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Un grupo de mujeres afganas hacen cola para votar. AFP

Los afganos acuden a las urnas con temor a nuevos atentados

Las autoridades han desplegado a unos 54.000 miembros de las fuerzas de seguridad para proteger a los cerca de nueve millones de habitantes que figuran en las listas electorales

colpisa / afp

Madrid

Jueves, 1 de enero 1970

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Los electores afganos han empezado a votar este sábado con temor a nuevos atentados, en unas elecciones legislativas celebradas con tres años de retraso, que los talibanes y DAESH amenazaron con teñir de sangre.

El presidente afgano, Ashraf Ghani, ha votado a primera hora en una escuela de la capital, Kabul, desde donde animó a sus compatriotas a imitarlo. «Acabo de votar», ha escrito Ghani en su Twitter, agradeciendo al las fuerzas de seguridad, a la CEI y a los afganos el que hayan hecho posible «esta votación pese a los riesgos que implica». «Al depositar nuestros votos sin miedo, honramos los sacrificios de los caídos», ha defendido.

Un total de 2.565 candidatos --entre ellos 417 mujeres-- se disputarán los 250 escaños de la cámara baja del Parlamento, con listas separadas para cada provincia.

Más de 5.000 colegios electorales han abierto en las zonas del país en poder del gobierno, pero en áreas controladas por los talibanes, 2.000 centros de votación permanecieron cerrados por motivos de seguridad.

Las autoridades han desplegado a unos 54.000 miembros de las fuerzas de seguridad para proteger a los cerca de nueve millones de personas que figuran en las listas electorales en estas legislativas, las terceras desde la intervención militar estadounidense que expulsó a los talibanes del poder en 2001.

«He venido a votar arriesgando la vida»

Frente a un centro electoral de Kabul se formaba una larga fila a primeras horas de este sábado, según imágenes difundidas en las redes sociales; y otro tanto delante de una universidad de la provincia de Paktia (este).

«A pesar del peligro, tenía que estar aquí. Tenemos que votar para ver nuevas caras en este parlamento y echar a los antiguos diputados que son corruptos«, ha declarado Mustafa, un votante de 42 años, en Kabul. «Vine temprano para volver pronto a casa, pero hace una hora que esperamos, la fila se alarga. Tendríamos que poder votar más rápido. Tenemos miedo a un atentado», ha añadido.

«He venido a votar arriesgando la vida. Estoy preocupado», coincide Asadulá, de 22 años, delante de un centro de voto en Mazar-i-Sharif (norte). «Pero tenemos que desafiar a los talibanes (...) porque es un día histórico«.

En la capital, acordonada, se prohibió la circulación de vehículos en la mayoría de las carreteras. También las motos capaces de transportar artefactos explosivos o a un suicida.

Amenazas de los talibanes

En los últimos días, los talibanes publicaron varios comunicados en los que instaron a los candidatos a retirarse y a los electores a boicotear lo que el grupo islamista califica de «conspiración estadounidense malintencionada».

Centenares de personas murieron o resultaron heridas en actos violentos relacionados con los comicios, y al menos 10 candidatos, de los 2.500 que se presentaron a las elecciones, fueron asesinados.

Este jueves, un ataque de los talibanes contra un edificio gubernamental fortificado mató al jefe de la policía de la provincia meridional de Kandahar, el general Abdul Raziq, así como al jefe de los servicios secretos provinciales y a un periodista de la televisión afgana.

El general Scott Miller, comandante de las fuerzas de la OTAN y estadounidenses en Afganistán, que se encontraba en el edificio en el momento del atentado, salió indemne. Tras el ataque, las autoridades afganas decidieron aplazar una semana las elecciones en la provincia de Kandahar.

Evitar el fraude en la votación

Hay dudas sobre la integridad del voto, ya que se descubrieron numerosos casos de inscripciones múltiples en las listas electorales, lo cual hace temer un intento de pucherazo.

Para intentar evitar el fraude, la Comisión Electoral Independiente (CEI), que organiza los comicios, aceptó la petición de los partidos opositores, que exigían la instalación de un voto biométrico. Pero esa iniciativa, inédita en el país, se topó con numerosos problemas logísticos.

A pesar de las amenazas, la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (MANUA) animó este viernes a los electores a «ejercer su derecho a votar».

Estas elecciones se consideran como una prueba crucial con vistas a las presidenciales de 2019 y como una etapa importante antes de una reunión de la ONU en noviembre en Ginebra, en la que Afganistán deberá demostrar sus progresos en materia de «proceso democrático».

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