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El expresidente del gobierno Mariano Rajoy y el presidente del PP Pablo Casado, en la inauguración de la convención del Partido Popular. Efe

Rajoy y Feijóo reivindican la moderación en política ante un PP temeroso de Vox

El expresidente pone en valor su legado y aconseja a la dirección de Pablo Casado no «asustarse» ante nada

Nuria Vega

Madrid

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Viernes, 18 de enero 2019

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Vox es una sombra difusa en la convención que el PP celebra estos días en la Feria de Madrid. Una amenaza que no se cita, pero que condiciona la reflexión sobre la estrategia que han de seguir los populares para blindar su espacio electoral en plena fragmentación del centroderecha. Y tanto Mariano Rajoy como Alberto Núñez Feijóo apostaron este viernes por ejercer la moderación en esta coyuntura y rehuir la intransigencia. «Conviene tener claridad en los principios (…), pero luego hay que estar en la realidad y no es bueno el sectarismo y no son buenos los doctrinarios en ninguna faceta de la vida», advirtió el expresidente del Gobierno ante el plenario.

Era la primera aparición de Rajoy en un acto de partido tras ceder el testigo del liderazgo del PP hace seis meses. Su intervención no figuraba en el programa como un discurso político, sino como una charla informal con la presidenta del Congreso, Ana Pastor, de su núcleo duro durante años, para abordar una reflexión general sobre las tres décadas de historia del partido. Aprovechó el expresidente para poner en valor su legado, pero también para recomendar a su formación no asustarse ante las críticas. No asustarse ante «nada».

Pero en el PP sí existe el temor a que el espacio que durante años han ocupado los populares acabe por achicarse. Es ese temor el que alimenta el debate interno, discreto más bien, sobre qué tipo de relación establecer con Vox. Núñez Feijóo no demonizó este viernes, en una entrevista en la Cadena Cope, los acuerdos que puedan sellarse con el partido de Santiago Abascal, pero siempre y cuando, añadió, no haya que renunciar «a los principios» del partido.

La suya era una de las intervenciones más esperadas en la convención programática de los populares. Una cita coordinada por él mismo y en la que hiló un alegato de la templanza en política sin citar expresamente a Vox. Reivindicó a un PP que no cree en «fundamentalismos» en la defensa de la unidad de España, que no «vocifera» ni se muestra «ansioso». «Ningún partido nos va a dar ninguna lección de centralidad ni de coherencia ni de moderación ni de firmeza. Ni de firmeza -quiso incidir- ni de moderación ni de centralidad».

Esos son los valores que para muchos en el PP representa el presidente de Galicia ante el giro conservador liderado por Pablo Casado desde su llegada a Génova. Fuentes populares proponen «no poner el foco en el flanco derecho», no dejarse arrastrar por el discurso de Vox y, sobre todo, no regalar el centro para que Ciudadanos «campe a sus anchas». También «tener cuidado» con los de Abascal para que no acaben aprovechándose de las brechas que pueden abrir en la formación en la que militaron.

Un líder de Tabarnia apoya al partido de Santiago Abascal

Jaume Vives, uno de los portavoces de la organización antisecesionista Tabarnia, intervino este viernes en la convención del PP. Y no lo hizo para satisfacer expectativas. Vives afirmó que «mucha gente» está enfadada con los populares en Cataluña y fuera de ella y avisó de que el «daño hecho» no se va a arreglar en un año. «Me piden que os diga que os afiliéis a Vox y que los que no lo hagáis, elijáis buenos compañeros de viaje», sugirió. Lanzó este mensaje ante la mirada Pablo Casado y de buena parte de la dirección.

En los últimos días, Núñez Feijóo ha sido el primero de los pesos pesados del PP en definir a Vox como la «ultraderecha de verdad», pero también en marcar distancias claras. Este viernes volvió a distinguir a los populares del partido de Abascal y, de paso, también de Ciudadanos. «La claridad no es una veleta interesada ni la dureza intransigente -advirtió-; la claridad es la firmeza en los principios y decimos que no, cuando tenemos que decir que no, y que sí, cuando tenemos que decir que sí». Y de paso, en pleno «rearme ideológico» de su formación, matizó que la convención debe servir para «reafirmar» el proyecto Manuel Fraga, José María Aznar, Mariano Rajoy y Pablo Casado, no para «reinventar» el partido.

