Los socorristas salvan a un delfín varado en la playa de Comillas

La playa de Comillas fue seguramente más visitada en la tarde de este miércoles que en cualquier otra tarde del mes de agosto. La presencia de una cría de delfín a unos siete metros de la orilla fue objeto de expectación y de preocupación, sobre todo para los jóvenes socorristas, que, tras varios intentos frustrados durante más de cuatro horas, finalmente lograron reconducir al animal mar adentro "llevándolo prácticamente abrazado", explicaba la alcaldesa, Teresa Noceda, a última hora de la tarde.

Eran alrededor de las tres del mediodía cuando apareció. "Lleva ahí un rato ya, al menos una hora", comentaban Paula y Andrea García apoyadas en la barandilla de la playa sobre las cuatro. "A nosotras nos han avisado unos amigos y hemos bajado a verlo", porque no todos los días hay un cetáceo tan cerca de la orilla. Al principio, la gente no sabía si te trataba de un tiburón o un delfín. "En Instagram hay una página que se llama postureo comillano y pone que es un delfín", le decía Carlota Pelayo, de Barcelona, a su padre, que trataba de sacar fotos con la cámara del móvil desde el paseo de la playa. "Dicen que está enfermo", "mira cariño, un delfín ¿ves la aleta?", "saldrá, pero llevará un rato, porque la marea lo mete para adentro". Estas frases entre cientos de personas en la playa y el único tema de conversación, el delfín.

Ante las conjeturas de la gente y su mirada expectante, los socorristas trataron en varias ocasiones de reconducir al mamífero mar adentro, pero al principio apenas lograban meterlo unos metros. Tras más de una hora en el agua, lo lograron. "Ayer ya le vio una chica en la zona de Portillo, pero más metido en la mar", informaba Hugo Torres, uno de los socorristas, antes de que consiguieran salvarlo. "En mi opinión, el animal está moribundo, porque lleva muchas horas en la orilla". Desde el servicio de socorrismo sacaron a todo el mundo del agua y acordonaron la zona. La gente se quedó en la orilla, como si fueran a recibir al mamífero. Cientos de cabezas de espaldas al aparcamiento. Los socorrista avisaron al Seprona, al 112 y a la Guardia Civil, "pero de momento no ha aparecido nadie", decía Hugo sobre las seis.

Y así pasaban las horas y la gente seguía sin marcharse. Excepto María Cobo e Isabel Muñoz, que tras dos horas viendo cómo los socorristas trataban de salvar al delfín, abandonaban la playa sorprendidas. "Cuando llegamos dijeron que todo el mundo saliera del agua, que había un tiburón. Yo ni me he desvestido", decía Isabel. "Luego dijeron que nos podíamos bañar, pero sin tocar al animal". También se iban Ana Juan y su marido, de León, sin haberse podido dar más que un chapuzón. "No sé si se habrá extraviado o por qué estará ahí. A ver qué sucede cuando baje la marea".

"Pobrecillo. Si se pudiera, deberían sacarlo y llevarlo al puerto o algo para decidir qué hacer con él", comentaba también Carlos, apoyado en la barandilla blanca del arenal. "No va a poder salir y se va a cansar aún más". Y Fidel Martín, un vallisoletano, clavado en la acera con la mirada en la orilla, decía que "a mí no me parece una atracción para nada, porque el animal está sufriendo. De hecho mis dos hijas se han subido a casa porque les daba pena y es que debe estar muriéndose. Una vecina me ha dicho que nunca habían visto nada igual en la playa de Comillas. No es algo usual. No es como cuando aparecen ballenas a pocos metros de la playa de Oyambre.

De camino al pueblo, un chico hablaba por el móvil. "Te lo juro tío, un delfín, y la gente que estaba comiendo en las terrazas dejó de comer y bajó a la orilla para verlo. Alucinas". Y así toda la tarde.