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Una excursión regresa de la cima del pico Cerredo, al fondo de la imagen. :: F. García
Un hito junto a la costa oriental

Un hito junto a la costa oriental

Rutas por Cantabria ·

Aunque se trata de una cima modesta, 643 metros, Cerredo ofrece unas espectaculares vistas tanto al litoral como al interior

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Domingo, 9 de septiembre 2018

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En la zona oriental de la región, antes de alcanzar Castro Urdiales, se encuentra Islares, y hacia allá encaminamos nuestros pasos desde donde encarar la ruta hasta Pico Cerredo. Comenzamos junto a la iglesia y seguimos una carreterita que nos llevará hasta la N-634, la seguimos hacia el este unos 200 metros hasta el desvío, para cruzar por debajo de la autovía y seguir a la derecha hasta un desguace.

Una vez cruzada una portilla canadiense tendremos dos opciones. Una, en la esquina NO del desguace, seguir el camino hacia el sur, cruzar una portilla metálica y continuar hasta que el camino comienza a llanear y bajar hacia el oeste; a nuestra izquierda veremos dos postes, pasamos entre ambos y seguimos una cambera recta y un tanto empinada hasta enlazar con la pista que viene de la izquierda... La otra opción es, una vez cruzada la portilla canadiense, seguir de frente, por la izquierda del desguace, unos 200 metros hasta el primer desvío a la derecha; lo seguimos y un poco más arriba hay una portilla que cruzaremos y, siguiendo la pista, en pocos minutos llegaremos al punto donde acabamos de llegar en la primera opción.

Más adelante, en una curva, ignoramos la servidumbre de unos prados que sale a la izquierda, y vemos toda la pista que tenemos que subir durante varios minutos; vamos en dirección SO. Cuando llegamos a unas brañas hay un pequeño llano y un pequeño cueto a nuestra derecha. Se aconseja desviarse hacia el mismo por las vistas que se contemplan; esa ida y vuelta sólo son cuatro minutos.

Una vez de regreso al camino que traíamos, llaneamos y a los dos o tres minutos damos una curva y seguimos dirección SE hasta coronar la cuesta e iniciar un corto descenso en dirección sur; al final de ese descenso tomamos un sendero a la izquierda. Unos 12/15 minutos más y pasaremos junto a una hermosa haya solitaria muy copuda; a los pocos minutos seguimos el sendero más a la derecha, más al S-SE, hasta unas rocas calizas a la derecha del sendero.

Ya tenemos a nuestra izquierda el Cerredo. El sendero desciende un poco entre hayas y algún espino albar; gira de nuevo al este, ascendemos un par de minutos, descendemos otros dos y nos topamos a nuestra izquierda con un hermoso refugio privado de tejado negro (si buscamos una sendita hacia el norte, primero, y enseguida hacia el NE, que sale a la derecha del refugio, llegaremos en unos cinco minutos a un escondido y encantador refugio en un lugar idílico; merece la pena acercarse hasta él).

Continuamos por un buen camino unos dos minutos y tras doblar una curva el camino sigue hacia el este. Atentos, pues a los dos minutos, a nuestra izquierda y en una pequeña hondonada, veremos otro pequeño refugio con tejado verde; y a unos cinco metros del camino, junto a la senda que nos llevaría a ese refugio, hay una fuente con una placa de cemento pintada de verde que nos oculta la fuente. Seguimos el camino y cuando termina la cuesta alcanzamos unas brañas; el camino gira allí unos 90 grados hacia el sur, lo abandonamos y giramos a la izquierda, campo través, para ir por esas brañas hacia el E-NE por debajo de una pared natural de roca para buscar la sendita que con marcas rojas y blancas, alguna amarilla, alguna azul, seguiremos hasta que nos saque del lapiaz y veremos algunos jitos hacía el NO por debajo del pico Cerredo, que nos llevarán a coger la trepada hasta la cima.

Estamos en lo más alto con unas vistas espectaculares tanto hacia la costa como al interior. Aunque es una cima muy modesta, 643 metros, merece la pena. El descenso lo hacemos por el mismo itinerario hasta las brañas de las que hablamos antes de buscar la sendita; una vez en ellas, buscamos una senda bien marcada al este, que nos llevará en unos 15 minutos a una buena pista que sube hacia las antenas de televisión a la altura de un monolito; dicen que es un menhir, el Ilso Grande.

Continuamos por la pista a la izquierda, llaneando e incluso ascendiendo mínimamente hasta que terminan los pinos que nos bordean a nuestra derecha; ahí debemos buscar un sendero a la izquierda, que seguiremos para abajo hasta llegar a unas cuadras y una casa y donde ya encontramos asfalto. Desde aquí hacia el NE nos llevará hasta la carreterita que viene de Allendelagua. Hemos tardado desde la cima hasta aquí una hora y cuarto. Giramos a la izquierda, hacia Cerdigo, siguiendo las indicaciones del Camino de Santiago hasta la N-634 y el cementerio. A partir de ahí, por una preciosa senda, enseguida llegamos a la costa. Seguimos caminando unos minutos más hasta llegar al asfalto. En diez minutos llegamos a la iglesia de Islares y damos fin al circuito.

La ciudad de Castro Urdiales (iglesia de Santa María de la Asunción, castillo de Santa Ana, cementerio de Ballena, la Puebla Vieja, palacete y jardines de Ocharan...) y en Allendelagua las ruinas del castillo de San Antón -que, aunque la tradición habla de su origen templario, está levantado en el siglo XV- son algunas de las visitas recomendables para completar la jornada.

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