«Si estoy cerca de una medalla o la consigo no sé lo que hago»
La santanderina tieneya plaza fija en los Juegos de Tokio, en concretoen los 800 y los 1.500.Se desquitará de la decepción de Río y de la pandemia
ASER FALAGÁN
Domingo, 11 de abril 2021, 07:04
Jimena Pérez (Santander, 1997) representará a España en Tokio. Para más señas, en las distancias de 800 y 1.500 metros. Participará así por primera ... vez en unos Juegos tras la amarga experiencia de quedarse fuera de Río de Janeiro pese a tener la marca.
–Será olímpica en muy pocos meses.Tras lo de Río y el aplazamiento del año pasado parece que al fin sale algo bien...
–Muy bien; muy bien.Ya llevaba muchos años intentándolo y por fin parece que sale todo bien.
–Después de lo de Río de Janeiro será un desquite...
–Fue una mala experiencia, pero ahora con perspectiva lo veo como algo que me impulsó a seguir; un bache que me hizo aprender.Si comparo cómo hubiera sido estar en Río con este momento, en que voy con más experiencia, creo que lo haré mucho mejor ahora.
–No le gustará hablar de ello, pero ¿qué pasó? Porque tenía marca y aun así no pudo ir...
–Está ya superado; no pasa nada por hablar de ello. Por resumir mucho: en el Open de clasificación hubo un puesto vacante y mi siguiente oportunidad era el Europeo de Londres.Allí dos personas conseguimos la marca y como la otra tenía mejor tiempo prefirieron llevarla a ella.
–¿Es una cántabro-madrileña?
–Soy cántabra. Nací enSantander y toda mi familia es de allí , pero mis padres se tuvieron que trasladar a Madrid y desde muy pequeñas mi hermana y yo hemos vivido allí.Me he formado en Madrid y allí comenzó mi vida deportiva, aunque hace ya siete años que entreno enBarcelona, así que no sé dónde llevo más tiempo.Quizá en Cantabria, porque voy todos los veranos y todas las Navidades.
–¿Pero cántabra de Santander, de Vargas o de Renedo?
–Te diría de Santander. Vargas es al final la residencia; donde duermo cuando estoy allí, pero al final hago siempre la vida enSantander. En Renedo no paso mucho tiempo.
–Si le pregunto por una calle de Santander, ¿me podría indicar?
–Te podría decir que casi mejor que con una de Madrid.
–¿Y cuándo la veremos por aquí?
–En breve.El covid lo ha hecho más complicado, pero espero que en breve y después de Tokio, seguro.
–¿Qué espera de los Juegos?
–Aún estoy asimilando haber conseguido el sueño. Espero hacer el mejor papel posible.Si me pongo a soñar, estar en una final sería ya un paso enorme.Y si estoy cerca de la medalla o la consigo ya no sé qué hago.
–Ha dicho medalla y eso son palabras mayores...
–Hace tiempo que aprendí que aunque una parte de mí tenga miedo de decir las cosas y piense que no soy capaz, tengo que tener aspiraciones.Si no tienes esa pequeña esperanza no lo vas a conseguir nunca. Ahora que he aprendido a creer en mí, porque en otra época no lo hacía, me gusta pensar a lo grande.
–Piensa en los 1.500, claro...
–Sí, soy más de 1.500, aunque al final son dos pruebas no digo iguales, pero sí parecidas, de modo que no hay que cambiar mucho el entrenamiento para preparar ambas.Soy muy diésel, coloquialmente hablando, pero a veces te sorprendes y haces una marca mejor en el 800.
–Entrena con Mireia Belmonte.¿Aspira a sucederla como mejor nadadora de España?
–Mi madre se enfadará al leer esto, pero creo que me queda mucho camino.Y no lo veo como algo malo;tengo que mejorar, aprender. Y puedo dar más.
–Estos no tienen por qué ser sus últimos Juegos...
–Antes de clasificarme no me había puesto a pensar enParís, pero ahora, después de clasificarme, sí. Y si hay más, mejor.
