
Blanca del Barrio y Rita Cofiño
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Blanca del Barrio y Rita Cofiño
«¿Qué es, pues, el tiempo? Si nadie me lo pregunta, lo sé; pero si quiero explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé. ... Lo que sí digo sin vacilación es que sé que si nada pasase no habría tiempo pasado; y si nada sucediese, no habría tiempo futuro; y si nada existiese, no habría tiempo presente...». La sentencia de Agustín de Hipona subyace en el espíritu de 'Obsolescencia'. El proyecto teatral es fruto del trabajo en equipo, la reflexión, la investigación e incluso la implicación ciudadana.
Un largo proceso creativo a través de diversos espacios y residencias artísticas. Y, sobre todo, traduce en el escenario la simbiosis de dos mujeres de intensa trayectoria al hecho escénico y al lenguaje teatral: Blanca del Barrio y Rita Cofiño. En este caso, desdoblan tareas para conjuntar objetivos. La primera, responsable de la dirección y la dramaturgia; y la segunda como actriz y productora, artífice de la compañía RC Producciones Escénicas. La Sala Bretón acoge hoy, a las 20.00 horas, el estreno de esta obra que se postula como una innovadora propuesta «sobre la experiencia del tiempo y la percepción de la obsolescencia, no solo en objetos, sino también en nuestras vidas y relaciones».
La obra La Sala Bretón acogerá hoy viernes, a las 20 horas, el estreno de 'Obsolescencia' obra teatral producida por Rita Cofiño Producciones Escénicas con dirección y dramaturgia de Blanca del Barrio.
Ficha artística Dirección artística y dramaturgia Blanca Del Barrio. Intérpretes: Lucía Alvear y Rita Cofiño. Músico: Pablo Gregor. Escenografía: Néstor Del Barrio. Video creación: Joan Fierro. Video documento: Ángela Zubieta. Vestuario: R.C. costume. Diseño de iluminación: Pablo Turanzas. Acompañamientos a Pablo Sánchez y Diego Herranz.
Blanca del Barrio lo tiene claro: «El teatro es todavía el único lugar que ha quedado intacto 'al golpe de scroll' o al mando a distancia». Y Rita Cofiño, a propósito de la propuesta, sostiene que «desgraciadamente también, todos acabamos en desuso, bien por reemplazo, por funcionalidad, por caducidad, por incompatibilidad, por hacernos viejos... la esperanza de la vida y la lucha contra el tiempo, es mantener vivo el deseo». En esta obra, que hoy vive su puesta de largo, dos personajes se afanan en custodiar a La Centenaria, «una bombilla ejemplo de inobsolescencia. La cuidan, la miman, al mismo tiempo que protegen el archivo del tiempo, de todo el tiempo que ha vivido, preguntándose si todo se acaba o quizás no». La puesta en escena del montaje ha estado precedida de un taller de consulta ciudadana en la Fábrica de creación de Tabacalera en el que ambas trasladaron a los participantes interrogaciones e invitaron a colaborar para aportar sus vivencias y experiencias del tiempo.
Hasta llegar al estreno de hoy, el método de trabajo recorrió «un camino inverso puesto que no partíamos de un texto previo para vertebrar la puesta en escena, sino que a lo largo de varios meses de investigación fuimos generando material escénico, imágenes de una gran fuerza plástica y evocadoras». Esas imágenes fueron el soporte de textos del teatro, la filosofía, la física y la astrofísica, las ciencias naturales y las singularidades de la naturaleza. Una vez planteadas y resueltas las cuestiones, «comenzamos un periodo de trabajo con los actores, el equipo creativo y el de producción».
-Pero, ¿cómo surge el proyecto de 'Obsolescencia' y qué vías conducen la idea hasta su plasmación en la escena?
