primera etapa, sigue explicando, estuvo unos años yendo y viniendo, «pero siempre sintiendo que en cierta manera mi casa estaba en China».

Durante los últimos cinco años ha vivido en Shanghai, una ciudad increíble para un amante de la fotografía. Y ese mismo año organicé otra exposición en la galería y espacio de eventos de Shanghai, La Maison, titulada 'Eleven Bites of Asia'.

Esta última exposición es su despedida de China. «Al menos de forma temporal. Para expresar lo que este país significa para mí en muchos aspectos, pero sobre todo para reflejar la vida callejera y ambiente tradicional que sigue quedando en las calles de este país». Y ya tiene planes para desarrollar en España. «Me gustaría organizar dos exposiciones de fotografía y hacer un reportaje periodístico. El primero es un proyecto en el que he estado trabajando un tiempo que se llama 'No soy de aquí, no soy de allá'. En España vemos cada día una mayor polarización. Sin embargo yo cada vez que he visitado sitios muy distintos del mundo siempre he visto muchas semejanzas en esas situaciones aparentemente tan alejadas».

Por otra parte espera poder mostrar dos de sus trabajos sobre China. «Creo que en general China está bastante estigmatizada en España por desconocimiento, por lo que me gustaría enseñar esta sociedad tan compleja y llena de contrastes de la que te hablaba antes». Y por último tiene pendiente hacer un reportaje periodístico sobre el laberinto de Guangzhou. «Un barrio de Guangzhou al que la comunidad española le puso este nombre porque entre sus callejones podías perderte y no encontrar la salida».