Leonora Carrington, el Sanatorio Peñacastillo y el Dr. Morales

Leonora Carrington (LC) tuvo una juventud complicada por su rebeldía ante su padre, ante la sociedad y probablemente por su feminismo innato.

Por diversos motivos que no son del caso profundizar –influencia de su padre, II Guerra Mundial, enamoramiento de Max Ernst–, hicieron que se desplazara a Madrid en 1940 cuando contaba 23 años de edad.

Durante su estancia en la capital sufrió un 'brote agudo de enfermedad mental' diagnosticado por un médico madrileño y fue ingresada bajo sedación en el Sanatorio Peña Castillo de Santander dirigido por el Dr. Mariano Morales y por su hijo Luis Morales como psiquiatra. El Sanatorio tenía un gran prestigio tanto nacional como internacional.

Este ingreso fue muy traumático para LC y su estancia en el centro la marcó de forma importante toda su vida como ella misma refiere y su amiga la escritora Elena Poniatowska difunde de forma constante.

El brote de enfermedad mental es un grave problema en la actualidad a pesar del arsenal terapéutico de que disponemos para su tratamiento. Uno de los medios utilizados hoy día es el electroshock bajo anestesia general cuando no ha sido suficiente el tratamiento medicamentoso.

Si hoy sigue siendo un grave problema podemos imaginar cómo sería en los años cuarenta sin los medicamentos con que contamos en la actualidad. Entonces se usaba el electroshock sin anestesia con el paciente amarrado para evitar las fracturas óseas que se producían. Para eludir estos efectos indeseables se comenzó a utilizar un medicamento, el Cardiazol, cuya acción no era tan agresiva.

Después de las convulsiones que provocaba, los pacientes mejoraban su sintomatología.

Este episodio en la vida de LC ha sido motivo de comentarios de todo tipo fundamentalmente en medios periodísticos poniendo a los Drs. Mariano Morales y Luis Morales poco menos que de criminales despiadados.

El que escribe estas letras es nieto del Dr. Mariano Morales y sobrino carnal del Dr. Luis Morales. Nací en el Sanatorio Peña Castillo, allí viví y disfruté mi infancia hasta los 17 años, así que conocía perfectamente el sanatorio y puedo decir que era un lugar paradisiaco, lleno de árboles centenarios y flores de las cuales mi abuelo era un enamorado.

Soy médico y durante las prácticas de psiquiatría que hice en un manicomio típico de la época, probablemente el último, puedo asegurar que no tenía nada que ver con el Sanatorio Peña Castillo de Santander.

Las críticas aparecidas en la prensa sobre mi abuelo y mi tío, profesionales de gran prestigio en aquella época y sin ninguna posibilidad de defenderse, es lo que me ha motivado a escribir estas reflexiones a modo de desagravio.

Pasados los años el Dr. Luis Morales reconoció que los métodos terapéuticos utilizados por entonces eran inhumanos y participó en actos a favor de LC en diversas ocasiones.