Arquitectura para el bienestar, diseño para la salud

La OMS, Organización Mundial de la Salud, destaca que el 80% de los determinantes sociales que influyen en la salud están fuera del sistema sanitario, dependen de otros factores, y entre ellos las prestaciones de nuestros hogares y como se planean y configuran nuestros pueblos y ciudades.

La arquitectura y la planificación urbana sirven de base para el bienestar de las personas, mejoran la calidad de vida individual y colectiva, regenerando realidades sociales y promoviendo el progreso de nuestra sociedad. La arquitectura protege, desarrolla y restaura nuestra salud y nuestro entorno.

La pandemia nos mostró el impacto de los lugares que habitamos sobre nuestra salud física y mental. El aislamiento en los interiores, el calor, el frío, la humedad. La ventilación y la calidad del aire interior, la accesibilidad, las dimensiones para una estancia prolongada, la posibilidad del teletrabajo, el valor inapreciado de las terrazas, la flexibilidad y funcionalidad de los espacios..., todos factores que influyen en la salubridad de la vivienda y en la salud de las personas. También el diseño de calles y espacios públicos, las zonas verdes, el mobiliario urbano, los equipamientos y la accesibilidad a los servicios. Todos los estudios nos confirman que nuestra salud tiene mucho que ver con nuestro código postal.

Los sucesivos impactos de lo que parecía inimaginable, pandemia, guerra a las puertas de Europa, crisis energética, impacto económico, inflación tantos años ausente, nos indican a las claras lo fundamental de reducir nuestra dependencia y nuestros costes energéticos.

El consumo de energía va ligado a las emisiones, y las emisiones a la contaminación del entorno que es, en definitiva, el soporte de nuestra vida y nuestra salud.

Por ello en este Día Mundial de la Arquitectura queremos destacar este valor público y reclamar que la aplicación de los fondos europeos Next Generation para la rehabilitación de viviendas y edificios, la renovación de barrios, la intervención sobre los espacios públicos y el diseño urbano se acometa desde una perspectiva integral e integradora, y con la ambición transformadora que requiere nuestro parque edificado que forma nuestro patrimonio cultural, beneficiando del modo más extenso la salud y la convivencia.

Y esa perspectiva integral, arquitectónica, en la renovación de nuestras viviendas y ciudades, debe incorporar la defensa de la belleza, y la conservación de nuestro patrimonio, parte imprescindible de nuestra identidad colectiva tal y como sostiene la iniciativa New European Bauhaus.

La revalorización de nuestras ciudades y pueblos, la comprensión del entorno urbano como un entorno humano, renaturalizado, diseñado para la convivencia y en el encuentro, la accesibilidad y la movilidad sostenible y activa, la distribución eficaz de los servicios y equipamientos, la calidad del espacio que permita a la ciudadanía el contacto social y con el entorno son aspectos fundamentales para la salud pública y para la fortaleza de nuestra sociedad frente a lo insospechado.

La arquitectura celebra su día, arquitectos y arquitectas trabajan cada día para avanzar hacia una sociedad más saludable, más justa, más sostenible y más bella. En línea con la Baukultur promovida en la Declaración de Davos que suscribimos juntos en Cantabria profesionales, administraciones y colectivos sociales, la reciente Ley de Calidad de la Arquitectura reconoce la calidad del espacio urbano y de la Arquitectura como herramienta de sostenibilidad, ciudadanía y cultura europea.

A todos y para todos: ¡Feliz Día de la Arquitectura, Feliz Día del Hábitat!