El Racing culmina su ascenso

El Racing, ya de inicio y espoleado por su grada, no quiso dar pie a cualquier contratiempo que aguase la fiesta. El equipo verdiblanco salió a morder al Celta B. Un cabezazo de Cedric se estrelló con el larguero en la primera acción del partido, cuando los videomarcadores aún estaban cantando las alineaciones.

Los de Romo apretaron en los compases iniciales y después bajaron sus revoluciones, sin dejar que su contrincante inquietase a Miquel Parera. Hasta que a la media hora de encuentro, un lateral derecho, como en Son Malferit en el último ascenso racinguista, fue el que vio puerta primero. En un saque de esquina en el que los gallegos pidieron falta sobre el meta Ruly, un rechace le cayó a Unai Medina, que fusiló a la red.

Casi acto seguido, el Racing hizo el segundo. Un pase de Pablo Torre en horizontal asistió a Cedric, solo en el área pequeña, que apenas tuvo que empujar. Dos a cero y alegría desbordada en El Sardinero.

Sin embargo, el Celta B se aferró al partido y a la posibilidad de retrasar el ascenso racinguista cuando Miguel, en el minuto 43, recortó distancias justo antes del descanso con un tiro que pegó en un zaguero local y batió a Miquel Parera.

El Racing salió menos conectado tras el intermedio y el Celta B le hizo el lío. Como se lo hizo Alfon a Javi Vázquez por la banda derecha. El andaluz picó y derribó al habilidoso atacante olívico dentro del área. El colegiado accionó rápido su silbato. Íker fue el encargado de transformar el lanzamiento y poner el empate en el marcador.

Guillermo Fernández Romo dio entrada a Marco Camus en lugar de Patrick Soko y precisamente el canterano tuvo una gran ocasión para haber puesto de nuevo por delante a los verdiblancos. Sin embargo, su disparo se estrelló en el cuerpo de Ruly.

A falta de un cuarto de hora para el término del tiempo reglamentario, el técnico racinguista optó por echar el candado para preservar el empate. Retiró a Arturo Molina y a Pablo Torre y dio entrada a Mantilla y Borja Domínguez.

El Racing pasó algunos apuros en los últimos minutos, aunque el Celta B tampoco dispuso de ningúna ocasión clara para haber marcado. Y a eso de las 13.49, llegó el éxtasis. El silbato del colegiado señaló el final del encuentro y, en consecuencia, el ascenso verdiblanco a Segunda División.