La refundación

La alusión era pertinente, porque el cónclave coincide con el 30 aniversario del nacimiento del PP y la refundación del centroderecha. Una circunstancia que servirá este sábado a José María Aznar para tomar la palabra en el plenario con un discurso que la dirección, que aspira a volver a aglutinar su espacio electoral, presenta como uno de los platos fuertes del día.

Es el retorno del expresidente a casa, la vuelta a la formación con la que rompió relaciones en 2016. Fue en octubre de aquel año cuando resolvió desvincular a la fundación FAES del partido para el que funcionaba como laboratorio de ideas. En diciembre, además, abandonó la presidencia de honor del PP tras años de profundas discrepancias con la gestión de Rajoy. Pero meses antes, en un mitin en Ávila, dejó un mensaje para la hemeroteca: «Si alguna vez me tiene que renovar alguien, que me renueve Casado, que es un tipo estupendo».

Aznar, por lo tanto, se encuentra este sábado con el nuevo PP, más próximo a sus postulados que a la manera de ejercer la política de Rajoy. Dado que sus paneles se han organizado en días distintos, no está previsto que los expresidentes se crucen, aunque era la foto más ansiada en la búsqueda de la unidad.

De hecho, la cúpula del PP ha bautizado este cónclave como el del «reencuentro» tras el proceso de sucesión de julio, cuando Soraya Sáenz de Santamaría, que este viernes asistió a la reunión de partido, acabó derrotada ante Casado. Este domingo los populares esperan también a María Dolores de Cospedal.

Moqueta azul, ovación para Rajoy y libros gratis de Aznar

KOLDO DOMÍNGUEZ

El pabellón 1 de Ifema ayer enmoquetado, literalmente, de azul. Suelo azul, paredes azules. El PP ha tomado este fin de semana la Feria de Muestras de Madrid en un ejercicio de exhibición de músculo y cohesión tras el tumultuoso proceso de primarias por el que Pablo Casado fue elegido líder de la formación.

Las primeras horas del cónclave se desarrollaron según el guion previsto. Es decir, con un retraso de más de media hora sobre el horario oficial y con los casi 3.000 delegados de toda España irradiando optimismo tras lograr desalojar al PSOE de la Junta de Andalucía. Precisamente, su artífice, Juanma Moreno, fue la persona más buscada por los afiliados. «¿Pero no está aquí? Si yo quiero echarme una foto con él», confesaba una representante extremeña. El nuevo presidente andaluz no llegará a Madrid hasta hoy y se espera que protagonice uno de los momentos de la convención, quizás el domingo.

Ayer los focos se centraron en Mariano Rajoy, que regresó al primer plano del partido tras meses de retiro. Entró al pabellón escoltado por Pablo Casado, Javier Maroto, una docena de cámaras de televisión y una atronadora versión tribal con tintes épicos del omnipresente himno del PP. Su gesto no exhibía euforia, tal vez ni tan siquiera alegría, en contraste con el nuevo presidente del partido.

La sonrisa acompaña a Pablo Casado allí donde va, al igual que a Javier Maroto, que este fin de semana afronta su primera gran reto como vicesecretario de organización del PP, es decir, el responsable de que todo salga bien. En el séquito de Rajoy, pero en un discretísimo plano, también estaba la exvicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, perdedora de las primarias.

El exjefe del Ejecutivo fue recibido con una gran ovación de los delegado y cuando el candidato a presidente de la Comisión Europea, Manfred Weber, le citó en el primer discurso de la tarde la platea se puso en pie. Hoy será el turno de José María Aznar. Su fundación, FAES, tiene su propio 'stand' en el cónclave. Se pueden adquirir libros sobre Cánovas, Alcalá-Zamora, Canalejas, Gil-Robles, Jovellanos y hasta tres de Aznar. Estos últimos, gratis si uno se inscribe a la revista de la fundación.

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