Cantabria eleva su temporalidad un 15,7% en la última década frente a una caída nacional del 9,2%
La Comunidad pasa de una tasa del 21,6% en 2010 al 25% en pleno cerrojazo por el covid, con 44.000 personas con empleo provisional
Cantabria se asoma a la segunda ola de la pandemia coronavírica con una estructura laboral en la que la temporalidad ha elevado de manera notable ... su influencia en la última década, hasta el punto de que desde 2010, en medio de la anterior crisis larvada por la deuda y el estallido de la burbuja inmobiliaria en España, la Comunidad ha pasado de una tasa de provisionalidad del 21,6% a la actual del 25% reflejado en el segundo trimestre del actual año, en pleno impacto por el covid-19. Una evolución que, por contra, transita por una senda contraria al desempeño medio del país, hasta el punto de que la región se situaba hace una década más de tres puntos por debajo y en la actualidad ya supera esa referencia ofrecida por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2,3 puntos, en un recorrido inverso de ambas tendencias en esta segunda década del siglo XXI. La tasa de temporalidad autonómica ha aumentado un 15,7% en este periodo. España la redujo un 9,3%.
Un informe del sindicato USO pone el foco en los cambios estructurales del trabajo cántabro tras la depresión de la construcción y el trasvase de mano de obra hacia el ámbito terciario. Ahí, el turismo y la hostelería son los grandes campos tractores, pero igualmente arrastran un elevado componente estacional, con la consecuente temporalidad. «El invierno covid va a pillar a Cantabria con las defensas muy bajas. Al menos en el aspecto económico. Afrontará el momento más delicado de su historia desde que es autonomía con una estructura de su mercado laboral caminando por la cuerda floja y sin red. La altísima temporalidad de su mercado laboral deja a más de 44.000 trabajadores cántabros expuestos a perder su empleo».
Un informe del sindicato USO pone el foco en la fragilidad del mercado laboral ante la pandemiaa
Esa cifra que señala USO surge de la citada tasa del 25% en el segundo trimestre, cuando la Comunidad registraba 177.900 asalariados. La regresión se observa en todo su calado tomando como espejo los guarismos de 2010, igualmente en plena recesión. Entonces Cantabria, con su temporalidad del 21,6%, presentaba 43.500 personas con un contrato con fecha de caducidad. Apenas una subida de 500 trabajadores en una década sí, pero la problemática emerge con la pérdida de empleados: Hace diez años se contaban 201.700 asalariados. Es decir, la autonomía ha dejado por el camino 23.800 cotizantes y aún así el número de temporales ha crecido.
USO va más allá en sus advertencias. «Cantabria se ha situado en los últimos años entre las cinco regiones españolas con más altas cotas de temporalidad, solo superada por Extremadura, Andalucía, Murcia e igualando con Canarias. Uno de cada cuatro cántabros asalariados mantiene un empleo sujeto a la temporalidad», subraya.
Regresión
La organización recuerda que «en 2010 Cantabria ostentaba la quinta mejor posición en cuanto a empleo estable. En el periodo transcurrido ha descendido al puesto decimotercero». Como referencia, 2012, «unos de los momentos más álgidos de la pasada crisis económica». Cantabria tenía un 18,2% de contratación temporal. «La recuperación económica se basó en generar empleo inestable y muy vulnerable a los vientos de nuevas crisis», lamenta USO.
En 2012, uno de los techos de la crisis anterior, la tasa de temporalidad era casi siete puntos inferior
El estudio también analiza las administraciones públicas, «históricamente paradigma de la estabilidad», con resultados descorazonadores y tendencia negativa. «Actualmente nuestra región mantiene una tasa de eventualidad en la contratación de las diferentes administraciones locales, regionales y estatales del 36,5%, una de las más altas del Estado, sólo superada por la vecina región vasca. En el año 2010 la tasa de trabajadores con contrato temporal era del 21%», abunda el sindicato.
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