-Rita Cofino (R). Surge por el deseo y la motivación de juntarnos como artistas y en mi caso, por las ganas de experimentar el proceso de una creación propia de la mano de Blanca. Elegimos el tiempo como nuestro guía y a partir de ahí, fueron surgiendo los demás elementos: la luz como argumento, la obsolescencia como la matriz creativa y lo que nos queda por vivir como drama. Con estas premisas y después de varios meses de investigación, se fueron construyendo los diferentes cuadros de la obra.
-Precisamente el teatro, la vivencia en tiempo real de la representación, ¿es un factor que sirve para atemperar la fugacidad de las relaciones en una sociedad en la que prima la inmediatez?
(R)-Por supuesto que sí, la vivencia en tiempo real que nos da el teatro contrasta con la rapidez que a veces caracteriza nuestra vida cotidiana: las redes, la conexión continua a pantallas y dispositivos. El teatro nos ofrece un espacio donde las relaciones y las emociones se sienten más auténticas, al menos por un instante... En este sentido es más necesario que nunca.
-Blanca del Barrio (B). El teatro por etimología es el lugar donde se viene a contemplar, y es todavía el único lugar que ha quedado intacto'al golpe de scroll' o al mando a distancia. El teatro, tanto el lugar como el arte, es ejemplo de resistencia al tiempo. Es un lugar experiencial donde se vive y comparte en tiempo real. Nuestra sociedad nos tiraniza con la idea de que el tiempo tiene que ser productivo, debemos ganar tiempo, ahorrar tiempo, etc... Frente a este mandato feroz nos hicimos la pregunta ¿qué harías si supieras el tiempo que te queda?, ¿cómo lo utilizarías? Concebir la creación de una pieza que sobrepase más de una hora y media es un verdadero reto y salvando autores excepcionales como: Wajdi Mouawad, Peter Brook, Olivier Py, Ariane Mnouchkine, A. Liddel y más que me dejo en el tintero, cada vez resulta más difícil mantener la atención del auditorio sin que haya móviles que suenan, pantallas y relojes que notifican del mundo exterior a los muros del teatro. ¡La atracción de la vorágine es poderosa, detenerse es difícil! Nosotras hemos trabajamos durante 13 meses en la creación de una obra que durará una hora.
-En la definición de obsolescencia, como creadoras, plantean un interrogante que se incluye aquí: ¿Es aplicable a las personas?
-(R) Desgraciadamente también, todos acabamos en desuso, bien por reemplazo, por funcionalidad, por caducidad, por incompatibilidad, por hacernos viejos... la esperanza de la vida y la lucha contra el tiempo, es mantener vivo el deseo.
-(B).Hemos reflexionado sobre ello, y encontramos una singularidad: la bombilla centenaria que sigue cumpliendo con su misión desde 1901. Este fue el pretexto ideal para ficcionar la vida de nuestros dos personajes, que custodian la bombilla en un lugar indefinido, fuera del tiempo.
-La muerte, como tabú, también está implícita en la reflexión que proponen. ¿En qué medida el teatro puede crear una toma de conciencia sobre el sentido finalista y la pérdida?
-(R) Creo que el teatro debe crear una toma de conciencia siempre, o al menos una reflexión, también un divertimento y un cúmulo de emociones... La muerte no deja de ser parte de nuestra vida, necesitamos aprender a hablar de ella, a reírnos en su cara, no debería ser un tema tabú; para mí era una necesidad hablar del paso del tiempo, pero el espectáculo no va ligado expresamente a esa idea.
-(B). En el caso de las personas y las relaciones cuando una persona es remplazada por otra, más joven, más barata, más útil, ¿hace de esta persona una obsoleta? Pienso en nuestros mayores, y su lugar en nuestra sociedad, pienso en los despidos de gente competente, pienso el el usar y tirar de las relaciones. La muerte es el final, la obsolescencia es la muerte en vida. Obsolescencia habla del tiempo. Y si el teatro puede crear conciencia/consciencia del sentido final y la perdida te diré que sí. El teatro existe, para ser reflejo de la sociedad, para mirarnos en él y siendo reflejo poder mirar la Gorgona en el escudo de Perseo. Mirarla sin por ello morir.
