Elecciones
Vote; vote a quien considere que mejor puede defender sus intereses, pero vote
C omienzo este artículo diciendo que yo soy de la república independiente de mi casa; soy liberal por los cuatro costados (el mal Estado 'costa' ... más); creo más en la capacidad de generar riqueza por parte de los individuos que por parte de los colectivos (lo que es de todos no es de nadie); creo en la libertad no manipulable de mis ideas, vengan las otras ideas de donde vengan; soy plenamente asertivo y me gusta decir lo que pienso en todo momento sin pretender ofender a nadie, si no lo hiciera así me ofendería a mí mismo, que es de las peores ofensas que uno puede hacer.
Y con todo ese bagaje me encuentro, nos encontramos con unas elecciones municipales a la vuelta de la esquina y por eso quisiera decirle lo siguiente: en ellas vote, vote a quien considere que mejor puede defender sus intereses, pero vote. ¿Cómo será mi voto? No tengo ni idea. Lamentablemente me veré obligado a optar por la mejor alternativa posible, con independencia de que me convenza, ilusione o no. Por si le puede servir de orientación le voy a describir lo que no hago y lo que siempre trato de hacer, en estos casos. Lo que no hago es repetir mi voto a los mismos, porque sí, como si fuera un aficionado de un equipo de fútbol que, manque pierda, le sigo votando. No me dejo 'engañar' por las soflamas, las tergiversaciones de la verdad o las demagogias (aunque sean de las caras). No me creo los pastiches y propagandas, más aún cuando vienen del gobernante actual y siguen el cauce de subir pensiones, dar más becas, o subvencionar determinados costes de vida para que luego se reflejen en votos (esto suele ser, para mí, causa suficiente, para no votar al mismo que está gobernando). No voto a los que pactan con los nacionalistas, es decir los que quieren vivir a costa del Estado Español poniendo siempre en tela de juicio su estructura, pero sin dejar de cobrar todos los subsidios de los que se nutren con los gobernantes nacionales.
Voto al mejor candidato, al final es el que va a gerenciar las cosas, más aún en un mundo preñado de disciplinas de partido. Trato de imaginarme al candidato gestionando mis impuestos y visualizo su capacidad de gestión, su determinación, su liderazgo y su honradez. Voto a la propuesta que mejor transmite que va a invertir el dinero que, impositivamente, me quitan. Voto al que se expresa sin adoctrinamientos y sobre todo voto al que no me toma por imbécil ni insulta mi inteligencia. Mi voto sé que sirve, junto a otros miles o millones, y por eso voto con el deseo de que ese voto gobierne o ayude a gobernar del mejor modo posible.
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