Irán vota sin la mínima esperanza de un cambio

El Líder Supremo, el ayatolá Alí Jamenéi, fue el primero en ejercer su derecho e insistió en la importancia de ir a votar. «Id a depositar vuestra papeleta en las urnas lo antes posible. Nuestra querida nación debe saber que muchas personas en el mundo, ya sean individuos o políticos, y aquellos que ocupan prestigiosos cargos nacionales, están mirando hoy a Irán», publicó en su cuenta de X (antes Twitter).

Jamenéi deseó unos resultados «beneficiosos» para el país, que se enfrenta a su primera votación tras las masivas protestas desencadenadas en 2022 a raíz de la muerte bajo custodia policial de Mahsa Amini, apresada y torturada por no llevar bien colocado el hijab.

Estos comicios se entienden como un plebiscito sobre la popularidad del Líder Supremo, pero no parece que arrojarán sorpresas. Se da por hecho la victoria de los conservadores afines después de que el Consejo de Guardianes eligiera a los candidatos que podían optar, según las directrices de su proceso electoral. Dejó fuera a los expresidentes reformistas Hasán Rohani y Mohamad Hatamí.

El actual jefe de Estado, Ebrahim Raisi, reafirmó las palabras de Jamenéi y alegó que «el verdadero ganador de este proceso será la nación». Además, recalcó que las elecciones «son una manifestación de la unidad y la integridad de Irán» y sostuvo que «no hay perdedores» porque «todo el mundo va a acudir a votar». El ultraconservador insistió en que la diferencia entre el país centroasiático y el resto es que «la gente y los candidatos sienten el deber de participar en la votación».

Las urnas tenían previsto cerrar sobre las 14.30 horas (18.00 en España), pero el periodo se prolongó para que, según el Gobierno, los ciudadanos tuviesen más tiempo para votar. Finalmente, los colegios cerraron dos horas más tarde de lo establecido. Las autoridades no informaron de incidentes.

Los datos publicados por el Ministerio del Interior reflejan que cerca de 15.200 candidatos han pasado por el filtro del Consejo de Guardianes de la Revolución, integrado por doce personas nombradas directamente por el Líder Supremo. Los que obtuvieron su visto bueno compitieron por los 290 escaños del Parlamento, un organismo con competencias limitadas pues sus decisiones deben ser aprobadas posteriormente por el mismo grupo que autorizó a sus miembros.

Asimismo, alrededor de 150 personas se disputarán los 88 puestos en liza en la Asamblea de Expertos, un organismo formado por clérigos y encargado de supervisar las actividades del Líder Supremo tras elegirle. Se renueva cada ocho años y cobra especial relevancia en este mandato, ya que Jamenéi tiene ya 84 años.

Desde Estados Unidos ven estas elecciones como una «farsa». El portavoz del Departamento de Estado de la Casa Blanca, Matthew Miller, aseguró que no tiene «ninguna expectativa de que los comicios sean libres y justos» y denunció el «proceso opaco» de Irán para establecer los candidatos aptos.