–Por edad y progresión, ¿cree que su cita es conTokio o conParís, que además será en tres años, y no en cuatro?
–Ahora mismo yo creo que estos. No sé si podré mejorar enParís, pero de momento lo que tengo que hacer es pensar en estos.
–También tiene como certificado de montañesa el que la Comunidad de Madrid no le dé ayudas por no ser madrileña...
–Efectivamente, aunque no he sido nunca una persona que se preocupe mucho por becas. Hago esto porque me gusta y no por dinero.Yo me siento cántabra y es lo que pone miDNI, aunque reconozco que a nivel deportivo me inculcaron el deporte enMadrid y allí me he desarrollado, así que tengo esa dualidad.
–Lo que también tiene es, eso sí, una beca ADO y algún patrocinio.
–No tengo contrato con nadie, pero sí ayudas de Speedo.Siempre me ha gustado muchísimo llevar sus gafas, gorros y bañadores y estoy agradecida, porque hace falta.
–¿Las cantidades que se reciben del plan ADO son suficientes?
–A ver; ayudan. Y al tener todo pagado con la beca en elCAR de Sant Cugat es otra ayuda, pero sí que es verdad que cuantas más hubiera, mejor. Con más patrocinios y becas se podrían hacer muchas cosas.
–Pero al final no es un trabajo en el que se cotice, y al superar la treintena los y las deportistas se encuentran con un problema de futuro. Incluso hay quien se retira antes por eso...
–Es algo que he pensado mucho en los últimos tiempos.En el deporte estamos como en una burbuja y hay que ser consciente de que de esto no se puede vivir.Sería importante explotar esta burbuja, porque no hay mucha ayuda cuando esto se acaba.Habilitar un modo de acompañar al deportista cuando su vida deportiva se acaba, porque es así:llegas a una edad sin haber cotizado y eso a la larga se paga. Creo que salvo en unos deportes muy concretos es un problema en general.
–¿Y es un problema del deporte femenino o generalizado?
–En natación ocurre en ambos casos; ahí no hay diferencia, pero imagino que en otros deportes probablemente sí que se note.
–¿De dónde saca el tiempo para, además, estudiar?
–A veces también me lo pregunto.Desde siempre me ha gustado mucho pensar en lo que puede hacer la mente humana y por eso me decanté por Psicología, aunque pensé en estudiar Fisioterapia. Creo que además me ayuda en mi vida deportiva, porque ahora entiendo muchísimas cosas que me pasan y cómo gestionarlas. Me gustaría dedicarme a ello en el futuro.Muchas veces me preguntan si iré por la psicología deportiva y no me importaría incluso hacer un máster, pero no me veo en ese ámbito. Me gusta más la psicología criminal; los problemas psicológicos.
–Hablando de cómo se gestionan las cosas que nos suceden, ¿cómo ha llevado la pandemia?
–Al principio fue un poco caos, para qué mentir, y cuando se hablaba de la cancelación de los Juegos, muy duro.Pero al final los deportistas estamos acostumbrados a una vida con cambios constantes, ya sea en los viajes o los entrenamientos. Nos pudimos adaptar relativamente bien, aunque fue duro, porque entrenar sin piscina se nota mucho, pero había algo en juego más importante que el deporte, aunque sea mi vida: la salud. Nos adaptamos con imaginación y buscando maneras de entrenar en casa. Esto me ha ayudado a aprender y a no pensar tanto a largo plazo. A pensar en el día a día y disfrutarlo. Y tengo suerte de que en el centro está todo muy controlado.
–O sea que ha podido volver a hacer más o menos una vida normal, o lo que es la normalidad para una deportista de élite...
–Sí, al menos lo siento así.Al final nosotros no salimos de fiesta ni de bares; no nos relacionamos tanto con el exterior como otras personas.Tenemos nuestros grupos burbuja y entonces no lo hemos notado tanto como otra gente.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión