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Mandiola y Viadero

Enemigos íntimos

Viadero encontrará un ambiente hostil en su regreso a El Plantío al frente de un Racing que necesita puntuar

Aser Falagán

Domingo, 5 de febrero 2017, 08:18

Enemigos íntimos es el premonitorio título del disco que editaron en 1998 Joaquín Sabina y Fito Páez. Aquello terminó como el rosario de la aurora y de la anunciada gira nunca más se supo. En aquella época Ángel Viadero ya se había desgraciado la rodilla y era un joven entrenador de las categorías inferiores del Racing. Algo parecido hacía Manix Mandiola, que ya estaba retirado del fútbol modesto vasco y había montado de nuevo su base en Eibar para convertirse en entrenador.

Casi treinta años después Sabina lo niega todo en su nuevo disco, que está a punto de salir al mercado y en el que abjura de los mil apelativos que se le han colgado en la era en que los hechos compiten en desigualdad de oportunidades con la posverdad. Ángel Viadero y Manix Mandiola no cantan, pero como Sabina niegan su antagonismo posverídico. Así lo explicaba elviernes el entrenador del Racing, negando cualquier animadversión de batallas pasadas. Batallas armeras que pertenecen más a la leyenda urbana que a la realidad.

Sin embargo, un poco de esa posverdad que les persigue no viene nada mal para especiar el duelo, como también es justo admitir que lo de Enemigos íntimos les viene a la perfección a dos clásicos de la categoría de bronce que coincidirán esta tarde en El Plantío en un reencuentro de entrenadores con carreras paralelas ocasionalmente transubstanciadas en tangentes.

Así ocurrió en 2010, cuando el de Canalejas entrenaba al Eibar y Mandiola, en aquel momento sin equipo, aspiraba al mismo puesto. Una derrota en la jornada 36 lastró a los armeros a la tercera posición y Viadero se vio de pronto en paro a falta de dos semanas para una promoción de ascenso que ya tenía al alcance. Le sustituyó Mandiola, que en esas dos jornadas dejó al equipo en segunda posición, pero no pudo ascender a la categoría de plata.

Seis años y medio después todavía no ha callado el rumor de que el propio Mandiola se afanó en promocionar su candidatura, convirtiendo cada esquina de Eibar en un caucus hasta que, erigido en candidato, optó al despacho del cántabro. Nada más lejos de la realidad, o al menos así lo acota el propio Viadero «tengo un gran trato con él y nos llevamos muy bien». Y menos mal para el cántabro, que bastante tiene con el infernal ambiente que le espera en Burgos como para tener que lidiar además con archienemigos.

Cuando en la quinta jornada de Liga ambos equipos se enfrentaron por primera vez el escenario era muy diferente. El Racing de Viadero arrollaba y se llevó por delante al Burgos de Paco Fernández. El asturiano, uno de los resistentes que labraron el plante previo a la liberación del 31 de enero, que acaba de celebrar su tercer aniversario, ya había comenzado a fraguar su destitución. Sólo una jornada más aguantó el ovetense, que aquel verano se había hecho cargo precipitadamente del equipo cuando Viadero se marchó a Santander.

La espantada no le salió barata al de Canalejas, que ha perdido algo de dinero con el cambio tuvo que asumir la compensación por rescindir el contrato y no está entre las personas favoritas de la hinchada burgalesa. Pero el entrenador lo tenía claro: no iba a dejar pasar la oportunidad de entrenar a su equipo de toda la vida, al mismo Racing que tuvo que abandonar harto de esperar siempre su oportunidad cuando era el prometedor técnico del filial. Ese al que Francisco Pernía tendió una alfombra roja cuando le anunció su marcha tras ver cómo contrataba como entrenador del primer equipo a Juan RamónLópez Muñiz.

Su sustituto, el muy querido en Santander Paco Fernández, sólo pudo sacar de los Campos de Sport el homenaje que merecía desde mucho tiempo antes y poco más de una semana después dejaba su puesto a Mandiola. El mismo entrenador que ya había barajado el Burgos como alternativa a Viadero.El mismo al que había echado el ojo Manolo Higuera si Viadero le decía que no.

Desde entonces se ha producido una alteración sensible en las condiciones iniciales. El Burgos ya no es ese equipo sin confianza que llegó a Santander.Se ha reforzado bien y cuando se quitó de encima la ansiedad de las derrotas ha comenzado a jugar más desinhibido. Quizá no demasiado bien, pero lo suficiente para haber progresado en la clasificación para cimentar su siempre esperado regreso a la élite. Su problema es que comenzó con demasiado lastre y aunque lo va soltando progresivamente ya ha cedido demasiado terreno.

Tampoco el Racing se parece demasiado al de la sexta jornada. Ya no es ese equipo tan sólido y sobrado de autoconfianza. O no lo es por el momento, porque en plena metamorfosis ha incorporado a media docena de futbolistas mientras se deshacía de otros tantos para asaltar el ascenso.

Unos cuantos de los nuevos de la clase aunque casi todos lo eran al empezar el curso estarán hoy en el cuadro de honor. Para más señas, Abdón Prats, que debutará como titular, y Santi Jara, el nuevo hombre lluvia de las faltas que junto a Aquino debe darle al Racing algo que le falta; que busca con denuedo pero sin éxito: imprevisibilidad.

El nuevo delantero balear, que tras un interminable proceso llegó a Santander desde el Mirandés, ya ha debutado como verdiblanco, pero hoy será titular por primera vez. Lo hará en el puesto de Javi Cobo, que a menos que Ángel Viadero haya jugado al despiste no se caerá, sin embargo, del equipo titular. De acuerdo con los ensayos de La Albericia acompañará a Álvaro Peña en el eje después de que el entrenador y su segundo de abordo, José María Lana, hayan visto algunos desajustes en el eje.Claro que si definitivamente instalan a una alternativa como Cobo arropando a Peña también se puede interpretar que el equipo busque ganar metros en el campo; más presencia en la zona de tres cuartos rival con un futbolista más ofensivo.

Así será como se vean de nuevo dos enemigos íntimos muy acostumbrados a cruzarse en la Segunda División B. Dos eternos aspirantes al ascenso a los que por una u otra causa se les ha negado este objetivo casi por norma (Mandiola sí lo consiguió hace diez años) y que hoy se ven en muy distintas circunstancias.

Esta vez es Viadero quien tiene más triunfos para ganar la partida; fundamentalmente porque el guipuzcoano no cuenta con ninguno. Pero aun así le puede hacer bastante daño si le lima algún punto.El Racing, que parecía haber cogido resuello para atrapar a esa liebre que es la Cultural Leonesa o así la definió Dani Aquino para enfado de sus incondicionales ofrece de nuevo algunos síntomas de debilidad; la sensación de ser un equipo que funciona a empujones.

De ahí que necesite tres puntos con los que reivindicarse, hacer sentir su presencia a la Cultural y buscar una primera plaza que ponga más fácil el ascenso. Porque ahí empieza y termina todo; es lo único que importa.Y si el Racing regresa en unos meses a la LFP sólo quedará una posverdad: lo bien que se dio aquel primer año de Viadero. Eso y quizá su antagonismo con Mandiola. De lo contrario, el asunto amenaza con terminar como aquello de Sabina y Páez.Quien no lo crea, que se lo pregunte a Pedro Munitis.

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