El PP de Madrid apoya el cambio en las primarias de Feijóo pero avisa de que «hay cuestiones que deben ser concretadas»

El nuevo modelo, que se presentó este miércoles en Murcia, propone que los afiliados del PP elijan en sus respectivas circunscripciones una papeleta en la que se incluirá el nombre del candidato escogido para presidir la formación y los compromisarios adscritos a esa candidatura. La lista que más apoyos tenga en cada provincia será la vencedora y los delegados adscritos a esa candidatura serán los que vayan al cónclave para emitir su voto final.

En caso de que una lista tenga más aspirantes a compromisarios que plazas, los afiliados podrán marcar los nombres que apoyen directamente como ocurre en las listas abiertas. Esos compromisarios electos harán efectivo su mandato en el congreso del PP, donde también votan los compromisarios natos, cuyo voto será libre y que podrían inclinar un resultado si hay dos candidaturas que llegan con apoyos muy ajustados.

Una vía intermedia con la que Feijóo ha tratado de contentar a su líder madrileña, firme defensora de las primarias tal y como están como también lo fueron sus antecesoras Cristina Cifuentes y Esperanza Aguirre, que acuñó el lema «un militante, un voto». Y deshacer el «nudo gordiano» por el cual los militantes pueden votar mayoritariamente a un candidato y, en cambio, los compromisarios a otro. Eso fue exactamente lo que ocurrió en 2018, cuando Soraya Sáenz de Santamaría ganó a Pablo Casado y María Dolores de Cospedal la primera vuelta y, en cambio, el político madrileño aunó más respaldos en el congreso.

Una reforma que se inspira en el sistema electoral español y la Constitución para la configuración de las Cortes y la elección del presidente del Gobierno. Es decir, se basará en el voto directo y en urna de los militantes sin eliminar la doble vuelta.