La Federación insiste en terminar las ligas, que volverán a Cantabria al tiempo que la de Primera

El fútbol cántabro reanudará su actividad en todas las categorías al mismo tiempo y será cuando lo haga el nacional. A día de hoy no existe aún ninguna fecha concreta ni tan siquiera una referencia oficial para ello, pero la Federación Cántabra -al igual que muchas otras territorriales- ya se han comprometido a ir de la mano y a decretar el inicio de la actividad todos a una cuando cese la pandemia por coronavirus.

«A principios de la semana que viene tenemos una reunión de la Comisión de Seguimiento con AFE, LaLiga y todas las partes para establecer un borrador sobre el que empezar a trabajar», asegura José Ángel Peláez, presidente de la Federación Cántabra de Fútbol. El mandatario recalca varios puntos. El primero alude a la «imposibilidad de marcarse plazos reales», puesto que el futuro es incierto por completo. «No podemos hacer nada hasta que las autoridades sanitarias no se posicionen de manera firme».

«De qué sirve hacer ahora un calendario sin conocer si se prorrogan los estados de alarma o si el confinamiento se alarga», explica. El segundo de los puntos que definen la situación actual hace referencia a la posibilidad de que «se levante el estado actual a nivel nacional o si se hace de forma paulatina y por autonomías», admite Peláez. Esta última alternativa «sería extraña», pero también está sobre la mesa de un posible futuro a medio plazo.

En cualquier caso, lo único que es «prioritario», según reconoce el presidente de la cántabra, es que el objetivo de la Federación Española «sigue siendo acabar las competiciones en cuanto se pueda y a medida de que se vaya viendo cómo evolucionan los acontecimientos faltaría coordinar el cuándo y el cómo».

Por tanto, partiendo de la premisa inicial de que la Española quiere concluir las competiciones, los escenarios que se presentan en Cantabria «dependen única y exclusivamente de lo que se decida a nivel nacional. No tiene sentido ir cada uno por su lado. Además, siempre es más complicada la estructura y la logística del fútbol profesional que el aficionado por lo que lo mejor es esperar y arrancar todos a la vez».

Así la cosas, sin un escenario claro y sin fechas aproximadas para un hipotético inicio que arrojen claridad al futuro del fútbol -tanto nacional como regional- existen varios interrogantes por resolver. Uno, que aunque no se «tenga en consideración», está presente la suspensión final de las competiciones. Para ello, Bélgica ayer dio el pistoletazo de salida a esta hipótesis y dio por concluida la temporada sin que se produzcan descensos. En España -y por tanto en Cantabria, puesto que la decisión será la misma- «no se baraja la opción, pero hay que ver si las autoridades sanitarias llegado el caso aconsejaran que fuese así por la peligrosidad de la situación». Es evidente que esta alternativa es la última que ahora mismo tienen en mente los responsables del fútbol español. Antes deberían descartarse muchos otros escenarios que «ahora mismo, hasta que no nos reunamos a principios de semana no podemos confirmar», señala Peláez.

No obstante, aunque no de manera oficial sí que se manejan varios planteamientos ante la cruda realidad que asalta el panorama. El primero de ellos se puso en la hoja de ruta hace ya una semana y pese a que ninguno de los responsables ha vuelto a referirse a él de manera explícita sigue estando presente y es la disputa de un hipotético play off. «No se contempla como posibilidad hasta la reunión de la semana que viene, pero sí se ha barajado la opción de jugar por el título y por el descenso y punto». Es decir, la reanudación del fútbol quedaría limitada a dilucidar sobre el campo el campeón de Liga y los equipos que perderían la categoría o por el contrario ascenderían. Es improbable, toda vez que la intención más que reiterada por parte de la Federación Española, que es la que tiene la última palabra en este conflicto excepcional, es jugar todas y cada una de las jornadas que quedan para acabar las Ligas con todos los equipos y sin excepciones.

Sin embargo, de nuevo la realidad es incuestionable. Si el estado de alarma se prorroga y el confinamiento se mantiene más allá de lo que en un principio se creyó aunque se quiera puede que no sea posible jugarse lo que queda de competición. «Lo que está claro es que jugarse más allá del 30 de junio es algo que ya está presente. Podría extenderse a julio o agosto aunque habría que coordinar el arranque de la siguiente temporada, que no habría problema en que comenzase en septiembre», indica el presidente de la Cántabra. Todas estas alternativas «serían idénticas en lo que corresponde al fútbol cántabro porque como bien hemos dicho van de la mano por un acuerdo previo».

Finalmente existe una última posibilidad dentro de este incierto futuro -no sólo deportivo, obviamente- y es el que se refiere a una hipotética vuelta de las competiciones, pero bajo unas condiciones muy concretas. «Dependemos de las autoridades sanitarias, pero también es una alternativa muy factible que se apruebe la disputa de los partidos del fútbol profesional, pero a puerta cerrada», señala sin una rotundidad total Peláez. Hay que recordar que esta medida fue la que se barajó -pese a la repulsa de público y jugadores- en un principio cuando los efectos de la pandemia no parecían tan demoledores. En cualquier caso sería un escenario inédito y que de un modo moral atentaría contra la idiosincracia del deporte, para el que el público es su razón de ser. Peláez añade que «en caso de que esto ocurriera es obvio que sería mucho más fácil de organizar el fútbol autonómico y de categorías inferiores que el del marco profesional por la afluencia de espectadores a los eventos».

Por tanto, la semana que viene podría quedar fijado un calendario provisional de arranque de las competiciones al que quedaría ligado el fútbol cántabro. La única premisa que no se ha modificado desde que se suspendiera toda práctica futbolística es el deseo de acabar la competición en el campo y no en los despachos.