-Dos actrices sobre el escenario. ¿El montaje pedía una búsqueda de lo esencial?
-(R) Ser dos actrices se convirtió en esencial. Todo comenzó haciendo Taichí Lucía y yo con Blanca, en un local que fue una panadería. El deseo de trabajar las tres juntas hizo arrancar el proyecto. Lucía Alvear, que se formó en la ESAD de Gijón y en el TNT de Sevilla, volvió a la tierruca con una energía arrebatadora y para mí era la vuelta a los escenarios como actriz después de un tiempito de pausa y como Blanca ya no actúa, pues quedó así el reparto...
-¿Cómo ha sido la interrelación entre dos personalidades veteranas de la escena?
-(R) Trabajar con Blanca cést magnifique: fácil, mágico, divertido, siempre da lo máximo de sí misma, una experiencia muy enriquecedora, llena de admiración y respeto. Pero, eso de la veteranía, no sé yo... me hace sentir un poco obsoleta.
-(B).Nos conocíamos, nos respetábamos y nos admirábamos. Ingredientes necesarios y suficientes para crear un espacio amable y favorable a la creación.
-¿Qué proyecto de futuro subyace a ese Laboratorio de investigación creado para esta ocasión?
-(R). Nos gustaría mantener encuentros abiertos con el público, con la ciudadanía, antes o después de las representaciones para ampliar la experiencia del hecho teatral.
-¿La resiliencia ha sido absorbida (como otro instrumento de manipulación y de poder) por el sistema?
-(R). La capacidad de adaptarse y sobreponerse a las dificultades es algo muy valioso y necesario en la vida y en el arte, y por supuesto que es desvirtuada en ciertos contextos.
-(B).No confundamos resiliencia con resignación, este sí es un instrumento de manipulación al que me opongo con la creatividad como arma.
-¿Lo multidisciplinar es ya obligado en todo proyecto escénico?
-(R) No necesariamente.
-(B). No, no es obligado, ni obligatorio. Lo bueno que tiene el teatro es que es generoso y cede terreno a la coexistencia de otras artes afines. Entre ellas se potencian y se suman. Pero hay que saber dosificar cada una de ellas. Como dirían mis maestros hay que saber cocinar y no poner todos los ingredientes porque los tienes a mano, sino porque entre ellos se potencian los sabores.
-¿Qué radiografía trazan de la situación del teatro en Cantabria en este periodo pospandemia?
-(R) ¿Seguimos en pospandemia o ya lo llamamos de otra manera? La radiografía refleja una rotura de húmero, fémur, tibia y peroné, con un sector que intenta recuperarse y unas instituciones un tanto escayoladas. Los y las artistas en Cantabria hacemos grandes esfuerzos para salir a flote, sin perder esa capacidad de resiliencia y la llama de la creatividad para volver a florecer.
-¿Qué aportaciones del encuentro con ciudadanos se han incorporado al montaje?
-(B) El taller que propusimos a la ciudadanía sobre nuestro proceso creativo en el mes de noviembre tenía por objetivo desmitificar el acto creativo, mostrar nuestro trabajo inacabado, abrir las puertas y desdramatizar el misterioso lugar de la caja escénica para compartir con ellos nuestras divagaciones. Decirles que los necesitábamos y escuchar reflexiones sobre el tiempo y la obsolescencia. Recogimos sus palabras y algunos gestos, pero sobre todo sus deseos. Esto se escuchan al final del texto. Son deseos de cada uno y de todos, banales y esenciales.
-Las imágenes que han servido de material fundacional, ¿han encontrado después correspondencia en un texto o en un cordón umbilical puramente teatral?
-(B) Sí. Yo pienso en imágenes, en acciones elocuentes, me viene de fábrica, estoy formada o formateada así.
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