La cara más gris del Textil Santanderina

Los errores no forzados habían penalizado al Textil Santanderina en el primer parcial y no consiguieron cambiar la línea en el segundo set. Con la debilidad en recepción pasando factura y acusando las dificultades de un proceso de adaptación al equipo que apenas ha comenzado por parte del fichaje Milan Jovanovic. José Ignacio Marcos buscó soluciones desde el banquillo y dio entrada a César López y Ramón Pujol, haciendo labores de opuesto Fran Calzón, que volvió a recordar el papel que ocupaba en Superliga 2.

Pese a mantenerse con opciones, el set de nuevo cayó del lado local, por otro marcador ajustado, en este caso 25-23, aunque la línea de ir de menos a más en los visitantes se vio reflejada en el tercer set. Ahí el Textil consiguió sacar a relucir sus credenciales, con una gran concentración desde los primeros segundos para romper el marcador, aprovechando una serie excelente al saque de Sunny Wu. Con el marcador 14-25 el equipo de Cabezón recobró la fe en sus posibilidades para prolongar el encuentro, pero esa fortaleza visitante, que parecía haber hecho mella en el ánimo local, resultó demasiado efímera para los intereses textiles. Tras empezar con buen pie por parte de los cántabros, el Almoradí volvió a recuperar su identidad ofensiva y consiguió sumar la confianza en labores defensivas que les permitía apuntarse los puntos más largos. La confianza en sí mismo del cuadro levantino acrecentó los temores del Textil Santanderina, que no fue capaz de reaccionar para poner en aprietos a los locales, que vencieron por 25-18 y se apuntaron con ello el encuentro.