La mirada de Pablo Hojas se suma al cuerpo atrincherado de La Caverna de la Luz
La imagen del veterano fotógrafo cántabro, sencilla y a la vez extremadamente profunda, pasa a integrar 'Noli me tangere', que plantea una investigación sobre el cuerpo como motivo fotográfico
Ante todo siempre ha reivindicado la figura del fotógrafo y su valor cultural en la sociedad contemporánea. Veterano del fotoperiodismo cántabro, referencia nacional de ... la imagen en los medios, retratista histórico del ecosistema académico, cultural y social de La Magdalena y la UIMP, artífice de la primera fotogalería de Cantabria y pionero en proyectos docentes tan singulares como el de Polientes foto, entre otras muchas iniciativas, Pablo Hojas es una de las miradas más representativas de la fotografía de la comunidad. Este mes de noviembre protagoniza, desde mañana, la ventana de La Caverna de la Luz en la serie anual, coordinada en este caso por el también fotógrafo Raúl Lucio, que llega a su recta final con su aportación personal.
'El cuerpo atrincherado' acoge a Pablo Hojas que exhibe una fotografía del terror. «Silente, majestuosa, llena de matices... pero ciertamente terrorífica. Narra bien nuestra travesía por el desierto en este año y medio largo, lleno de sinuosas curvas, rebrotes varios y disolución de unas maneras de vivir que nos parecían inamovibles. El cuerpo se ha atrincherado». Cuatro camisetas de algodón cuelgan de una percha. Nos miran como cuatro máscaras. «Cuatro vestales, cuatro fantasmas en la noche. Se diría que están a punto de mover sus brazos y asustarnos. Lo negro del fondo y el reflejo especular del baldosín».
Su última muestra se plasmó en 'Fotografías, 1965-1986' celebrada en el Centro de Documentación de la Imagen de Santander (CDIS). Con ese motivo los fotógrafos de la región nombraron a Hojas presidente honorífico de la Asociación Profesional de Fotoperiodistas Cántabros y le entregaron un carné simbólico con el número 1 de la asociación.
La imagen de Hojas destinada al proyecto de la calle del Sol, en el espacio de Javier Vila, muestran unas pieles colgadas que, según expresa Lucio, «nos hablan de desollamiento, de restos que quedan después de la masacre, las consecuencias de una pandemia que nos abrió en canal. Estamos de duelo, sí, pero este quizás sea, como lo nombraba Jacques Derrida, un duelo imposible».
Hojas ha conseguido realizar, también, «una fotografía de la calma, del descanso... de lo que queda después de la aparatosa tormenta que ha impregnado nuestras vidas de inseguridad».
En palabras del propio autor: «Es una invitación a pararse, a mirar, a observar las imágenes como se hacía antes; con pausa, paladeándolas, dialogando, deleitándose con ellas... sacándoles todo su jugo, exprimiendo sus matices. El placer de mirar y descubrir».
La imagen de Pablo Hojas -sencilla y extremadamente profunda a la vez- «ilustra bien la idea de Martin Heidegger de ser pensante: 'Para nosotros, los hombres, el camino a lo próximo es siempre el más lejano y por ello el más arduo'. Necesitamos escuchar lo que nos intentan decir las imágenes. Estamos cerca de la nueva normalidad, sea lo que sea la «nueva normalidad».
Estos días, curiosos, incomparables -lo mismo que esta imagen-, «son la prueba definitiva de que vivir es, siempre, afrontar una aventura. Ante imágenes como esta, «por su potencia, su profundidad y sus significados ciertamente inescrutables, solo nos quede arrodillarnos y venerarlas», sostiene Lucio.
Pablo Hojas Cruz (Santander, 1945), fotoperiodista de raza, pertenece a una estirpe ligada a la ciudad de Santander. Nieto de Pablo Hojas Bedoya (1887-1950) e hijo de Pablo Hojas Llama (1914-1991), ha trabajado para multitud de medios, entre otros, El Diario, El País, La Vanguardia, Diario 16, la agencia EFE...Sus labores docentes propiciaron una legión de seguidores y alumnos que «entendieron, gracias al maestro Hojas, la disciplina fotográfica de una manera especial, como él solo ha sabido transmitirla; desde la pasión y desde la improvisación: la magia del momento, el dejarse llevar libre para al final hacer de un instante algo no decisivo pero definitivamente emocionante», según expresa el propio Lucio, uno de sus alumnos.
En el año 2016 la Asociación de la Prensa de Cantabria otorgó a Hojas el Premio Estrañi, que reconoce la labor de los mejores profesionales cántabros de la comunicación. Ha simultaneado su carrera con sus trabajos más personales, poniendo el foco en la formación de nuevas generaciones de fotógrafos.
Bajo el título Noli me tangere-El cuerpo atrincherado, el proyecto de La Caverna de la Luz plantea una investigación sobre el cuerpo como motivo fotográfico. Pero no cualquier cuerpo: el cuerpo de la era poscovid. Comisariado por Raúl Lucio, presenta 12 propuestas que giran en torno a ideas como el cuerpo abatido, abandonado, sitiado, desolado, invisible... «En resumen, procesos de búsqueda acerca del lugar que ocupamos en el mundo».
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