Lecciones de vida
Escuela de Artes Escénicas. La semilla de la interpretación en Cantabria se planta en el Palacio de Festivales
La Escuela de Artes Escénicas del Palacio de Festivales es aún más antigua que el edificio. Tres años antes de que Francisco Javier Sáenz de Oiza finalizará la construcción, tres jóvenes profesionales del teatro: Román Callejo, Obdulia Peredo y Ricardo Moya ya impartían docencia en las instalaciones de la calle Pedrueca que hoy ocupa el Ateneo. «Así que para nosotros poder actuar en un escenario como el de la sala Pereda fue todo un acontecimiento». La que habla así es Obdulia Peredo, la única de aquel trío que sigue en esta Escuela, en la que ocupa además el cargo de directora. Le acompañan otros dos veteranos en el centro, Cristina González Santos, actual coordinadora y que también empezó en el espacio de Pedrueca, y el profesor de interpretación Roberto P. Gallego.
Desde entonces han sido muchos los docentes que han pasado por estas aulas, una de las joyas de la corona del Palacio y de las artes escénicas de la región, pues además de enseñar el oficio de la interpretación es una escuela de vida porque, tal y como señala Cristina González Santos, «no hay niño ni niña que venga aquí y no progrese en el plano personal, y eso es maravilloso». En estos momentos completan la plantilla Rob Jenkins, profesor de teatro en inglés; César Marañón, de música, y Rebeca García Calderón, de danza. Sin olvidar a Ana Luisa Pérez de la Osa, responsable de la sede que la Escuela tiene en la Casa de Cultura de Torrelavega.
En su haber cuentan con grandes logros. En 1991 produjo su primer musical, 'Y los sueños', interpretado por niños y jóvenes de entre 10 y 20 años de edad. De esta primera experiencia surgieron después adaptaciones de títulos como 'Annie' u 'Oliver', con el que la escuela obtuvo el Premio al Mejor Espectáculo del XV Festival de Teatro Aficionado de Torrelavega. No es el único, porque en 2020 ganó el mismo galardón por la ópera infantil 'Brundibár'. Además, el taller musical que desarrolla la Escuela de Artes Escénicas, con especialistas en danza, canto e interpretación, ha permitido la representación de espectáculos originales, pero también de las carteleras de Broadway y del West End, como 'Fifteen', 'Matilda' o 'Escuela de Rock', con los que el centro ha sido reconocido en diferentes ediciones de los Premios Buero de Teatro Joven.
Este curso, 200 alumnos de más de ocho años siguen clases de interpretación, música y danza
Pero más allá de los espectáculos que ha presentado o de los premios que ha obtenido, el alma de esta escuela son los alumnos, algunos de ellos actores reconocidos hoy en día como Eduardo Noriega o Marta Hazas que dieron sus primeros pasos en la interpretación en estos escenarios. «Una de las cosas que más ilusión me hace es que la mayor parte de los protagonistas de este nuevo ciclo de 'La cultura Contraataca' que se está desarrollando ahora en Cantabria son antiguos alumnos o antiguos profesores nuestros», señala la directora.
Este curso hay algún matriculado menos por el covid pero los 200 inscritos están desarrollando las clases con normalidad. La semana pasada estrenaron el que es su último montaje 'El sueño de una noche de verano' de Shakespeare, por lo que estos días se respira el subidón que viven los artistas después de una representación con éxito.
Para entrar en la Escuela, tal y como recuerda Obdulia Peredo, no se pide mucho: «Que tengan más de ocho años, pues no hay limite de edad, y que vengan con muchas ganas de trabajar. Lo demás lo ponemos nosotros junto con el entusiasmo que se van contagiando los unos a los otros».
Las enseñanzas que se ofrecen tocan todas las áreas de las artes escénicas: hay clases de interpretación, de música y danza, y también un taller de teatro en inglés que imparte desde hace 20 años un licenciado en Derecho que le ha cogido gusto a la interpretación y que hasta participa como actor en algunos de los espectáculos. Su nombre es Rob Jenkins y su prioridad con los alumnos es que se diviertan «con el inglés como medio para actuar». El taller, recuerda, comenzó como un experimento piloto «y ha habido años en los que hemos tenido hasta 36 alumnos».
César Marañón llegó a la Escuela como profesor de música y canto hace cinco años. «Trabajar aquí es muy gratificante», señala el director del Coro Joven de Palacio, quien asegura aprender cada día del talento de los jóvenes estudiantes. A Roberto P. Gallego le cuesta destacar una única vivencia digna de recordar con motivo de esta efeméride. «Posiblemente sea la sensación que vivimos cuando suenan los aplausos detrás de cada actuación y las caras de los alumnos ante la ovación del público».
Especial Aniversario del Palacio
Obdulia Peredo sí destaca aquellas primeras actuaciones en la sala Pereda, un 'Don Juan Tenorio' que dirigió Ricardo Moya y un 'Yerma' que dirigió Román Calleja', pero lamenta que pese al trabajo realizado hasta ahora «no haya demasiada repercusión de lo que hacemos y mucha gente de la ciudad aún no sepa ni que existimos».
Y eso que según Cristina González «raro es el alumno que no se reengancha el curso siguiente». Una prueba está en la responsable de la Escuela y profesora de interpretación en Torrelavega. Ella fue una de las primeras alumnas y tras acabar los estudios y trabajar en Madrid se hizo cargo de esta delegación en 2003. «Para mí la Escuela es mi vida. Se lo debo todo y es una devoción más que un trabajo», explica al tiempo que cuenta miles de vivencias. «Por encima de todo me he propuesto que los alumnos tengan amor al teatro».
Si hubiera que soplar una tarta por el cumpleaños del Palacio, Obdulia Peredo tiene muy claro su deseo: «Que alguna de esas inversiones que se han anunciado estos días lleguen hasta esta Escuela».