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Los ángeles de la tabla

ENTRE PARÉNTESIS ·

Jueves, 1 de septiembre 2022, 07:27

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Demasiados ahogados. No sé la razón, pero las playas de Cantabria se han deslucido este verano con demasiados cadáveres surgidos de las aguas. Repaso la ... lectura del relato 'A flor de playa' (1873), de Amós de Escalante, y me estremezco con la historia de Juan, un joven y consumado nadador que engendra afecto con una distinguida veraneante, Cecilia, iluminando sus días de agosto santanderino hasta que, justo en el día de los Santos Mártires, su novio se presenta y las atenciones de ella se vuelcan en el recién llegado. Juan se ve abatido por la amargura y busca remedio en el mar, dispuesto a nadar sin regresar a tierra. Cuando llega al punto donde solía regresar a la playa, decide bracear con más vigor mar adentro. Redobla sus esfuerzos hasta que el instinto vence a la desesperación y el miedo comienza a aturdirle. Qué lejos está y «con qué callado frenesí llamó a la vida», nos describe Escalante. Pero en su arrepentimiento, sus fuerzas menguan al regresar y se va apagando su voluntad. Los músculos yertos dejan de obedecer y blandamente Juan inclina su cabeza ahogada sobre el mar. «El mejor nadador es del agua», concluye Amós de Escalante.

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